La entrada para un festejo formal en la Plaza de Toros México el día de ayer.
Por Juan Cruz Gastón.
Me decía un amigo, que ni es político ni entendido en temas taurinos, que los convenios entre partes son buenos, en el origen, pero que pueden resultar, algunos, todo un fracaso. En el complejo mundo del toro y del toreo se utilizan convenios o conciertos entre las partes, a dos generalmente, bien en forma de apoderamiento, firmado o no, bien en contratación entre empresario y torero o ganadero, con la aprobación del torero, que manda más si es una figura, que los otros dos. Hoy día con este mundo tan revuelto en la política, como en la fiesta de toros con todas las variantes que son numerosas, estamos viviendo una corriente de ‘populismo’ tremenda. No solamente en nuestra piel de toro que es España, donde los populistas, los separatistas, no todos, los antisistema que luchan por cargarse la nación más antigua de Europa, con quinientos años de unión entre regiones, unidos para erradicar la cultura del toro, milenaria, que parece ofenderles rabiosamente y la atacan con saña porque saben o adivinan que cargándose la fiesta de los toros se cargarán España.
Dicen que el ‘populismo’, palabra derivada de pueblo y sinónimo de nación, está en la derecha como en la izquierda, en sus dos extremos más extremistas. Lo dicen del nuevo presidente, en enero jurará el cargo, de los Estados Unidos de América, pero no termino de creerlo, más bien pienso en una pose de chico listo que una realidad que iremos viendo con el tiempo. Los extremos dicen que se tocan, los dos buscan la dictadura. Otra cosa es que la consigan y no me refiero a los americanos, que tienen muchos recursos para que no suceda, pero sí que tengo cierto temor, aunque se vistan con piel de cordero cuando quieren engañarnos. La fiesta sigue teniendo mucha fuerza y los españoles somos bastante dejados porque pensamos que otros nos arreglarán nuestros problemas y que al final todo tiene solución. Ya, ya, pero viene el lobo y poco a poco ganan terrenos ante nuestra pasividad.
La fiesta de los toros nunca ha tenido afiliación política, no es de derechas ni de izquierdas, aunque hubo una época en el siglo XVIII, que hubo grandes broncas en los ruedos, pero no era por lo que significaba la fiesta de toros en España, era otra cosa distinta, enfrentamiento del pueblo trasladado a las plazas de toros, donde suele manifestarse anticipadamente lo que puede venir más tarde. Las corridas de toros llevan tres siglos reglamentadas, con modificaciones para ponerlas al día. Estamos ahora en cuanto a su regulación como trescientos años atrás, que cada capital o región, tenían su reglamento. Vamos para atrás. Las concesiones competenciales no han beneficiado en nada a los toros. La ambición de los políticos, que quieren regular todo, ha hecho posible esta desarticulación y lo aprovechan los antisistemas y los que quieren dividir España para sus logros. Somos así. No tenemos remedio ni convenios defensivos.
Publicado en La Rioja