Opinión: Así está el toreo.

Por Luis Pla Ventura.

El final de la Copa Chenel nos muestra cómo y de qué manera está el toreo. Sus finalistas, Juan del Álamo, Borja Jiménez e Isaac Fonseca. Los tres espadas dirimirán quién de ellos será el triunfador toral el próximo 10 de junio en Alalpardo con todos de Victoriano del Rio. El evento citado, de cabo a rabo, me parece genial pero, a su vez, nos ha mostrado todas las carencias del toreo, de ese mundillo absurdo en el que anidan los que otros quieran porque, como méritos personales, apenas cuentan para nada.

Lo vuelvo a explicar. Juan del Álamo es un hombre que ha toreado mucho en Madrid, un diestro que cortaba una oreja en cada una de sus comparecencias, hasta el día que cortó dos, salió por la puerta grande y ahí murió su carrera, todo ello al margen de haber toreado muchas corridas en distintos cosos de España y Francia. Y con semejante palmarés tuvo que aferrarse a la Copa Chenel si quería torear algo, es decir, a probar suerte porque llevaba tres años sin vestirse de luces.

Borja Jiménez es un chico con una ilusión tremenda, que lleva varios años como matador de toros y, como única tabla de salvación su aferró a la copa citada y, dando gracias que le admitieron, otros muchos no han podido decir lo mismo, caso de Miguel Maestro que, pese a ser madrileño no le han dado cancha. A Borja Jiménez le sigue y ayuda al maestro Juan Antonio Ruíz Espartaco, lo que viene a demostrar la bondad de este gran torero, figura indiscutible de su época que, como digo, se deja la piel por este chico como si fuera su mentor del alma y, lo que es peor, posiblemente, sin la menor recompensa.

Y, respecto a Isaac Fonseca, eso es el caso más sangrante del toreo. Barbaridades, en el toreo, se han cometido muchas pero ninguna del calibre del que ha sufrido este chico. Fijémonos que, en los últimos veinte años, no se recuerda una carrera tan exitosa como novillero que pueda asemejarse a la de Isaac Fonseca, de forma concreta en pasado año en que se doctoró a finales de temporada en Francia, no sin antes haber dejado una estela de éxitos inenarrables en todas las plazas donde actuó. Pero no fueron triunfos pueblerinos, en ocasiones tan sencillos de lograr; fueron éxitos inenarrables en plazas como Madrid, Sevilla, Pamplona, Santander, Valencia…..

Todos creíamos, craso error el nuestro, que las victorias profesionales del mexicano serían un gran aval para que, una vez doctorado, como premio ganado a base de sudor, sangre, lágrimas y triunfos conseguidos, el chaval sería tenido en cuenta de cara a esta temporada que hemos empezado y, nada de nada. Está anunciado en Madrid para confirmar su alternativa porque, con toda seguridad, el empresario Pedro Haces, en calidad de socio de la empresa madrileña, seguro que ha puesto todo de su parte para que el chico refrende su borla como doctor en tauromaquia.

La fecha que cito es el único contrato que tenía el diestro a principios de temporada y, como se ha demostrado, desesperado se aferró a la Copa Chenel para conseguir que su nombre estuviera en candelero; vamos, que no había “muerto”. Ahora, en este instante, creo que le he visto anunciado en Dax y para usted de contar. Pero, ¿saben ustedes lo peor? Que las grandes ferias están todas prácticamente formalizadas y, aun teniendo un gran triunfo en Madrid, Isaac Fonseca lo tiene muy difícil. Por sus condiciones, hasta puede quedar triunfador en el certamen en el que ha llegado a la final pero, ¿para qué?

En este mundo tan complejo, mezquino, cruel, aberrante y calamitoso, deseamos toda la suerte del mundo a todos los diestros del escalafón pero, de una forma muy concreta a Isaac Fonseca que, desde el primer momento en que se vistió de luces demostró que no es uno más que quiere ser torero para no trabajar; todo lo contrario, quiere ser torero porque tiene una vocación desmedida, unas cualidades que le definen por encima de los demás, un valor que ya lo quisieran la mayor parte de los toreros y una ganas de ser alguien en la vida por méritos propios que, insisto, me quito el sombrero ante este muchacho que, pese a tantos valores como atesora, si Dios no lo remedia, permitirán que sea uno más, sin duda, la crueldad más extrema para un torero que, según sus ilusiones, quiere competir con Roca Rey pero, ¿existe un solo empresario que sea capaz de apostar por un mano a mano entre el peruano y el mexicano? Que cada cual saque la lectura que crea concluyente.

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