Rodolfo Rodríguez “El Pana”…Desde el Infierno. – DE SOL Y SOMBRA.

El Pana.


Brindo por las damitas, damiselas, princesas, vagas, salinas, zurrapas, suripantas, vulpejas, las de tacón dorado y pico colorado, las putas, las buñis, pues mitigaron mi sed y saciaron mi hambre y me dieron protección y abrigo en sus pechos y en sus muslos, y acompañaron mi soledad. Que Dios las bendiga por haber amado tanto» –“El Pana”.

* Articulo publicado originalmente el 13 de abril del 2009.

Rodolfo Rodríguez “El Pana” regresa a los ruedos el próximo domingo en la plaza de toros de Arandas. El brujo de Apizaco ha dejado tras de sí una dura convalecencia que lo ha tenido inactivo desde el pasado mes de mayo después de torear en Aguascalientes tal y como relató con crudeza en los micrófonos del programa radiofónico Fórmula Taurina, que presenta el periodista Heriberto Murrieta.

“Los doctores de Aguascalientes revivieron un cadáver. Días después de presentarme en la feria, llegando a Apizaco me sentí desfallecer y tuve una noche de agonía…”. Relató con crudeza “El Pana”. “Estando yo esperando en un sillón durante días, un chaval de nombre Carlos Consuegra me reconoció y me prometió conseguirme acceso a un cuarto, a cambio de una foto mía autografiada para su abuelo, que es muy aficionado. Me puso contra el burladero, le entregué la fotografía y cumplió lo ofrecido”.

“Horas después me abrieron el hígado en canal. Estuve internado mes y medio. 20 días de ayuno absoluto. Perdí la mitad de mi masa muscular. ¡Llegué a pesar sólo 40 kilos! Me miré en el espejo y se me salieron las lágrimas al ver la piltrafa humana en que me había convertido. Los rapabarbas del pueblo aseguraban que “El Pana” se había salido del hoyo”, explicaba el Brujo de Apizaco.

Hace tres meses, cuando recibió el alta, empezó a preparar su reaparición que llegará el Día de Reyes -sin duda el mejor regalo- “Estoy plenamente convencido de que vienen cosas maravillosas, año de nones es año de dones”, sentencia el carismático y controversial matador tlaxcaleca.

De SOL y SOMBRA.

Decía el Maestro David Silveti “Los tres puntos básicos de mi toreo son: ético, estético y patético… y con ellos demostrare por qué se llega a torear con el espíritu, no con la razón”.

Años después Rodolfo Rodríguez “El Pana” en la soledad del patio de un anexo para adictos de nombre Ave Fénix de la ciudad de Cuernavaca, donde se encuentra internado desde principios de enero de este 2009, recuerda su pasado: “Mi afición nace en el barrio de Guadalupe, don Tomás Benavides hacia las fiestas de la virgen el 12 de noviembre, y hacia una placita con charreadas, y por la tarde toros y vaquillas, y desde muy temprano me quedaba cuidando mi lugarcito para los toros a la edad de seis años, ahí vi como el destino juega un papel preponderante dentro de la vida de cada persona, cuando por necesidad me meto a currear en la Tahona, Agustín Flores mi maestro me dice: “jovencito usted tiene cuerpo de torero y los toreros ganan mucho parné, preciosas gachís, buena paga y reconocimiento”, y entonces le entré al toro de catorce años y entrenábamos en un solarcito de Apizaco, nos echaban puras vacas toreadas que hablaban latín, latón y lamina acanalada, y los que figuraban como matadores se llevaban los rayones, quemones y cornadas, entonces se fueron retirando y los que éramos banderilleros ocupamos su lugar. Ahí comienza mi peregrinar dentro de esta azarosa, difícil, pero preciosa profesión que es ser torero.”

El Pana” reflexiona, se siente bien, por momentos habla en segunda persona de si mismo y se define como un artista incomprendido del toreo. El problema sin embargo no es lo que crea el matador, si no lo que los aficionados a la fiesta le crean. Esta claro que “El Pana” no esta del todo cuerdo y como cualquier adicto se miente a si mismo, pero esa mañana estaba inspirado y continuo alegremente la conversación “Alcanzare mis metas para irme de esta fiesta que es la mas hermosa con un reconocimiento y la frente en alto por la parte taurina, y como ser humano ver la sonrisa de mi madre Alicia González Tapia, “Licha Súper Star” mi ídola, cuando Dios la llame a cuentas sabiendo que su hijo ya no toma”.

Y continuo en su delirium tremens: “El Pana” que es un ser impredecible, misterioso, enigmático, un torero que de repente le llega la imaginación y se abandona, se pierde, y llega el momento que entra en éxtasis, esa catarsis que existe dentro de la fiesta de los toros y ya no se mide el peligro, ni nada, escuchas como un eco distante la ovación del público, el torero esta ensimismado, fuera de si, porque ya no soy yo, ya es un ser espiritual el que esta toreando, el toreo es un ejercicio espiritual como dijo Juan Belmonte, y el que no lo considere así es porque es un torero normal que no puede llegar a tocar esas fibras sentimentales que existen dentro de la fiesta de lo toros para conmover a las multitudes” afirma el creador del par de Calafia. “Hay que tener cuidado con lo que uno le pide a Dios… porque luego se lo concede” así finalizaba su catarsis el diestro tlaxcalteca.

Meses después de esta entrevista “El Pana” salio de la clínica de rehabilitación donde se encontraba para reaparecer en Pachuca, donde tuvo una mala tarde, esa misma noche volvió a beber y no pudo cumplir con la corrida que tenia firmada en Apizaco la semana siguiente. Nuevamente fue internado en otro anexo donde permanece hasta este momento con salidas esporádicas únicamente para cumplir con sus compromisos profesionales, como lo hizo en la pasada feria de Texcoco, festejo del cual tenemos la reseña que realizo el periódico Record y que fue firmada por Gabriel Medina:

A temprana hora de ayer, Rodolfo Rodríguez escapó por unos momentos de su infierno y se entrometió en el alma de “El Pana”, el personaje que enfrenta la vida calzando un traje de luces en tardes de toros. El matador tlaxcalteca cumplió a cabalidad con el compromiso adquirido en la Feria de Texcoco, actuación que le significó un respiro, un desencadenamiento del internado al que su adicción al alcohol lo tiene obligado alejándolo de todo aquello que tanto le gusta y que poco tiene que ver con el toreo.

Fiel a su manera catártica de desenrollar la tauromaquia, aquella salpicada de episodios actorales, “El Pana” libró la afrenta con una oreja en la espuerta. “Lo vi contento, lo vi ilusionado, sabemos de sus vaivenes y espero que lo de hoy (ayer) haya servido para que se despejara, para que vea que en el toreo tiene una medicina para dejar ese vicio tan terrible que tiene y supere su alcoholismo”, comentó su apoderado, Salvador Solórzano.

Así como la noche de ayer y como las de días antes, la de hoy Rodolfo Rodríguez la pasará en una clínica de rehabilitación, donde lidia el encierro de su vida. “Siempre lo he dicho, es el genio de lo inesperado, no hay más planes de momento, hay que rehacer toda la campaña, pero no hay nada garantizado, con él no se sabe”, acotó Solórzano sobre la andanza taurina de “El Pana”, la que ya está cobijada por el ocaso. 

En el mismo cartel, hicieron el paseíllo Alfredo Gutiérrez y Fermín Spínola, el primero cortó una oreja y dio vuelta al ruedo, en tanto el segundo salió al tercio y también mereció un apéndice, en una jornada ventosa.

El viento complicó las cosas a todos, pero el público salió contento, salió satisfecho, lo importante es que “El Pana” mostró que está de vuelta, con una condición física y mental muy mermada, pero de vuelta.

Twitter: @Twittaurino

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