Cosas importantes: Navegante de Pepe Garfias.

Por Rafael Cardona.

En un prólogo del célebre ensayo sobre la cacería y la tauromaquia, se cuenta una anécdota de José Ortega y Gasset (Editorial Sudamericana, me parece) quien estaba redactando ese texto, cuando alguien llegó de visita y con aburrida cortesía le preguntó sobre el tema de su afanosa escritura.

–¿Algo importante?, le preguntó impertinente en abierta confusión entre importancia y urgencia.

Ortega y Gasset le respondió: de lo más importante que se puede ecribir… es de toros.

Yo no sé si la fiesta sea o no sea importante hoy en día. Si lo fue –en algún tiempo–, eso ya ocurrió hace demasiados años. Hoy no queda mucho de aquella fiesta.

Eso pensaba cuando me informaron de la muerte de Pepe Garfias, un ganadero de bravo cuya familia –en Querétaro y San Luis Potosí–, le dio lustre y prestigio a la fiesta brava mexicana, gracias a una crianza cuidadosa y responsable.

Los diarios han dado a conocer escuetamente la noticia de su deceso y han sacado los archivos para recordar los mejores toros de su dehesa; aquellos cuya bravura le permitió a un puñado de matadores salir de la plaza con las orejas y los rabos en las manos, especialmemnte de aquel “Valeroso” lidiado genialmente por José Miguel Arroyo “Joselito”, en una de las más bellas faenas en la historia de la Plaza México.

Pero para mi el toro más importante de su divisa fue “Navegante”, cuyo celo y sentido, por poco mandan a José Tomás al otro mundo. El torero de Galapagar remató un muletazo con impostura y con la velocidad del relámpago y “Navegante” le despedazó una pierna en menos de dos segundos. Tomás hoy vive de milagro.

Pepe, le dije a Garfias al día siguiente, debes estar orgulloso de tu toro. Diplomáticamente me dijo un simple, “Tomás se equivocó”.

Ese toro ha sido materia de letras. Carlos Loret de Mola hizo un estupendo reportaje en busca de la cabeza perdida del burel, casi como Tabucci escribió sobre la “testa perdutta” de Damasceno Monteiro. Vargas Llosa, Heribertom Murrieta, Pablo Esparza y el propio Tomás, hicieron textos alusivos al caso.

Por “Navegante”, Tomás se inmortalizó sin haber muerto, a diferencia de otros toreros.

Y hoy, despido a Pepe.

Publicado en Plaza de Armas.

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