
Por Jaime.
El pasado viernes hablamos con Justo Hernández a sólo una horas de lidiar en Nimes en lo que fue la alternativa de Marcos. Justo posee uno de los hierros principales de nuestro campo bravo, Garcigrande, y con él abordamos la situación del sector en estos duros momentos.
¿Cómo está viviendo todo lo que estamos pasando?
Como todo el mundo, imagino, preocupados y con precaución con el tema de la sanidad además de preocupados por esta incertidumbre de no saber qué va a pasar.
¿Cómo le está afectando en su hierro?
Es un año en el que no ha habido toros y siendo un bien perecedero quedarán ahí para el año que viene, es lo que hay.
¿Ha tenido que enviar mucho al matadero?
Sí, claro, al final tienes que tomar decisiones de cara al año que viene y ese excedente de cara al año que viene hay que eliminarlo, esto es así.
Me hablaba de incertidumbre, ¿piensa o imagina cómo será el toreo el año que viene?
El mundo taurino va ligado a la economía del país y pinta mal. Si la economía está así pues va a afectar, no cabe duda.
¿Cree que veremos ferias más reducidas en caso de poder darse?
Creo que no, habrá que ver cómo empieza todo y ver cómo responde la gente. Creo que habrá que hacer una bajada de precios, en entradas y en todo. En cuanto a número de aficionados se va a mantener porque el toreo es importante para el pueblo español.
Cuando hablamos de bajada de precios, con la excusa del romanticismo, siempre se mira al ganadero.
El ganadero no da más de sí, si bajamos aún más los precios no tendrá viabilidad económica la ganadería y desaparecerán. No se puede bajar mucho más, creo que hay otros sectores de la tauromaquia que tienen un margen mayor para reducir precios.
Pero siempre se les mira a los ganaderos.
Quizás por la competencia, hay mucha oferta y eso hace que sea más fácil todo.
En este año hemos visto animales lidiándose a precio de matadero, ¿no le parece una ofensa?
Hay dos cosas: la tauromaquia sólo se defiende con el espectáculo taurino y este año había que darle viabilidad para sentirnos un poquito vivos; había que apostar por las ferias a ver cómo resultaban. Cuando he visto un razonamiento lógico siempre he tirado para adelante y nunca he dejado que abusen de mí. En esa medianía, entre una cosa y otra, se mueve uno.
¿Se puede vivir sólo del ganado bravo?
En algunos momentos sí, depende de cuántos viven de él. Si estás en un momento bueno, eres organizado, eres austero y controlas mucho los gastos, sí.
¿De parte de la Junta de Castilla y León están recibiendo algún tipo de ayuda?
No sé cómo definirlo pero te podría decir que algo sí pero en realidad no, es un lavado de cara para excusar que no se van a dar toros en Castilla y León.
¿5000 euros por explotación?
7000, con eso no pagamos el sueldo de un mes de toda la gente que tenemos trabajando. Es un lavado de imagen de ellos cuando la realidad es que lo que han hecho ha sido eliminar la tauromaquia este año.
Con estas nulas ayudas, ¿no se piensa en diversificar el negocio o directamente en dejarlo?
Bueno, (silencio), ahora es el momento de demostrar el amor que uno tiene por esto y la dedicación que le pones. Yo lejos de eso, aprieto más los dientes. Hasta que no tenga la seguridad de que esto no puede ser, no lo haré; mientras tenga una duda tiraré para adelante.
Vuelvo al romanticismo. Cuando se viene de familia ganadera cómo usted, ¿prima más el corazón que la cartera a la hora de valorar la viabilidad de un negocio?
Prima más la vocación, yo sólo sé hacer esto. No tengo muchas opciones de futuro en ese sentido.
Hablamos de momentos de incertidumbre.
No cabe duda que durante el día piensas una cosa y la contraria, nos pasa a los ganaderos y a todo el mundo.
¿Pesó mucho el momento de coger este hierro ya sin su padre?
Qué duda cabe que cuando desaparece tu mayor apoyo, el que te daba confianza en los momentos malos, que era tu padre; la persona que te decía que no pasaba nada para darte confianza cuando sí pasaban cosas, que te daba seguridad y con la que siempre salías, no hay duda de que ahora las dudas son mayores y todo es más difícil.
¿Hay alguna diferencia entre la idea del toro que tenía su padre y la que tiene usted?
En la letra pequeña había alguna discrepancia.
¿En la cima de las ganaderías la presión es mucho mayor?
Sí, tienes la sensación que no puedes fallar. Sabes que hay mucha gente que va ese día ilusionada a la plaza, es el día grande de la Feria y no puedes fallar atenazándote la desilusión que puedes crear. Esa responsabilidad es muy fuerte.
Sigo por aquí, ¿la presión es mayor con las figuras?
La figura tiene el deber de mantenerse en figura y para ello necesita el triunfo sí o sí. Por medio estás tú y el fracaso sólo depende del toro porque el espada sabes que va a ir al mil por ciento, esta responsabilidad te atenaza.
El decir que todo depende del toro, ¿no es injusto con su trabajo? Las figuras también fallan.
Es lo que hay, las figuras fallan poco. Es un mundo dónde el error se paga mucho y en el que hay que estar siempre bien porque si no hay otro que te quita rápido del medio. Si hay otra ganadería que consigue los objetivos que tú no puedes, te quita del medio.
¿Esto no deja al ganadero en un papel demasiado secundario?
Este mundo funciona cuando hay una gran figura del toreo que llena las plazas y las ferias se montan en torno a él. Cuando existe eso se dan más corridas, los políticos vienen detrás nuestra… todo funciona bien; cuando no existe esto, tenemos muchos problemas y eso ha sido siempre así.
¿Asumen por tanto que el papel del ganadero, siendo importante, va detrás del torero?
Evidentemente cuando una persona es capaz de jugarse la vida, todo lo demás es secundario.
Es una sentencia. Continuamos conociendo la idea del ganadero que nos va dejando todo muy clarito. ¿Qué importancia tiene para usted el tercio de varas?
El tercio de varas es fundamental en la lidia moderna porque permite que el toro se muestre, es una forma más de mostrarse, y segundo que quede para poder ser toreado cómo exige el público de hoy.
¿Qué le parece esta corriente, moda, o merecida sucesión de indultos?
Estamos en un momento dónde el aficionado está muy sensibilizado con los ataques que nos vienen de fuera y eso hace que la cosa se ablande en las corridas, que prime el cariño que se tiene al toreo. Además de eso la ganadería ha llegado a un punto dónde el toro no se cae, dónde cada tarde salen varios toros muy, muy importantes y esa situación hace que sea más fácil todo, que los triunfos se sucedan más.
En relación con esto, ¿no cree que el ganadero debería mandar más a la hora de que asomara el pañuelo naranja? Parece difícil frenar cuando el público lo pide.
En la plaza el que debe mandar es el público, ni el ganadero ni nadie. Es el espectáculo democrático por antonomasia hasta en la dictadura, parece mentira que nos ataque tanto antifranquista. Aquí se debe demostrar que el que manda es el público.
Aunque el ganadero, en privado, haga lo que quiera.
Evidentemente, el ganadero luego tiene que hacer en su feudo, que es su ganadería, lo que considere más oportuno.
Ahí iba yo. Muchas veces el aficionado quiere decidir qué se hace en casa ajena cómo es la ganadería. ¿No cree que se debe mantener esa privacidad?
El ganadero es libre para hacer en su casa lo que quiera.
Me refiero a que el aficionado puede protestar o no si un toro es indultado pero yo separaría eso del padrear.
Yo pienso que un toro indultado no tiene por qué valer siempre para padrear. Pienso que un toro indultado lo que tiene que hacer es ganarse el respeto del ganadero durante toda su vida, se ha ganado el derecho a ser bien alimentado y cuidado. Se ha ganado el derecho a vivir, no el derecho a ser semental, eso es lo que yo creo.
El Reglamento dice que no, que debe servir para ser semental y eso es muy difícil saberlo por su juego. El público y aficionado que paga tiene todo el derecho de opinión sobre lo que sea: de un torero que ha cortado dos orejas dirán que sí, que una, que rabo… indulto a un toro, vuelta al ruedo… la salsa del espectáculo es que haya mil opiniones y la polémica es siempre positiva.
Creo que ha abierto un debate interesante. El Reglamento habla de padrear y usted habla de indulto con premio a vivir, sin necesidad de padrear.
Yo lo entiendo así, es mi opinión.
Sería un matiz interesante, ¿no cree que debería entrar esta disposición en el Reglamento?
No se necesita, al final el resultado es el mismo, lo ponga o no.
Es que sigo pensando que el aficionado debe respetar esa libertad de cada casa. Protestar o no el indulto lo veo normal pero ya decidir sobre el padreo… Esta presión es mayor con los hierros de figuras.
El aficionado taurino tiene un gran componente de romanticismo y pretende siempre que cosas que se han perdido vuelvan. Añora que no se de cancha a las cosas a las que no se las dan y en ese sentido son más exigentes con las cosas que funcionan. Se echa de menos que tal o cual torero no toreen más porque son grandes toreros, igual en tema de ganaderías. Entiendo esa postura, es lógica.
Aprecio respeto de ustedes (las ganaderías de las figuras) hacia las demás pero no aprecio ese respeto a las de las figuras siempre quizás por eso, porque la matan las figuras.
Si no fuera por los resultados artísticos que se dan con tus toros, no estarías ahí. Se nos exigen unos resultados artísticos que, si no tuviésemos, nos quitarían de todos los sitios. Otra cosa es que en la corrida que los resultados no salgan se la quiera poner de ejemplo, al final son un montón de corridas en las que tienes que estar bien y debes sacar la media del rendimiento en ellas, lo que te mantiene es el porcentaje de éxito que tienes sobre el total. Evidentemente hay mucas corridas que no son de éxito y esas te perjudican.
¿Cómo se alcanza esa regularidad?
No lo sé, intentas cada día hacer las cosas lo mejor que sabes pero luego los resultados no siempre son iguales aunque hagas lo mismo. El día a día depende mucho de la suerte.
Voy terminando, Nimes un compromiso importante.
Es la plaza más importante de Francia y siempre que vas allí te juegas el futuro de tu ganadería en Francia. A partir de ahí, lo demás, imagínate cómo es.
¿Llena más de responsabilidad al tener ese componente familiar el cartel?
Con respecto a la ganadería, no. Tienes un torero delante de tus animales que se va a jugar la vida, eso tiene un componente que te da miedo y responsabilidad. Además dependes de que el espectáculo sea un éxito porque de eso dependerá si ayuda o perjudica a la ganadería de cara al futuro, de ahí no se puede salir.
Son tres toreros muy preparados y si no salen las cosas la responsabilidad será nuestra, siempre es lo mismo.
¿Al ser su sobrino no le da más vueltas?
No, mi sobrino tiene una carrera independiente y tiene que demostrar cada día que es capaz. Mañana tiene que solventar la papeleta cómo Luque y cómo Juan Leal para seguir siendo lo que son, no le queda otra. Mi sobrino se ha criado mucho conmigo pero cuando salga el toro, éste no va a conocer a nadie, el toro no sabe de eso.
Detrás viene su hermano, El Dody.
Para eso queda todavía tiempo.
Publicado en Patrimonio Taurino