Texcoco presenta una feria plana y sin mucho brillo.

Por Juan Carlos ValadezDe SOL y SOMBRA.

El escepticismo se apodera de mí cada vez que escucho mencionar a la “Feria de Texcoco” y es que esa plaza de toros es de mal fario para muchos aficionados, esto debido a los negros antecedentes que la han acompañado en los últimos años.

Las imágenes que se me vienen a la mente cuando veo algo relacionado con esta plaza radican siempre en la desolación que se vive en sus tendidos, en la poca afición entendida qué acude, en la inseguridad y en el nulo trapío de las reses que generalmente se lidian en ese escenario, al que hace unos años parecería que le echaron una maldición gitana de la que ninguna empresa taurina se ha librado.

La tónica de las últimas ferias ha sido que han tenido el sello de la improvisación, que no han contando con el beneplácito del público, y a la vista de todos estuvo la poca asistencia del mismo, y para colmo se perdió el poco prestigio que le quedaba, si es que a Texcoco le quedaba algo.

Quizás por estas razones la nueva empresa ha sido muy precavida en la organización del serial y en está esta edición no aspiran ya a la gloria de los héroes, sino a cumplir y salir del paso apostando lo menos.

Es evidente que el medio taurino esta convertido en una hoguera de las vanidades y los criterios con los que se están organizando algunas ferias obedecen exclusivamente a criterios de rentabilidad. Es decir, algunos empresarios mexicanos han aplicado a su negocio las letras grandes de un manual de bolsillo para optimizar beneficios de sus festejos elevando el precio de las entradas, pero bajando el costo del producto y la calidad de lo que ofrecen en el ruedo. Hace unos años Rafael Herrerías declaró que en este negocio no siempre se hace lo que conviene, sino atender a una difícil mezcla de intereses, y con ese criterio es con el que parece se han formado los carteles de la feria y es que las combinaciones presentadas resultan planas y sin demasiado interés.

Los Carteles

El ciclo está año consta de siete festejos: cinco corridas de toros, un festejo de rejones y una novillada. La feria estará dedicada a varios taurinos de diferentes generaciones (entre ellos Curro Leal) y se prolongará desde el 2 de abril al 24 de abril, coincidiendo con las festividades de la Semana Santa y Pascua.

Mucho tendrá que mejorar la actual empresa de Texcoco, no solo en lo taurino sino también en su comunicación con la afición y medios, especialmente en estos momentos después del desastre que dejaron en el “Relicario de Puebla” en lo que fue un serial plagado de buenas intenciones en el papel, pero una ruina en lo taurino y en lo económico. Esperemos que no se repita la misma historia en Texcoco.

2 de abril. Novillada de Pastejé (8 ejemplares) para José María Mendoza, Jussef, el español Manuel Perera y el francés Lalo de María. Homenaje a don Francisco Cervantes.

9 de abril. Toros de Real de Saltillo para Andrés Rozo, Luis Pimentel, Cuauhtémoc Ayala, Leonardo Zataraín, Tarik Othón y Marco Bastida, así como seis grupos de forcados. Homenaje a don Antonio Ariza.

15 de abril. Toros de Barralva para el español Finito de Córdoba, Armillita IV y Miguel Aguilar. Homenaje a Curro Leal.

16 de abril. Toros de Pozohondo para el español Miguel Ángel Perera, Arturo Macías y Ernesto Javier “Calita”. Homenaje a Fermín Espinosa “Armillita.

17 de abril. Toros de Torreón de Cañas para Fermín Rivera, Arturo Saldívar y “El Galo”. Homenaje a Manolo Arruza.

23 de abril. Toros de José Garfias para el español Antonio Ferrera, Sergio Flores y “El Galo”. Homenaje a Jorge Gutiérrez.

24 de abril. Toros de San Marcos para “El Zapata”, “El Fandi” y Leo Valadéz. Homenaje a Manolo Mejía.

Todos los festejos darán inicio a las 17:00 horas.

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