Por Jesús Zarate.
La semana pasada quedó instaurado el capítulo Jalisco del movimiento Tauromaquia Mexicana. Se trata de un organismo que agrupa a los sectores organizados de la fiesta brava, entiéndase a los empresarios, ganaderos y toreros, para defender de manera frontal y estructurada a los toros frente a los cada días más frecuentes e intensos embates de los antitaurinos.
Una de las cabezas del movimiento, el ganadero Manuel Sescosse, comenzó su alocución con la aceptación de que Tauromaquia Mexicana nace tarde, pero que lo hace bajo dos grandes vertientes.
Una es la vía legal para frenar los movimientos abolicionistas como los que se han dado en Coahuila, en ese sentido resaltó el ejemplo que ha puesto Francia al declarar a los toros como Patrimonio Cultural Inmaterial. En un escenario ideal el objetivo es lograr algo similar en México, para lo cual primero se debería de conseguir que al menos 17 congresos locales promulgen el blindaje de la fiesta brava. La tarea no es nada sencilla considerando que son 21 los estados con actividad taurina. De ahí en adelante se tendría que llevar la iniciativa al Congreso de la Unión. Una pierna de Tauromaquia Mexicana está puesta en el cabildeo político y legislativo.
La otra pierna se refiere a los esfuerzos de mercadotecnia para promover los valores de la fiesta brava, como por ejemplo, que las ganaderías son refugios ecológicos y de respeto a la vida del toro de lidia.
En ese sentido el también ganadero Pablo Moreno presentó los argumentos de los antitaurinos basados en la ignorancia y el desconocimiento de la fiesta brava. Moreno también detalló las organizaciones transnacionales que financian y articulan las estrategias en contra de los toros en todo el mundo. El enemigo es grande. Para esto Tauromaquia Mexicana cuenta con un grupo de especialistas en mercadotecnia y redes sociales para promover las bondades, económicas, éticas, ecológicas y culturales de la Tauromaquia.
Los temas que no se discutieron al menos en la primera presentación en tierras jaliscienses fueron los relacionados con la calidad del espectáculo, que en las últimas décadas ha alejado a los aficionados, así como tampoco los mecanismos para volver a acercar a las clases más populares a la fiesta de los toros, un espectáculo caro y de élite. Por el bien de la fiesta, que Tauromaquia Mexicana tenga mucho éxito.
Una respuesta a “Opinión: Tauromaquia Mexicana”
Es que precisamente como es negocio, no puede ser popular, si lo hacen barato para todo el mundo, se llenarían de pueblo y los alto estratos sociales no se untan de pueblo, les resta categoría y además, los empresarios ganarían menos, o casi nada, es solo negocio.