Aguascalientes: Destaca la entrega de la tercia que pierde trofeos por la espada.

La tercia conformada por Eduardo Neyra, Joel Castañeda y Emiliano Osornio dejó buenas sensaciones en la novillada celebrada este domingo en la plaza de toros “San Marcos”, pero los fallos con la espada impidieron que se cortaran los trofeos. Neyra, dio dos vueltas al ruedo, al igual que Joel Castañeda. Dos toros de Castorena fueron buenos, el tercero, de arrastre lento y el lidiado en quinto lugar.

Eduardo Neyra construyó una faena valerosa, de entrega y pundonor con el abre plaza de nombre “Nube Roja“, de la ganadería de Castorena que no terminó de entregarse. Lo hecho por el novillero duranguense tuvo el reconocimiento del público, pues siempre estuvo firme, dando, sacando todos los muletazos y haciendo además el uso de los recursos para el lucimiento. Ajustadas bernardinas para cerrar con pundonor su labor. El novillo tardo en doblar, sonando un aviso. Neyra dio una vuelta al ruedo.

El esfuerzo fue claro de Joel Castañeda tras su labor con el segundo del festejo, “Don Gustavo”, de 420 kilos. Poca fuerza
tuvo el novillo con el que ha tenido siempre voluntad y disposición.

Con el tercero de la tarde, “Don Felipe”, Emiliano Osornio mostró su sello, en la búsqueda del toreo clásico, con aroma y buenos detalles, sacando muletazos templados por ambos pitones, y extrayendo la potabilidad que tuvo el novillo de
Castorena. Bueno ha sido el planteamiento de faena del queretano que una vez más conquistó a la afición de Aguascalientes.
Pesado con la espada, perdió la posibilidad de tocar pelo, quedando en salida al tercio.

El cuarto del festejo, “Don Pedro“, de 424 kilos, correspondiendo a Eduardo Neyra, que recibió al de Castorena a porta gayola, toreando también de rodillas con una larga cambiada, en ese mismo tenor lucio en un visto quite, despertando asi el interés von el capote. De nueva cuenta brindó al respetable, y ha dejado pasajes de lucimiento, pues al novillo le costó embestir. Neyra siempre fue para adelante, convencido de que tenia que dar lo que al novillo le faltaba. Mató al segundo viaje y saludo en el tercio.

El quinto, “Perseverante“, de 380 kilos, quinto de la tarde, al que Joel Castañeda saludó de buena manera, encendiendo los ánimos al ejecutar un quite donde se llevó una voltereta sin consecuencias, por fortuna. Volvió a tomar el capote y con zapopinas desgranó la ovación. En ese deseo por no irse de vacio, tomó las banderillas y cubrió el Segundo Tercio, dejando tres buenos pares. Un buen novillo resultó el de Castorena, al que Castañeda toreó con mando con la muleta en la mano diestra. Torería en las series posteriores, con ese buen son, corriendo la mano, y aunque el novillo marcó su querencia en tablas, Castañeda lo toreó ahí, sin que la faena perdiera el ritmo. La espada impidió el triunfo que en la espuerta tenía, escuchó un aviso y dio una vuelta al ruedo.

El sexto, “Caporal”, de 365 kilos, tuvo poco, pero Osornio se mantuvo firme, convencido de entregar y apostar, estuvo temerario en el quite, y con la faena lo intentó, esbozando la calidad en los momentos que regaló el de Castorena. Pesado con el acero, escuchó unas tibias palmas tras dos avisos.

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