Feria de mayo en Vistalegre: El Juli se inventó un toro.

Cuajó una tarde importantísima en la Feria de mayo en Vistalegre.

Por Carlos Ilián.

Plaza de Vistalegre. tercera corrida. Entrada muy por debajo del aforo permitido. Toros de Alcurrucén (5), algunos de espectacular presencia pero excepto el primero dieron un juego áspero y sin emplearse de verdad. El Juli (7), de verde inglés y oro. Pinchazo, estocada desprendida y dos descabellos (saludos).Pinchazo, pinchazo hondo y cuatroo descabellos (saludos). José María Manzanares (5), de corinto y azabache. Estocada (saludos).Dos pinchazos y estocada (saludos). Paco Ureña (5), de carmelita y oro. Pinchazo, estocada y dos descabellos (saludos). Media estocada y un descabello (silencio)

Alcurrucén es una ganadería atípica en la fiesta actual. Se le considera una de las elegidas en la élite comercial y sin embargo tiene el respeto del aficionado “torista”, es decir el que desprecia en general los hierros que eligen las figuras. La clave de esta ganadería hay que encontrarla en la seriedad de sus ejemplares y el juego muy variado, nada aborregado y en ocasiones de espectacular comportamiento que ha servido para encumbrar faenas inolvidables.

No vimos ningún toro excepcional pero entre la mansedumbre del sexto, por ejemplo, y la buena clase del primero encontramos la variedad del toro de lidia, con el regalo del espectacular trapío de 5º y 6º. Y oara servirle a quien entienda a esta ganadería salió el 4º y El Juli consigue encontrarle el punto para inventarse una faena, casi inventarse un toro. Fue cosiendo una labor punto a ounto hasta lucir al toro especialmente por el pitón izquierdo. Luego echó mano de las socorridas luquesinas y cuando tenía al bondadoso público de esta feria carabanchelera en el bolsillo malogró la puerfta grande con la espada.

El primer alcurrucén fue un colaborador ideal para El Juli, un toro con fijeza y recorrido. El Juli estuvo denso, dentro de una labor mecánica con más cantidad que calidad. Con la espada tampoco estuvo fino. Y la suerte de Juli en el sorteo fue el reverso para Manzanares con dos toros cortitos, de caras arriba, obligándole en los muletazos a media altura en el segundo y a la defensiva por el mal estilo del quinto. Suerte parecida la de Ureña, con aspecto tristón, como muy apagado de carácter, compuso una labor higiénica ante la corta embestida del tercero y la mansedumbre del sexto

Publicado en Marca.com

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