Almendralejo: Gloria para la verdad de Emilio de Justo. 

Emilio de Justo torea con la derecha al tercero bis de la tarde . / JOSÉ VICENTE ARNELAS.

Por Pepe Orantos.

Con la añoranza que nos dejaron marzo y Olivenza, nos plantamos en Almendralejo con la satisfacción de ver cómo un festejo taurino cambia la fisonomía de una ciudad. No hace falta saber dónde está la plaza, basta con dejarse guiar por el hormigueo de aficionados que, con sus mejores galas y equipados con sus tradicionales almohadillas, enfilan camino de la plaza para disfrutar, después de tanto tiempo, de una tarde de toros.

Abrió plaza Antonio Ferrera de nazareno y oro con Raposo, un negro zahíno de la ganadería de Luis Algarra que tardó en aparecer por toriles y al que el de Villafranco probó en el tercio con el capote, antes de que recibiera un gran puyazo del placentino Antonio Prieto a quien su maestro hizo salir a saludar, cuando ya estaba en el patio de caballos.

Echó Raposo la cara arriba encada uno de los naturales con los que Ferrera comenzó la faena lo que obligó al torero explorar el complicado pitón derecho, tirando de oficio para cuajar tres tandas cortas pero de mucho mérito. Al tercer o cuarto encuentro con la muleta, el de Luis Algarra buscaba al de Villafranco con un peligro evidente, lo que hizo que este tratara de abreviar. Media estocada, una entera y un descabello bastaron para que el sevillano acabara muriendo en la misma puerta de toriles.

El turno de Miguel Ángel Perera comenzó con Holgado, un castaño bragado que metió bien la cara en el capote en el saludo por verónicas que le propinó el de Puebla del Prior y al que él mismo llevó al caballo. A la salida de su encuentro con el del castoreño, el sevillano clavó sus defensas en el ruedo y acabó rodando por el albero, de donde tardó en levantarse.

Sacó Perera a su enemigo a los medios par comenzar su faena cuidando mucho cada paso del animal por la franela, protegiendo las escasas fuerzas que se le adivinaban. Dos tandas de derechazos muy templaditos dieron paso a una de naturales muy aplaudidos, más por la dificultad que presentaba la escasa colaboración del astado que por su plasticidad o belleza. Insistió Perera por la izquierda y el público se lo agradeció, pero no estaba Holgado por brindar espectáculo. Retomó en yerno de El Capea la derecha para cerrar su faena para evidenciar la falta de transmisión del de Luis Algarra. Un pinchazo, media y una entera sirvieron para que en castaño doblara y el matador recibiera una ovación desde el tercio.

Lagartijo, tercero de la tarde que correspondía a Emilio de Justo se partió un pitón al derrotar contra un burladero nada más comparecer en el ruedo y fue sustituido por Oscilante, primer sobrero de la corrida, también del hierro de Luis Algarra. Oscilante tardó en fijarse en el capote del de Torrejoncillo pero este acabó llevandolo al caballo por chicuelinas y volvió a lucirse entre ovaciones en el quite posterior.

Se desmonteró Manuel Gómez tras dejar dos muy buenos pares de banderillas.

Se dobló en el tercio Emilio de Justo con su oponente para sacarlo toreado hasta los medios donde le dio una tanda de derechazos en el más puro estilo de la casa. Toreo vertical, sin alharacas y con mucha verdad que volvió a ponerse de manifiesto por el pitón izquierdo, donde el torrejoncillano aprovechó hasta el último gramo de las escasas fuerzas del de Algarra.

Vuelta a la derecha, De Justo arrancó dos o tres muletazos de mérito que acabaron de enganchar al público con su faena y que barruntaban que por fin un diestro estrenaría esportón estatarde. Un pinchazo hondo y una estocada entera, en la que el matador se llevó una fea voltereta, no impidieron que el de Torrejoncillo cortara dos orejas y abriera la puerta grande de la plaza de Almendralejo.

Recibió Ferrera al cuarto por verónicas, a las que no pudo imprimir la factura conveniente ante el irregular comportamiento del de Algarra por los dos pitones. El público protestó la evidente cojera del animal en una de sus manos, pero el presidente decidió mantenerlo en el ruedo para que el balear de cuna iniciara su faena con la muleta a media altura, intentando sin éxito salvar los muebles de su faena. A partir de ahí toro y torero cayeron en la más absoluta intrascendencia entre las broncas del público y las caídas del sevillano. Una estocada bastó para que rodara el cuarto. Palmas para el de Villafranco, pitos en el arrastre y bronca a la presidencia.

Por si la tarde ya no estuviera metida en líos, el quinto dela tarde saltó al ruedo anunciado como ‘Incapacitado‘ y Miguel Ángel Perera lo recibió por verónicas y se encargó de ponerlo en persona al caballo.

Brindó al público el matador su faena, con la confianza de que ese fuera el toro que enderezara su tarde y a fe que lo demostró al pasárselo por la espalda e el primer muletazo a pies juntos en los medios. ‘Incapacitado‘ mostró un pelín más de recorrido que sus hermanos y permitió al de Puebla del Prior instrumentar un par de series de naturales muy agradecidas por el respetable. Por la izquierda el animal quería menos pelea y llegó incluso a dar algún calamochazo mansurrón. Se apagó el toro y con él la transmisión de la faena que acabó decayendo hasta que Perera acortó las distancias y acabó por mostrar su tradicional demostración de poderío que tan buena acogida tiene en algunos tendidos.

Dos pinchazos y una estocada acabaron con el de Luis Algarra sobre el ruedo y a Perera recibiendo una ovación del público con leve petición de oreja.

El que cerraba laza levaba por nombre Andorrano y correspondió por turno a Emilio de Justo. Con la mejor cara de la tarde, recibió un brillante saludo por verónicas que el de Torrejoncillo cerró con dos aplaudidas medias.

Saludó también en el sexto la cuadrilla tras dos grandes pares de Morenito de Arles, tras los que De Justo brindó la muerte de su enemigo a Luis Reina. Comenzó la faena con dos tandas de derechazos en los medios e los que Andorrano demostró de lejos más clase que sus otros cinco hermanos juntos. Por la izquierda se empleo con menos condición pero no evitó que el de Torrejoncllo arrancara los olés del público almendraejense. Iba a por todas De Justo y se llevó un susto en un mal gesto del de Algarra. Volvió a tomar la derecha y puso en pie a los tendidos haciendo lo que mejor sabe hacer, torear de verdad y por derecho. Se deshizo de la espada, que ya había montado, y dio una tanda de naturales con la derecha que pusieron la plaza boca abajo. Con la faena cuajada solo quedaba matarlo y una estocada algo tendida y caída sirvió para que el torrejoncillano cerrara su actuación con dos orejas y rabo.

EL FESTEJO

Toros: Seis astados de la ganadería sevillana de Luis Algarra muy justos de presentación, raza y fuerzas. Se salvó el sexto, a quien se le dio una vuelta al ruedo en el arrastre.

TorerosAntonio Ferrera: siencio y silencio; Miguel Ángel Perera: palmas y ovación. Emilio de Justo: dos orejas y dos orejas y rabo.

Plaza de toros de Almendralejo, se colgó el cartel de ‘No hay billetes’ en una tarde primaveral en la que el sol calentó con justicia.

Publicado en Hoy

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