El adiós de “Curro” Rivera en Aguascalientes

Por Fernando de Alba Mora.

El 2 de mayo de 1992 en la Monumental de Aguascalientes, Francisco Martín Rivera Agüero, “Curro Rivera” se despedía de la afición hidrocálida, mano a mano con Jorge Gutiérrez, con toros de la ganadería del propio Curro Rivera.

En esta su última tarde, esperábamos ver nuevamente la gestión y buen quehacer taurino de Curro, con sus lances y trazos impregnados de aroma, sabor y reciedumbre torera, aderezadas con sus cites y detalles plenos de arte, triunfando fuertemente como era su usanza.

La Monumental lucia hermosa para la ocasión con poco más de tres cuartos del aforo, al inicio una herradura de flores deseándole suerte, fue recibido con clamorosa ovación, saludo en el tercio con el garbo y la ya no tan juvenil figura, pero con el ánimo muy dispuesto. Sin embargo la suerte no le ayuda y en sus dos primeros enemigos nada pudo hacer, mientras Jorge triunfaba clamorosamente, por cierto le brindo al propio Curro, la faena de uno de sus toros en que cortó dos orejas y rabo.

Durante el desarrollo de la lidia y viendo que no podía darse el triunfo el ambiente se tornó sombrío, triste a pesar de las faenas de Gutiérrez; pero llego el quinto y por ende el último de Curro, quién espoleado por el triunfo de Jorge, sacando su vergüenza torera y defendiendo su puesto de primerísima figura; salió del burladero de matadores, miro al cielo y recorrió con su mirada toda la gradería, puso su capote parado y se sacudió desde los hombros hasta las zapatillas, sacó el pecho y haciendo su gesto típico como diciendo hacia los toriles “VENGA”, mostrando una actitud de reto se plantó en la arena.

Recibió al burel con lances a pies juntos sin enmendar , mantuvo erguida la figura sacando el pecho bajando los brazos, remato con sabrosa revolera, luego instrumentó unas gaoneras de antología.

El ánimo empezaba a cambiar, la sonrisa de Curro esbozaba la confianza de que vendría lo mejor, por un momento recordé aquella tarde en la Plaza México el 14 de julio de 1968, cuando cortó 4 orejas realizando un toreo largo y creativo, o bien otra de sus mejores faenas como novillero a “Tejuino” de la ganadería de Cerro Viejo.

Curro debutó en la San Marcos de Aguascalientes el 5 de noviembre de 1967, en tarde en la que también se presentaba la ganadería de Villa Alicia, con novillos para Curro Rivera, el triunfador, con 1 oreja y la vuelta al ruedo acompañado con su padre, Don Fermín Rivera, alternando con José Antonio Ramírez “El Capitán” y José Luis Velázquez. [1]

“Curro Cumbre”, en esa tarde de su despedida en Aguascalientes, se dirigió al tercio, brindó al cielo y a todo el público, pegó un grito al toro y lo alegró con su creación el cite sicodélico, de largo aguanto la embestida del burel y le instrumento una tanda de derechazos, ajustándose cada vez más y remató con su creación: el doble pase de pecho, con la mano diestra e izquierda.

Lo dejo reposar, para ir por él, con una nueva tanda por el lado derecho, con pases inmensos llenos de temple , muy lentos, finalmente apareció su firma: el circurret, acompañado con las notas del corrido “Yo soy de San Luis Potosí”, como no recordar tantas y tantas tardes, donde Curro, bordó el toreo en las plazas de aquí y del mundo del toro, donde siempre dejo constancia de su entrega y arte, con los acordes de dicha música.

Curro inmortalizó numerosos toros, por ejemplo el 23 de noviembre de 1969, cortó su primer rabo en la Plaza San Marcos a “Pitero” del Ing. Mariano Ramírez, o el 28 de abril de 1973 toros de Torrecilla, para Manolo, Eloy y Curro, quien cortó 2 orejas y rabo, después de tremenda bronca por la falta de trapío y peso del encierro, tarde donde sólo toreo en el lado de sombra, La faena a “Gallardo” de Chucho Cabrera, el 28 de abril de 1974, cortando 2 orejas y rabo, también su hazaña de torear 14 toros la tarde y noche del 25 de abril de 1982, celebrando sus corridas 1000 y 1001, fecha donde cortó 10 orejas y dos rabos.

Su tenacidad y corazón llenaron de emoción el albero, al empezar a escuchar los acordes de la triste y melancólica melodía de las “Golondrinas” , Curro saco fuerzas de su indomable espíritu y vimos en cada pase la esencia del triunfador de Madrid, donde cortó 4 orejas, su alegría y carisma, al sonreír después de un portentoso pase de la firma, hicieron suspirar a las miles de damas que con lágrimas en sus mejillas, veían su última faena; tomó la espada y nos regaló dos tandas de naturales acompasados, con la cintura dándole la salida con el compás abierto y dando el pecho, colmando de aroma y duende, el coso, al grito del ole y “torero torero”, desafortunadamente pinchó y luego el estoconazo, la petición al unísono y la oreja fue paseada en dos vueltas entre las lágrimas del torero, en tanto y el albero se llenó de flores y sus hijos le cortaron la coleta.

Así dijo adiós en Aguascalientes, Curro Cumbre, sacando el coraje, el orgullo y demostrando su grandeza, que acumuló desde aquel 14 de septiembre de 1968, cuando Joselito Huerta le cedió la borla de matador, llevando de testigo a Jaime Rangel, con el toro “Presidente”, de San Martín, en Torreón Coahuila, hasta llegar a acumular, 1650 corridas, en todo el planeta de los toros, pues realizó varias campañas en España, Sudamérica y siempre dejo constancia de su categoría, desgraciadamente al estar en la ganadería de su padre, sufrió un infarto fulminante, cuando tentaba algunas vaquillas a manera de preparación, pues iba a reaparecer en la Plaza México, supuestamente unos días después, esto ocurrió el 23 de enero del 2001.

Sea pues este un pequeño recuerdo para un hombre y torero, que supo imponer su estilo psicodélico y llenar los ruedos de arte y torerísimo, hasta siempre “CURRO CUMBRE”, gracias maestro.

[1] Gómez Medina, Jesús, “LA CIUDAD, LA FIESTA Y SUS PLAZAS”, Gobierno del Estado de Aguascalientes, Pág. 159.