A Medias y Por Enteras – Estela de una Media Verónica de Miguel de Pablo.

 

Esforzado y entendido Miguel de Pablo corta oreja en La México.

 El encierro mejor presentado de la temporada –con sus matices, claro- se queda corto por falta de fuerza, raza y casta. Además, porque el lote de mayores posibilidades se encuentra con quien menormente habría podido sacar algo en claro. Jaime Adrián al menos reconoce su incapacidad y ante ello se quita de la profesión. La medianía alcanza a Antonio Galindo justo cuando hace falta su estirón pero el toreo surge en varios pasajes con el debutante Miguel de Pablo que firma toreramente el ecuador de la Temporada Chica.

Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA.

Se abre la Puerta de Cuadrillas y el cielo, gris de inicio, comienza a cambiar su tono.

Será por el deseo de comenzar la novillada con el pie derecho en que la tarde se serena y nos permite disfrutar de tres turnos con sol. Ese sol contrasta con la sombra del tercer espada, Jaime Adrián.

Nuevo en esta plaza, anda sin querer andar, puesto que se ven en la necesidad de andar a las carreras con el tercero, un novillo que mejor hecho no puede haber. Tiene un problema que es la flojedad y la imperiosa necesidad de que le lleven templado a media altura y largo. Nada de esto le brinda y le aporta el novillero. Pinchazo hondo, trasero y caído acaba con un novillo noble que se queda esperando.

Peor sería con el pavo que hace las veces de cerrar Plaza.

Ni en el intento de quite –de oro, por cierto- ni en el cambiado por la espalda –que no péndulo- logra someter, no hay embarque y no hay plan, incluso de carrera, para el novillero que escucha tres avisos, ante, no las iras, sino las sufridas de un público que contempla el gesto, al menos, honrado de quitarse “el pelo”

De menor a mayor viene el sentido de esta crónica.

La medianía hace mucho daño. Es en lo profesional lo que la flojedad en los toros de lidia. Es dejar hacer y dejar pasar, sin comprometerse, decir poco y caer en la intrascendencia. Antonio Galindo, hace dos y hace un año, pareció un torero alejado de esto. No se si en su caso aplique el famoso “torear poco”, un torero a cuyo sello añadíamos el valor.

Si ha sido aquella cornada en Aguascalientes, o la mala suerte del viento, o la falta de un segundo puyazo a su primero justo cuando Gilberto Ruiz Torres ni siquiera le permitió ver al cárdeno y peligroso ejemplar de Brito que apunto está de lastimarle en la larga cambiada de rodillas, sesgada y no paralela a las tablas con la que saluda.

Simplemente, Antonio devanea entre dejar o no la muleta puesta y girar ante el cárdeno que comienza a reservarse y tardear. Duda entre perder un paso o quedarse quieto, entre someter en la línea o tirar de la redondez. Nada en claro y es una pena.

El quinto, un castaño, estrecho y destragado, pero por delante tremendamente serio astado, muestra flojedad y nobleza justo cuando la lluvia llega a La México. Galindo, que con el capote no se ha visto en un solo momento atingente, comienza perfecto con la muleta. Rodilla en tierra pero por alto, sometiendo pero aliviando. Y noticia, el castaño saca en dos tandas fondo.

Galindo lo sabe y avienta los vuelos al testuz y logra con ello ligar una tanda al natural.

Durará poco el castaño, sobre la línea y en los medios mejor pero Antonio no se decide. A cada segundo se desfonda el castaño que en un momento, al no embarcarle como el buen arte del toreo aconseja le derriba, apenas reseñable altamente son un señor trincherazo y una delicada trincherllia. Una buena estocada remata la tarde donde el despegue de Galindo se rompe.

Brito, la ganadería de enigmático origen tlaxcalteca ha enviado el encierro mejor presentado de la Temporada, aun la estrechez del primero y lo corto del segundo.

Ese primero tiene clase, es noble pero su falta de fuerza, de vigor, de mínima vitalidad es manifiesta. Incluso desde salida. Miguel de Pablo, novillero español lo sabe y no por ello, es óbice que trace cuatro verónicas y un recorte cambiándose de mano a compás abierto por fuera de las rayas. Breve el castigo. De Pablo se gusta en el lance a pies juntos y el remate es superior.

Suavidad y temple en el capote. Buen trazo y ritmo con la muleta.

Su primera faena se cimienta en el ritmo, alternando lado a lado, de la firma y el contrario por alto. Eleva el tranco flojo del toro con el derechazo largo y bien trazado. Así se gusta y el temple hace el cambio del toro flojo –en fuerza- al toro soso –flojo en raza- Aun sin fondo por el lado izquierdo De Pablo cambia la moneda en doble dosantina que obliga por el lado izquierdo al novillo y donde se impone el torero.

Pena que el bajonazo deje todo en saludos desde el tercio. Pero, no obstante, también queda todo servido para la salida del cuarto.

Es un castaño,  muy rematado de cabo a rabo, con dos astas vueltas, astifino, ojinegro y bocidorado. Poco le faltó para ser salinero pues breves manchas blancas se muestran en lo alto de su lomo.

De nuevo, De Pablo muestra su ritmo capotero primero en lances y luego en chicuelinas de frente. Gusto en el remate, antecede el lance por las afueras donde el toro evidencia quedarse corto por la falta de fuerza. Pero esto no hace más que hacer que el novillero ponga toda la atención suya y del público en el juego del castaño.

Sale del piquero, el primer espada recoge su embestida y no la deja huir, justo cuando apretando hacia la puerta de toriles, le brega hacia atrás y cuando embarcado y toreado, dispone rematarle con verticalísima media, a compás abierto, a pitón izquierdo y a Plaza entregada en uno de los grandes momentos de la Temporada.

Todavía esa estela se alarga en el emocionante cite para la zapopina. Solo que el toro comienza su desplome en el momento del quite. El torero español es conciente que el toro ha caído estrepitosamente en su fuerza y casta reduciendo su condición brava a cenizas.

Fuego cruzado en los derechazos de De Pablo, al grado del desarme. Pero, importante es decir que Miguel se ha levantado para forzar la pelea, pero con cabeza, con temple y quietud suficientes para levantar a partir de polvo, al menos el cromo de los pases de pecho y un derechazo antes de que el toro doble contrario a la Puerta de Cuadrillas.

Poco queda y una estocada, entera pero caída, tras manoletinas, ha permitido cortar una oreja no menos discutida, por su colocación. No así por el concepto y la expresión, así como la indubitable sensación que la clase aun en los medios lances se derrocha por enteros.

A la muerte del tercero nos encontramos en el punto medio del festejo que marca el ecuador de la Temporada. Pronto se va el tiempo y, claro, aun más la ilusión, estrellada con la incapacidad o con la mansedumbre.

Pero aun así, con medianamente poco, la aurora y la estela, el polvo de estrellas de una media verónica puede valer la tarde entera.

Y hay veces que bien vale, una media, una Temporada completa.

Quizá esta haya sido el caso.

Twitter: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Temporada de Novilladas 2012. Domingo, Agosto 19 de 2012. Sexta de Temporada Chica. Menos de un cuarto de plaza en tarde de clima cambiante, grisen en el Paseíllo, soleada después, con lluvia en el quinto y fresco al cerrar. Viento desde el segundo  ya hasta el quinto turno.

6 Novillos, 6 de Brito (Divisa Azul y Rojo) Desigual de presencia. Bien presentados cuarto quinto y sextos. Muy bien hecho aunque bajo y estrecho el tercero. El sexto ha sido un toro precioso de estampa y muy serio, con cuatro años y medio oficialmente. Faltos de fuerza y raza en general, manejables en su conjunto aunque tardo. Destacó de inicio el castaño cuarto y el sexto que se aburrió de embestir. Con clase pero sin fuerza el primero.

Miguel de Pablo, nuevo en esta Plaza(Negro y oro con remates negros) Saludos y Oreja con leves protestas. Antonio Galindo (Blanco y azabache) Silencio y Silencio. Jaime Adrián,nuevo en esta Plaza(Obispo y oro) Silencio y División tras tres avisos.

El tercer espada decidió retirarse el añadido luego de habérsele ido el cierra plaza vivo al corral.

Destacó en picando el segundo de la tarde César Morales, fuertemente ovacionado. A la brega y en banderillas, Sergio González.

Mal utilizó la Autoridad la facultad discrecional de cambiar por mutuo propio el tercio de varas durante la lidia del segundo de la tarde.

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