Guía rápida para los Sanfermines 2014: La fiesta, los encierros y el símbolo, el toro bravo.

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De SOL y SOMBRA.

Quedan sólo unos días para que arranque una nueva edición de los Sanfermines, probablemente la fiesta española más conocida en todo el mundo. Pamplona celebra a su santo, San Fermín, pero al santo le queda poco protagonismo. La fiesta son los encierros y el símbolo, los toros. El chupinazo La fiesta se inicia oficialmente el día 6 a las 12 del mediodía, con el lanzamiento del famosos chupinazo. Con la plaza del Ayuntamiento hasta arriba –no cabe un alfiler–. Si tenemos claustrofobia, mejor irnos a la inmediata plaza del Castillo. Una fiesta en la que se madruga Si no tenemos ni el dinero ni los contactos en Pamplona para tener un balcón en primera línea, toca madrugar para ver los encierros de cerca. Ver los toros desde el vallado exige estar allí una hora y media antes de que empiece la carrera… ¡sobre las 6.30 de la mañana! Cantar al santo Cada mañana, antes del inicio del encierro, los mozos cantan a San Fermín para pedir su protección: “A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición”. Los encierros Escucharemos cuatro cohetes: el primero indica que comienza el encierro; el segundo, que todas las reses han salido del corral y están ya en el recorrido; el tercero, que ha finalizado el encierro; y el cuarto, que los toros están de nuevo en los corrales. Las vaquillas Tras el encierro, en el ruedo se sueltan vaquillas. Aunque se puede tratar de recortarlas y torear, está totalmente prohibido tocarlas o zarandearlas. Hemingway Si hubo alguien que hizo internacional la palabra fiesta y la hizo sinónimo de los Sanfermines fue Ernest Hemingway. Sus crónicas periodísticas y su libro The sun also rises (Fiesta, en español), de 1926, fue la mejor carta de presentación de estas celebraciones de cara al extranjero. No sólo encierrros No todo acaba en los encierros y las corridas. Hay un sinfín de actividades. Los gigantes y cabezudos, por ejemplo, salen todos los días en comparsas para amenizar el ambiente por las calles de la ciudad, haciendo las delicias de los más pequeños. Procesión de San Fermín En la mañana del 7 de julio tiene lugar la procesión de San Fermín. Es el único día del año que el santo recorre las calles del Casco Antiguo de la ciudad. Rodeada de música y comparsas, la procesión hace varias paradas, los llamados momenticos, para homenajear al santo cantando una jota. Pobre de mí Cantando el Pobre de mí, desde la plaza del Ayuntamiento o la del Castillo, los pamploneses se despiden de las fiestas… hasta dentro de un año. El lamento se entona a las doce de la noche del 14 de julio.

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Quedan sólo unos días para que arranque una nueva edición de los Sanfermines, probablemente la fiesta española más conocida en todo el mundo. Pamplona celebra a su santo, San Fermín, pero al santo le queda poco protagonismo. La fiesta son los encierros y el símbolo, los toros.

El chupinazo La fiesta se inicia oficialmente el día 6 a las 12 del mediodía, con el lanzamiento del famosos chupinazo. Con la plaza del Ayuntamiento hasta arriba –no cabe un alfiler–. Si tenemos claustrofobia, mejor irnos a la inmediata plaza del Castillo. Una fiesta en la que se madruga Si no tenemos ni el dinero ni los contactos en Pamplona para tener un balcón en primera línea, toca madrugar para ver los encierros de cerca. Ver los toros desde el vallado exige estar allí una hora y media antes de que empiece la carrera… ¡sobre las 6.30 de la mañana!

Cantar al santo Cada mañana, antes del inicio del encierro, los mozos cantan a San Fermín para pedir su protección: “A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición”. Los encierros Escucharemos cuatro cohetes: el primero indica que comienza el encierro; el segundo, que todas las reses han salido del corral y están ya en el recorrido; el tercero, que ha finalizado el encierro; y el cuarto, que los toros están de nuevo en los corrales.

Las vaquillas Tras el encierro, en el ruedo se sueltan vaquillas. Aunque se puede tratar de recortarlas y torear, está totalmente prohibido tocarlas o zarandearlas.

Hemingway Si hubo alguien que hizo internacional la palabra fiesta y la hizo sinónimo de los Sanfermines fue Ernest Hemingway. Sus crónicas periodísticas y su libro The sun also rises (Fiesta, en español), de 1926, fue la mejor carta de presentación de estas celebraciones de cara al extranjero.

No sólo encierrros No todo acaba en los encierros y las corridas. Hay un sinfín de actividades. Los gigantes y cabezudos, por ejemplo, salen todos los días en comparsas para amenizar el ambiente por las calles de la ciudad, haciendo las delicias de los más pequeños.

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Procesión de San Fermín En la mañana del 7 de julio tiene lugar la procesión de San Fermín. Es el único día del año que el santo recorre las calles del Casco Antiguo de la ciudad. Rodeada de música y comparsas, la procesión hace varias paradas, los llamados momenticos, para homenajear al santo cantando una jota.

Pobre de mí Cantando el Pobre de mí, desde la plaza del Ayuntamiento o la del Castillo, los pamploneses se despiden de las fiestas… hasta dentro de un año. El lamento se entona a las doce de la noche del 14 de julio.

Los toros ya esperan en los Corrales del Gas

Todo esta listo para que Pamplona se abra de par en par para recibir a un millón de visitantes y vivir días -del 7 al 14 de julio- de locura colectiva. Es San Fermín 2014. Una celebración en la que el protagonismo del toro no es más que una excusa para una fiesta total que ha traspasado fronteras.

El lunes 7, a las ocho de la mañana día del Patrón, se correrá el primero de los ocho encierros que, por primera vez, podrán ser vistos en Estados Unidos gracias a un acuerdo entre TVE y NBCUniversal, que lo emitirá por el canal Esquire Network, que cuenta con un audiencia potencial de 75 millones de hogares; y, por la tarde, la primera corrida, -con el cartel de ‘no hay billetes’ colgado para toda la feria- en una plaza con un aforo de 19.720 espectadores, donde figuras y aspirantes a la gloria del toreo buscarán la atención de unos tendidos de sol más pendientes de la comida y la bebida que de lo que ocurra en el ruedo.

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Por las míticas calles de Pamplona correrán los toros de Miura, que cumplirán su encierro número 34; les siguen los de Dolores Aguirre y Jandilla, con 14; Torrestrella, con 12; Fuente Ymbro, 9; Victoriano del Río, 4; Adolfo Martín, 3 y Garcigrande.

Todos ellos pujarán por alcanzar un nuevo récord de velocidad, establecido en 2 minutos y 13 segundos por los toros de Miura en el año 2006, aunque el tiempo medio es de 3 minutos y 55 segundos a 24 kilómetros por hora.

Y entre carreras y sustos, los toros también ofrecen peligro en forma de golpes, volteretas y cornadas; y, a veces, cogidas mortales, pues 15 mozos -once navarros, un madrileño, un extremeño, un mexicano y un norteamericano- han fallecido desde 1922, y son innumerables los heridos por cornadas y traumatismos.

La ganadería de Jandilla ocupa el ranking de peligrosidad con 27 cornadas en su paso por San Fermín; les siguen Torrestrella, con 21; Dolores Aguirre, con 14 y Miura, con 12.

Según un estudio realizado por el Ayuntamiento de Pamplona en 2011, un total de 20.500 corredores participaron en los ocho encierros; el día de mayor afluencia fue el 7 de julio, con 3.600 mozos, y el día 14 el de menos, con 1.600. Se conoció entonces que la mitad de los corredores se estrena cada día, y que los nacionales y extranjeros se reparten a partes iguales.

Con el objetivo de reducir las lesiones, el Ayuntamiento ha puesto en marcha una ordenanza que regula la seguridad de las carreras, y las infracciones podrán ser sancionadas con multas que oscilan entre los 600 y 60.000 euros. Asimismo, los agentes de los diferentes cuerpos de policía prestarán una especial atención a los comportamientos sexistas y exhibicionistas durante el chupinazo.

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Por otro lado, la Casa de Misericordia de Pamplona, propietaria de la plaza de toros, promoverá el acercamiento del público familiar a los toros. Así, el día 9, los niños entrarán en la plaza perseguidos por toros de ruedas en el último tramo del encierro, y asistirán a una clase de toreo impartida por el diestro Alejandro Talavante; y el día 11, tres novilleros navarros tentarán tres reses para que el público joven conozca la técnica del tentadero.

Twitter @Twittaurino

Quedan sólo unos días para que arranque una nueva edición de los Sanfermines, probablemente la fiesta española más conocida en todo el mundo. Pamplona celebra a su santo, San Fermín, pero al santo le queda poco protagonismo. La fiesta son los encierros y el símbolo, los toros. El chupinazo La fiesta se inicia oficialmente el día 6 a las 12 del mediodía, con el lanzamiento del famosos chupinazo. Con la plaza del Ayuntamiento hasta arriba –no cabe un alfiler–. Si tenemos claustrofobia, mejor irnos a la inmediata plaza del Castillo. Una fiesta en la que se madruga Si no tenemos ni el dinero ni los contactos en Pamplona para tener un balcón en primera línea, toca madrugar para ver los encierros de cerca. Ver los toros desde el vallado exige estar allí una hora y media antes de que empiece la carrera… ¡sobre las 6.30 de la mañana! Cantar al santo Cada mañana, antes del inicio del encierro, los mozos cantan a San Fermín para pedir su protección: “A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición”. Los encierros Escucharemos cuatro cohetes: el primero indica que comienza el encierro; el segundo, que todas las reses han salido del corral y están ya en el recorrido; el tercero, que ha finalizado el encierro; y el cuarto, que los toros están de nuevo en los corrales. Las vaquillas Tras el encierro, en el ruedo se sueltan vaquillas. Aunque se puede tratar de recortarlas y torear, está totalmente prohibido tocarlas o zarandearlas. Hemingway Si hubo alguien que hizo internacional la palabra fiesta y la hizo sinónimo de los Sanfermines fue Ernest Hemingway. Sus crónicas periodísticas y su libro The sun also rises (Fiesta, en español), de 1926, fue la mejor carta de presentación de estas celebraciones de cara al extranjero. No sólo encierrros No todo acaba en los encierros y las corridas. Hay un sinfín de actividades. Los gigantes y cabezudos, por ejemplo, salen todos los días en comparsas para amenizar el ambiente por las calles de la ciudad, haciendo las delicias de los más pequeños. Procesión de San Fermín En la mañana del 7 de julio tiene lugar la procesión de San Fermín. Es el único día del año que el santo recorre las calles del Casco Antiguo de la ciudad. Rodeada de música y comparsas, la procesión hace varias paradas, los llamados momenticos, para homenajear al santo cantando una jota. Pobre de mí Cantando el Pobre de mí, desde la plaza del Ayuntamiento o la del Castillo, los pamploneses se despiden de las fiestas… hasta dentro de un año. El lamento se entona a las doce de la noche del 14 de julio.

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Quedan sólo unos días para que arranque una nueva edición de los Sanfermines, probablemente la fiesta española más conocida en todo el mundo. Pamplona celebra a su santo, San Fermín, pero al santo le queda poco protagonismo. La fiesta son los encierros y el símbolo, los toros. El chupinazo La fiesta se inicia oficialmente el día 6 a las 12 del mediodía, con el lanzamiento del famosos chupinazo. Con la plaza del Ayuntamiento hasta arriba –no cabe un alfiler–. Si tenemos claustrofobia, mejor irnos a la inmediata plaza del Castillo. Una fiesta en la que se madruga Si no tenemos ni el dinero ni los contactos en Pamplona para tener un balcón en primera línea, toca madrugar para ver los encierros de cerca. Ver los toros desde el vallado exige estar allí una hora y media antes de que empiece la carrera… ¡sobre las 6.30 de la mañana! Cantar al santo Cada mañana, antes del inicio del encierro, los mozos cantan a San Fermín para pedir su protección: “A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición”. Los encierros Escucharemos cuatro cohetes: el primero indica que comienza el encierro; el segundo, que todas las reses han salido del corral y están ya en el recorrido; el tercero, que ha finalizado el encierro; y el cuarto, que los toros están de nuevo en los corrales. Las vaquillas Tras el encierro, en el ruedo se sueltan vaquillas. Aunque se puede tratar de recortarlas y torear, está totalmente prohibido tocarlas o zarandearlas. Hemingway Si hubo alguien que hizo internacional la palabra fiesta y la hizo sinónimo de los Sanfermines fue Ernest Hemingway. Sus crónicas periodísticas y su libro The sun also rises (Fiesta, en español), de 1926, fue la mejor carta de presentación de estas celebraciones de cara al extranjero. No sólo encierrros No todo acaba en los encierros y las corridas. Hay un sinfín de actividades. Los gigantes y cabezudos, por ejemplo, salen todos los días en comparsas para amenizar el ambiente por las calles de la ciudad, haciendo las delicias de los más pequeños. Procesión de San Fermín En la mañana del 7 de julio tiene lugar la procesión de San Fermín. Es el único día del año que el santo recorre las calles del Casco Antiguo de la ciudad. Rodeada de música y comparsas, la procesión hace varias paradas, los llamados momenticos, para homenajear al santo cantando una jota. Pobre de mí Cantando el Pobre de mí, desde la plaza del Ayuntamiento o la del Castillo, los pamploneses se despiden de las fiestas… hasta dentro de un año. El lamento se entona a las doce de la noche del 14 de julio.

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