
La feria de Sevilla que hemos visto por televisión, demuestra que los toros preferidos por las figuras se inclinan al comportamiento light y no es solamente en México que así sucede. Allá la diferencia es que el trapío y la edad no se discuten, lo que si preocupa a los que hablan y escriben en España, es la falta de emoción por el bajo nivel de acometividad y fijeza en los engaños de la mayoría de encierros que lidian en los carteles de postín, aquí adicionalmente y salvo honrosas excepciones, vivimos la cruda realidad de la juventud engordada de muchos de los astados que se lidian en nuestras plazas.
Dos encierros en lo que va de la feria por su emotividad, han llamado la atención, primero el de Fuente Ymbro, propiedad de Ricardo Gallardo; lidiado entre otros por Arturo Saldívar sin que por desgracia trascendiera positivamente su actuación y el de Victorino, que les tocó en suerte a Antonio Ferrera, El Cid Y Manuel Escribano el 23 de abril de 2015 y que presentó un toro un nombre curioso, Mecanizado que de tal, no tuvo nada, por el contrario, fue un dechado de alegría, prontitud, movilidad con fijeza muy bien aprovechado por el gran torero que es Ferrera en capote, banderillas y muleta, lástima de la suerte suprema pues tenía ganadas las dos orejas. Sin rematar con el estoque, se constituyó en la mejor faena de la feria por su emotividad y seriedad,un refresco de alivio para la frescura de la bravura,el homenaje de la vuelta al ruedo a sus restos, más que merecida.
Físicamente fue Mecanizado un toro fino, bajo de agujas, largo y musculoso, delantero y armónico de encornadura, su galope tuvo ritmo y se cuadraba al engaño, embistiendo humillado, yendo a más, entregado desde el principio de la suerte. El resto del encierro tuvo cada uno la sorpresa de no parecerse el uno con el otro como sucede en el ganado de la preferencia de los que coloquialmente hablando, parten el bacalao, Manuel Escribano aprovechó y obtuvo un trofeo, El Cid me parece vive horas bajas en su carrera.
Lo cual lleva a reflexionar lo importante que serían más ganaderías así que crían toros emotivos y no buscan el cartabón de lo light en su comportamiento; como las de Fuente Ymbro de Ricardo Gallardo, sustentado en Jandilla y por lo tanto en Conde la Corte y Victorino Martín con base en Santa Coloma. Por esa condición eso que muy pocas veces las figuras se apuntan para lidiarlas y allá ellos, pues el toreo sin emoción, como dicen en España pasa por descafeinado.
Por eso cuando se apuntan a las corridas las figuras con los victorinos , se enfatiza “es un gesto” Así lo hizo en 1988 Pedro Gutiérrez Moya ,El Capea en Las Ventas, los aficionados madrileños recuerdan con admiración la faena de Pedro al codicioso Cumbrerillo de Victorino Martín, la tarde de su encerrona en la tradicional Corrida de la Prensa en Las Ventas, el 28 de junio de 1988. Pedro siempre habla de qué el temple lo perfeccionó en México y lo mostró en particular con Cumbrerillo en Madrid de la cuales entre otros momentos, los naturales son inolvidables por la perfección estética.
El 1 de junio de 1982, el ruedo de Las Ventas se empapó de codicia, acometividad, fijeza y fiereza para un momento excepcional: la Corrida del Siglo. En el cartel: Francisco Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar, con toros de Victorino Martín. Pobretón, Playero, Mosquetero, Director, Gastoso y Carcelero eran los nombres de los seis ejemplares que el ganadero de Galapagar lidió en la Monumental. Una cauda de nobleza y codicia combinadas, con un trapío ejemplar de los astados. Los tres espadas se repartieron seis trofeos.
Lo anterior es historia, de acuerdo a lo que vimos en las imágenes y lo que hemos leído y oído, las corridas de Victorino Martín y la de Fuente Ymbro lidiadas en Sevilla, mantuvieron el interés por todo lo alto. Los criadores de toros de lidia, deberían reflexionar en la lección de ambos en Sevilla y reconocer que sin emoción, el toreo pierde fondo y la belleza sin aquella, carece de profundidad y de grandeza. Así lo veo y lo sostengo ¡Viva la bravura codiciosa!
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