Julian Schnabel, el más torero de todos: El artista norteamericano presenta un cartel taurino para la Maestranza de Sevilla.

Me encanta el nombre de la casa de Julian Schnabel en Nueva York -la ciudad donde nació, en 1951-, en el Greenwich Village: Palazzo Chupi. Le ‘pega’, todo porque él es un artista que lo mismo resulta muy ‘chupi’, se mueve entre las aguas del glamur como pez en el agua, que da el chupinazo y sorprende a todos con un golpe de efecto, y he aquí la última demostración. Su personalidad se mueve de aquí para allá. Salta tanto o más que aquellos creadores del Renacimiento con quienes le han comparado una y mil veces.

La obra de Julian Schnabel, uno de los creadores más reconocidos de la escena neoyorquina de los años 80 junto a Jean Michel Basquiat, va a regresar en las próximas semanas a Sevilla de la mano de la Real Maestranza de Caballería. El artista estadounidense, nacido en la Gran Manzana en 1951 y uno de los artistas más cotizados, ha recibido el encargo de esta real corporación para diseñar el cartel de la temporada taurina de la capital hispalense, que se presentará de manera oficial próximamente.

De esta forma, la obra del pintor neoexpresionista regresa a Sevilla, en la que realizó en 1988 su primera individual en España. Aquella exposición ha adquirido con el paso de los años caracteres de legendaria en la ciudad, tanto por los implicados como por la ubicación: un entonces ruinoso Cuartel del Carmen que, reformado años después, se convertiría en sede del Conservatorio Superior de Música y Escuela Superior de Arte Dramático.

‘Reconocimientos’, fue el punto de partida de la relación con Sevilla de Julian Schnabel, también cineasta de éxito gracias a una carrera que inició con el aplauso de la crítica y los grandes festivales con títulos como ‘Basquiat’ (1996) y ‘Antes de que anochezca’ (2000).

Tal como reconocía el artista días atrás a la redactora jefe de ABC Cultural, Laura Revuelta, su vínculo con la capital andaluza «es muy fuerte» y «se inicia cuando hago mi exposición para el Cuartel del Carmen».

Curro, Paula y Rincón

Aquel 1988, el neoyorquino, que es aficionado a la Fiesta, añade en esa conversación, acudió «a ver muchas corridas de toros. Me vienen a la cabeza los nombres de Rafael de Paula y Curro Romero», en unos días de los que también evoca Julian Schnabel una corrida del colombiano César Rincón. «Cortó dos orejas y, desde entonces, es uno de mis toreros favoritos. Toreaba muy de cerca… Aquello era muy impresionante».

Pero la afición taurina del artista va más allá, pues relató a Laura Revuelta que atesora una colección de trajes de luces, entre los que destaca uno de Ordóñez, y que admira desde los siete años de edad a Juan Belmonte.

Para su cartel de la Real Maestranza de Sevilla, el creador ha presentado una obra que, según sus propias palabras, evoca un aire goyesco, en referencia a un pintor que supo combinar con éxito la Fiesta con las Bellas Artes.

Julian Schnabel en una imagen de archivo – AFP.

El cartel, que la real corporación presentará próximamente, supone el regreso a Sevilla de la obra de Julian Schnabel, quien ya protagonizó hace más de tres décadas una exposición que supuso un acontecimiento que trascendió lo puramente artístico, como demuestra que la inaugurara el entonces presidente de la Junta, José Rodríguez de la Borbolla, y que asistiera también la entonces esposa del presidente del Gobierno, Carmen Romero.

La muestra, titulada ‘Reconocimientos’, se gestó en el ambiente efervescente y ávido de modernidad de la pre Expo92, gracias a la intervención del pintor recientemente desaparecido Manuel Salinas , en cuya casa se solía quedar Julian Schnabel cuando venía a la ciudad, y el comisario, poeta y crítico de arte británico Kevin Power, entonces asesor de Cultura de la Junta de Andalucía y que fallecería en 2013.

Lo militar y lo religioso

El estadounidense eligió como emplazamiento el Cuartel del Carmen, entonces un edificio en ruinas, por haber tenido un uso religioso y militar, ya que a lo largo de su historia había sido convento carmelita y cuartel. Schnabel pretendía en la exposición reflexionar sobre lo militar y lo religioso tomando también como punto de partida y homenaje una novela experimental del escritor americano William Gaddis, titulada precisamente ‘Los reconocimientos’ (1955).

A partir de estas premisas, el artista neoyorquino presentó diecinueve obras de gran formato sobre tela encerada, con títulos como ‘Ignacio de Loyola’, ‘Papa Pío IX’, ‘Spinoza’, ‘Cortés’, ‘Diáspora’… en las que, como señalaba el programa de mano de la retrospectiva que le dedicó en 2004 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, «el artista juega constantemente con el exceso, pero siempre con una absoluta autoridad sobre la superficie, el color, la textura, la composición… consiguiendo unir de forma extraña elementos que en principio no tienen nada en común, para lograr unas pinturas de una iconografía sorprendente».

‘Reconocimientos’, que se pudo ver después en Basilea, fue una exposición que causó gran impacto en la ciudad en 1988, tanto por la obra expuesta como por la interacción con el espacio ruinoso del antiguo Convento del Carmen.

Un periódico de tirada nacional no dudaba en calificar a Schnabel, cuando se inauguró la muestra sevillana, como uno de los artistas más polémicos; un creador, como destacó otra publicación, que genera sentimientos encontrados de adhesión y rechazo. Su obra para la temporada taurina a buen seguro que a muy pocos dejará indiferentes en Sevilla.

Publicado en ABC Sevilla.

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