La clase la puso Silveti

Por el Guerra.

No salió propicia la novillada del Marqués de Domecq para que los 3 debutantes en Pamplona pudieran triunfar ampliamente. Hoy se presentaron Cristián Escribano, de la Escuela de Madrid; el salmantino Juan del Álamo, que es primero del escalafón; y el mexicano Diego Silveti, que en apenas  tres semanas del verano ya se ha presentado en Sevilla, Barcelona y ahora Pamplona.

Escribano se paso de tiempo en su primer  novillo. Al cuarto lo manejó con oficio suficiente, pero con la espada la paso mal.

Juan Del Álamo le hizo al segundo una faena de conocimientos y de expresión a la vez, con todo en la mano falló con la espada: tres pinchazos y una entera.  El viento molesto durante toda la tarde-noche y no dejó a Juan poder hacer el toreo con la mano baja en el quinto. No templados ni los músicos ni Juan, la faena se transformo en una serie de trapazos insufribles y a 120 km por hora.

Diego Silveti por otro lado fue la finura de la alta escuela del toreo. La manera de estar y colocarse, su relajada firmeza, el juego de brazos, la voluntad seria de torear a cámara lenta  y tan despacio que estuvo a punto de costarle una cornada. Resignado vio que el tercero, inválido, perdia las manos; pero logro la inspiración y el compás con el sexto pese a que  este no regalaba flores. Pero Diego Silveti sin lugar a dudas realizo lo mejor del festejo que fue el toreo lento y templado, siempre lleno de inspiración y fondo artístico. Lo demás es lo de menos.

Resumen del Festejo

Pamplona. 1ª de San Fermín. Un tercio de entrada. Novillada Nocturna. Tarde-Noche Ventoso, fresquita. Seis novillos de “Ganadería Marqués de Domecq” (Fernando Domecq López de Carrizosa). El quinto, sobrero.

Cristián Escribano, de rosa palo y oro, silencio tras aviso en los dos. Juan del Álamo, de blanco y azabache, saludos y silencio tras un aviso. Diego Silveti, de verde manzana y oro, silencio y fuerte ovacion.