Tlaxcala: Ventura, otra dimensión… “Calita” en gran momento.

Corrida de carnaval en la Plaza de Toros Jorge “El Ranchero” Aguilar de Tlaxcala que registró un gran entrada al reclamo del cartel, aunado a los toros de Zacatepec y Piedras Negras, ambas ganaderías legendarias que además pastan en este taurinismo estado. La corrida inicio guardando un minuto de silencio en memoria de Juan Arturo Torres Landa empresario de Juriquilla, al terminar el paseillo.

Por José I. González – De SOL y SOMBRA.

Plaza de toros Jorge “Ranchero” Aguilar. Tarde espléndida soleada y sin viento. Casi lleno.

Se lidiaron seis toros, dos para rejones de Zacatepec divisa rojo y plomo de encaste Murube bien presentados muy entipados, el primero fue un buen toro un poco débil, el cuarto complicado y con sentido y cuatro de Piedras Negras divisa rojo y negro de encaste Saltillo, desiguales en presentación y juego. Segundo bien hecho, bravo y encastado que embistio claro por los dos pitones, tercero serio y cuajado pero soso y deslucido, el quinto muy entipado, con casta y exigente. El sexto toro anovillado y de escaso trapío, que fue muy protestado, ademas de manso y deslucido.

Diego Ventura: Oreja y oreja.

Ernesto Javier “Calita”, verde Soraya y oro: Oreja y dos orejas.

Leo Valadez, obispo y oro: Silencio y palmas.

Incidencias: Destacó en la brega el auxiliador de Diego Ventura y en banderillas Alejandro Prado. Al final del festejo Diego Ventura y El Calita salieron en hombros.

El Festejo

Había ambiente y los aficionados estaban deseosos de que fuera una gran tarde, Diego Ventura fue uno de los imanes de taquilla y claro está, no defraudó, es una gran figura del Rejoneo y ayerdió muestra de su gran momento, primero mostrando su cuadra de caballos toreros cómo Joselito, Gitano, Fado, Velázquez y Bronce todos la cuadra muy torera.

El primer toro de Zacatepec era un toro negro chorreado, precioso de tipo, largo, bien comido y acapachado de cuerna, que mostró las mejores virtudes del Encaste Murube, quizá su pequeña flojedad era el único pero, pero desde que salió mostró calidad y recorrido. Enfrente tenía a Ventura que desde que se hace presente en el ruedo capta todas las miradas y lo hace mostrando su maestría, acortando de manera magistral los terrenos y hasta tres veces arranco los oles del tendido el caballo valiente y su gran jinete. Clavó un solo rejón de castigo y vino el tercio de banderillas, dónde templo y disfruto las embestidas del buen toro de Zacatepec que tenía un gran tranco y ritmo, hubo galope a dos pistas, quiebros por dentro, toreo a caballo. Cuando el toro mostró debilidad, Ventura le exigió menos y clavo de frente llevando embebido al toro en el estribo.

Lo mató de un rejonazo entero por arriba y la afición le pidió la oreja. En su segundo toro vino la maestría el astado castaño chorreado precioso de lámina, pero su juego fue lo contrario a sus hechuras complicado desde salida se quedó corto, midiendo sin entregarse ni galopar, una prenda. Ventura le aguanto arreones y coladas, se doblo con el de manera magistral, hubo un doblón de castigo delumbrante, giraba con el toro por el pitón izquierdo y casi al terminar cambio hacia el lado contrario obligando al castaño a corregir su viaje ¡que toreo! En ese momento el toro supo que el jinete le había ganado la partida. Ventura le fue consintiendo y templando sus embestidas y clavando arriba hizo que los tendidos aplaudieran a rabiar. Llegó el climax cuando le quitó el cabezal a bronce y llegaron las banderillas cortas al violín y la locura en los tendidos. Vaya forma de poder y meter en la canasta a un toro complicado, que hasta confundió a más de uno pensando en que el toro había sido bueno.

Lo mató de un pinchazo y rejonazo arriba y el toro tardó en hecharse pero aún así la gente le pidió la oreja con fuerza. Hoy fuimos afortunados porque pudimos presenciar a una figura del toreo a caballo histórica.

Ernesto Javier “Calita” tuvo una gran tarde, claro está tuvo el mejor lote tanto de hechuras cómo de juego, los mejores toros y la suerte juego a su favor.

“El Calita” se mostró en gran momento y eso se nota, está mentalizado y lo ve claro, su primer toro de Piedras Negras, un toro ligero de carnes, bajito cornidelantero muy entipado con su clásico corbatín embistio pronto y Ernesto Javier lo lanceo de manera templada y ganando terreno, terminó con chicuelinas y remantando con una vistosa revolera.

El toro peleo en el caballo de buena manera mostrando su gran condición y Calita lo saco del piquero con navarras luciendo en ese quite. El toro era bravo y encastado, además con buen estilo y Ernesto Javier entendió que por el pitón derecho tenía un gran y Calita lo aprovecho de manera cabal, cambio a la mano izquierda y lo cuajó también. Que buen momento atraviesa Ernesto Javier y lo mostró cuajando a un gran toro de Piedras Negras, al qué mató de una estocada entera y tendida para cortaruna oreja, mientras que el de Piedras Negras fue aplaudido en el arrastre.

En el quinto de la tarde Calita salió a por todas inicio de rodillas con dos largas cambiadas a un toro cárdeno plateado, muy bajo y paliabierto que mostró casta y era exigente y cumplió en el caballo.

Brindó a los ganaderos y empezó una faena maciza, llevando muy largo las embistidas del toro que tenía mucho que torear y al que sometio y templo en varias tandas por el derecho. Después ya con la muleta en la mano izquierda lo convencio y logró interpretar el toreo por abajo y de manera rotunda. Regresó a la derecha y también lo sometio bajandole la mano con profundidad. Remató la faena con muletazos por alto y coronó su trasteo con una gran estocada en todo lo alto, que por si sola merecía una oreja, pero la gente pidió las dos orejas con fuerza para coronar una gran tarde de Ernesto Javier “Calita”.

Leo Valadez tuvo una tarde complicada y pecho con el peor lote y que además fue era el más cargado, serio y cuajado con el astado más grandulón del encierro y con el cariavacado hocico de rata que hizo sexto.

Con el tercero se topo con un toro serio y muy descarado de pitones, pero que fue descastado y soso qué además tenía un corto recurrido y tendencia a puntear los muletazos. Leo intento justificarse pero la faena no llego a buen puerto, lo pincho en dos ocasiones y tras una infinidad de descabellos se retiró en silencio.

El sexto de la tarde era un toro de pobre trapío que fue muy prestado por el público y que no debió de entrar en la corrida y más teniendo un toro de mayor trapío en los corrales. Además el error fue haberlo enlotandolo con el toro más cuajado, de verdad inexplicable que la gente de Valadez anduviera tan distraída. Y que para colmo fue manso, ya que no dejo de corretear por el ruedo. Salió huyendo de los cuatro encuentros con los caballos, en fin una pena para esta casa ganadera.

Ante tanto descontrol en el ruedo y malestar en el tendido, Valadez se limito a pasarlo por los dos pitones y al momento en que arreciaron las protestas se fue por la espada.