Opinión: La temporada 2019 – 20 en pretérito pluscuamperfecto.

Por José Antonio Luna.

Lo ocurrido, en la recién concluida Temporada 2019 – 20, temporada hoy llamada “Donde nacen las emociones”, es ahí en los bares y chupanderos que se han instalado en el interior de la Plaza, en los pasillos donde abundan las barras e inflandonderos de cervezas, ahí es donde “se inician las emociones” para continuar en los tendidos, donde durante los 3 tercios 3 que dura la lidia, le pasan a uno por cabeza y cara, vasos, hasta cubetas chorreando y vasos con espumante “beer”, muchas vasos con escurridisímo y jugoso líquido rojo con harto jugo de limón y chile, pues entre más picoso, más sabroso y así se obliga a las papilas gustativas a pedir más cervezas; a una por toro, cuando son encierros de 6 toros serán 9 cervezas por los tres reservas que señala el Reglamento y en corridas de 8 Toros, pues que sirvan la decena.

Esto que la actual empresa ha alcanzado como un auténtico logró se traduce en unos tendidos llenos de un ya “No tan respetable” público, gente gaznápira, que cómo el término lo define; se emboban, se quedan lelos, más que emocionarse ante cualquier número cirquence por torpe que resulte. La cosa es eso, que resulte “es-pec-ta-cu-lar, Im-pre-sio-nan-te” dirían los TV cronistas.

El resultado de esto: – muy lamentablemente – las banderillas puestas “pa’ tras”, los palitroques semi-aventados previos papantlescos vuelos; los giros y circunvalaciones con capote y muleta pasando el Toro por donde Dios le dé a entender y Dios que es muy grande le hace pasar ante el jolgorio popular de quienes han olvidado que lo fundamental del toreo es permanecer quieto ante las embestidas. Lo que bien queda guardado en el recuerdo de esta temporada es la manera auténtica de matar que ha mostrado Antonio Ferrera, verdadera exhibición de realizar la suerte al encuentro con el Toro, Caminándole, paso a paso desde una distancia de más de 7 metros, para llegar al encuentro, ejecutando la suerte, cantaría Javier Solis con una “entrega total”…absoluta entrega, volcándose sobre el morrillo del Toro.

El calendario del año arranca y continúa a toda velocidad, así van llegado los festejos carnavalescos: Autlán en Jalisco, el muy popular de Jalostitlån, y del otro lado del charco, El Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo ha logrado convocar y reunir a millares, tanto en su calles como en su espectacular y muy original Plaza ubicada en calles y en la Plaza Pública, ante un llenazo donde José María Manzanares aparte de ser ya un ídolo, ha vestido de manera admirable, digna de un cromo el traje corto cordobés con ajustada, bien planchada y delineada calzona; casaca en terciopelo azul-negro, limpísimos botos, alba camisa, el marsellés al hombro a manera de capote de paseo, y el sombrero de ala corta, blanca y ancha toquilla; sombrero muy bien calzado, terciado cubriendo la ceja, que; además – léase bien – para eso son los sombreros, para dar sombra a la mente…no para tapar la mollera con los pelos parados sobre la frente al descubierto.. Que sobria majeza de vestir de corto de Manzanares ¡Vaya fina estampa! Mientras, aquí en México, en Autlan, Jalisco: Plaza llena en la de cierre de carnaval, Arturo Macías, con enorme sonrisa, 4 orejas 4 en la mano, olvidando las molestias en el tobillo y José Mauricio con tres han salido en volandas, mientras el otro alternante José Guadalupe Adame quien entró en sustitución de Enrique Ponce ¿!¡?, salió andando por propio pie.

En la misma Ciudad Rodrigo, desempeñándose como Pregonero del Carnaval del Toro, don Victorino Martín, Ganadero y Presidente de la Fundación Toro de lidia, ha expresado que esa ciudad es “ejemplo de tradición y defensa de costumbres ancestrales” , la edición 2020 de este carnaval queda ya considerada como la mejor de todos los tiempos y todos los carnavales; un éxito en lo festivo, asistencia y en lo artístico, destacando la serie de 5 naturales a un toro de ”Galache” con Calidad extraordinaria instrumentados por José Antonio Morante de la Puebla.

Toca despedirse con frase que era un mandato de nuestros abuelos, yo escuché decirlo al buen amigo y culto Luis Ignacio Cubillas Tellechea que su abuelo decía: “El buen vestir es cuestión de educación, no de pretensión”.

Publicado en Intolerancia

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