Por Jesús Zarate.
Mañana se vence el plazo para todos los novilleros que deseen participar en la tercera edición del certamen Descubriendo a un Torero, mismo que es patrocinado por ganaderos y varias empresas taurinas. Descubriendo a un Torero es uno de los pocos foros que tienen los novilleros en México, un esfuerzo casi a fondo perdido, pero que se hace desde el conocimiento que cada año hay menos novilladas.
Para no ir muy lejos, caso en agosto no hay noticias de la Temporada Chica en la Plaza México, ni siquiera hay garantías de que se vaya a realizar. La plaza de Guadalajara, Jalisco, también permanece en un sepulcral silencio. Dentro de los pocos escenarios activos para los novilleros son los festejos que se dan en Cinco Villas, también por iniciativa propia de un particular, así como las series de vacadas como las organizadas por Casa Toreros, o bien los festejos de la Plaza San Marcos, en Aguascalientes.
En contraparte, han pasado al terreno de la extinción ciclos como los de las plazas de Caletilla en Acapulco, la Paloma en Puerto Vallarta, e incluso Arroyo en la Ciudad de México. Más allá de las plazas que dan novilladas está el hecho que no forman parte de un proyecto de formación de matadores, no tienen padre ni madre que las sostenga. Es un hecho que se trata de festejos deficitarios, un empresario comentaba que cada novillada representaba una pérdida de al menos 250 mil pesos. Los tiempos en que los novilleros llenaban todas las plazas ya no existen y tal vez nunca vuelvan, por lo que se hace necesario que alguien se haga responsable de darle forma un circuito novilleril permanente.
Esfuerzos como los de Descubriendo a un Torero o Cinco Villas son grandes oportunidades para los novilleros, pero después de eso se enfrentan de nueva cuenta a la inactividad y falta de oportunidades. No hay respuesta sencilla, cualquier proyecto encaminado a generar seriales de novilladas requiere de una inversión cuantiosa, no hay retorno de inversión en el corto, ni mediano plazo. El renglón de la formación taurina vive buenos momentos con varias escuelas que preparan jóvenes listos para comenzar su rodaje. Hace falta que el sector en conjunto trabaje por un proceso formal de novilladas, que desde luego incluya los festejos sin picadores.
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Publicado en: Milenio