Ocho con Ocho – El mejor de la historia por Luis Ramón Carazo

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Nacido en Estella (Navarra) en 1966, Pablo Hermoso de Mendoza desde su infancia tenía una gran afición por la equitación. Pero fue a partir de una corrida de rejoneadores, que cuando era estudiante, ve en televisión, cuando siente la necesidad a ser torero a caballo.

Y a trascender se dedica con constancia, venciendo todo tipo de obstáculos. Y lo ha conseguido, alcanzar el escalón de ser considerado la primera figura en el toreo a caballo. Fue arduo y empinado, pero la calidad se impuso a las circunstancias. En la historia del rejoneo ninguno como él en números y en concepto.

Gran parte del éxito lo adjudica a sus caballos, a los que gusta preparar personalmente, con tal grado de acierto que hoy tiene una de las yeguadas más cotizadas, especialmente para caballos para el rejoneo. De hecho, rara es la corrida de rejones que se celebra en el mundo en la que no sale al ruedo un caballo con su hierro titular.

La revolución de su toreo que entreteje los estilos portugués y español con el sello único de estar amalgamado con sus cabalgaduras a las que convence para torear. Por eso es complicado compararlo, Pablo hasta hoy, es el único rejoneador capaz de torear y cabalgar sin fustigar a sus cabalgaduras.

En todas las suertes que realiza se le nota la sincronización y la armonía con las diferentes figuras de su cuadra. Si acaso el más emblemático de todos, Cagancho caballo que adquirió en una suma que hoy suena ridícula pues no rebasó los 5 mil dólares. Pudo ver Pablo en el inmortal cuadrúpedo, lo que sus colegas no vieron para consagrarse primero en Sevilla y Madrid y luego en México.

Él ha declarado: “poner en figura un potro nacido en tu casa es algo precioso. Yo soy un enfermo de eso, y aunque reconozco que esto me complica más sacar caballos, me he acostumbrado a hacerlo así. Lejos de lo que con buen criterio hacen otros compañeros, que es buscar fichajes en las cuadras de otros rejoneadores y, tras un retoque, en cuestión de un mes tienes un caballo toreando, soy un romántico del tema, y me hace ilusión que un caballo importante lo sea porque lo he criado y porque he trabajado con él. Cumplir el ciclo completo te hace implicarte mucho más. Los cuadros que expongo, los muestro porque los he hecho yo, no porque los he comprado”

De su caballo preferido comentó: “Cagancho estaba considerado como un caballo que no iba a ser un buen caballo para torear. Mi trabajo con él tuvo dos vertientes: La del entrenamiento y el entendimiento con el caballo. Así llegó a ser lo que fue. El rejoneador debe saber sacar todo lo que el caballo lleva dentro y exponerlo en su máximo esplendor ante el público. Pero debe primar la faceta fundamental del respeto hacia el caballo y el amor por él. Yo procuro hacerlo desde el principio, mostrarlo a él como la estrella, hacerlo sentir torero y es algo que la gente percibe enseguida y lo hace figura del rejoneo”.

Como hito, Cagancho hasta hoy es el único caballo que se ha despedido del rejoneo con el reconocimiento popular en La México.

En la historia de nuestra Monumental de Insurgentes es el único rejoneador premiado tres veces con los máximos trofeos, el otro con uno fue Carlos Arruza que para recibir el rabo toreó a pie un buen trecho de su magnífica faena.

Pablo a lomo de sus cabalgaduras ostenta un récord que hoy en día parece difícil de superar por otro rejoneador de donde quiera que provenga. Ayer en Pachuca llegó a una cifra impresionante en la historia del toreo.

Para dar un referente Enrique Ponce tiene una cifra superior a las 2 mil corridas toreadas y Eloy Cavazos de México se quedó en 1907 corridas toreadas. Pablo es el único a caballo capaz de conseguirlo por las extensas temporadas que torea en todo el mundo taurino.

Lo que sucedió en Pachuca el 14 de abril de 2013 fue para no olvidarse, el homenaje de la afición hidalguense encabezado por su gobernador Francisco Olvera fue de gran categoría con charros en el ruedo y los himnos de España y México resonando con el marco impoluto del cielo pachuqueño.

La empresa que encabeza Julio Uribe supo entender la magnitud de la hazaña de Pablo y con grandeza organizó la corrida en la que el torero navarro realizó una gran faena a un magnífico toro de Los Encinos para obtener los máximos trofeos. A su lado Joselito Adame obtuvo una oreja de un muy buen toro de Torreón de Cañas y Fermín Spinola se fue inédito por lo complicado de su lote.

La relación con nuestro país se sella con la celebración en México de su tarde número dos mil y también la mil fue en Chihuahua. Pablo tiene por delante varias corridas y en particular la del 25 de abril en Aguascalientes denominada Ponciana por ser en homenaje al inmortal torero con bigotes y en la que portara el traje de charro.

Se antoja una fecha para no perdérsela en el largo recorrido del mejor rejoneador del mundo en la historia del toreo y los números que son fríos lo demuestran. ¡Enhorabuena por Pablo y por el toreo a caballo!

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