Arturo Gilio, un torero en proyecto.

La novillada de Sobral tuvo interés, nobleza, movilidad y lidió un cuarto ejemplar excepcional.

Por Pascal Lizarraga.

Pese a haberse celebrado varios festejos durante la pandemia, la plaza lucía este domingo de estreno y con un ambiente realmente festivo, que no se vivía en Peralta desde 2019.

La feria comenzó este domingo con buena entrada en los tendidos, radiante en el terreno ganadero y con variedad en las actuaciones de los coletudos. Unos tendidos de sol que querían divertirse por lo civil o lo criminal y una terna donde a diferencia de muchos festejos menores, cada actuante tuvo distinto corte.

El principal triunfador del festejo fue Arturo Gilio. El novillero de dinastía coahuliense fue una grata sorpresa en la tarde del reencuentro con la fiesta. El espada mexicano mostró que su puesta en escena se basa en la personalidad y el valor, dos adjetivos que en el toreo no necesariamente van unidos.

Rápidamente pudo verse que Gilio no es uno de tantos con su primer novillo. El animal, que resultó pésimamente lidiado, fue muy bien tratado en la muleta por el novillero de Torreón. En las primeras tandas donde el de Sobral se mostró repetidor y eléctrico y más adelante, cuando el castaño parecía menos fijo, pasándoselo muy cerca en una traca final donde el toro recuperó la pujanza.

Con una estocada de efecto menos rápido del deseado, Gilio cortó la oreja que dejaba a la plaza esperando su actuación frente al quinto.

En esta segunda comparecencia con un novillo sardo de preciosa planta y menor octanaje que el resto de la novillada, Gilio dio muestras de valor toreando al natural bajo los acordes de “Pamplona Perla del Norte”. El novillo, bravucón, fue el de menos empuje de la tarde, pero Gilio logró con él tandas vibrantes en el tercio.

Tras la estocada hubo una petición de oreja clara aunque no suficientemente mayoritaria para la presidencia. Lástima, Peralta se quedó sin la foto de Gilio saliendo a hombros. Quizá dentro de unos años sea echada en falta.

La imagen que sí quedó fue la de las tandas de derechazos de Francisco Expósito al 4º novillo de nombre ’Rezador’. El de Sarriguren se despidió de novillero dejando tres tandas con la muleta con profundidad y pellizco y unos ramilletes de verónicas de afinado cante. El novillo pasará a la memoria como uno de los mejores de la temporada por la forma de embestir y repetir. No anduvo atinado con los aceros el pamplonés, dando una vuelta al ruedo con sabor a despedida.

En tercer lugar compareció Marcos Linares. Muletero estándar, de buen corte, se aplicó en una faena de largo metraje al gran pitón derecho del animal. Lo mató a la primera y pareció ir directo hacia la puerta grande, pero los pitones de ‘Blanquito’ un burraco carbonero parecieron fundirle los plomos, dejando una imagen lamentable en el sexto.

GANADO

Seis novillos de Sobral, con presentación acorde a la plaza de Peralta y al tipo de festejo. Nobles y con transmisión. Ovacionados de salida 5º y 6º y ovacionados al arrastre 2º, 3º y especialmente el 4º.

TOREROS

Francisco Expósito Ovación con saludos y vuelta al ruedo tras petición minoritaria.

Arturo Gilio Oreja y vuelta al ruedo tras petición.

Marcos Linares Oreja y pitos.

PRESIDENCIA

A cargo de Juan Carlos Castillo, asesorado por Javier Campo en materia artística e Isaías Bautista en la veterinaria. Estrictos en la concesión de trofeos, abroncados tras el 5º.

INCIDENCIAS

Plaza de Toros de Peralta, 1ª novillada de abono. Tarde soleada, más de dos tercios de entrada con lleno en el tendido de las peñas.

Publicado en El Diario de Navarra

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