Ante una posible segunda ola de contagios ya conocemos evidencias que permiten tomar medidas adaptadas a cada contexto. Así, que no tiene sentido mantener cerrados los estadios, las plazas de toros o aforos culturales al aire libre: ya que la mayoría de los brotes surgen en espacios cerrados donde hablamos o gritamos, como restaurantes, bares, lugares de culto o de trabajo.
EDITORIAL – De SOL y SOMBRA.
Mientras en México apenas estamos experimentamos una baja en los contagios por el SARS-CoV-2, seguimos abordando la pandemia desde las premisas de las que partíamos cuando se decretó en marzo el estado de alarma y cuando apenas intuíamos la complejidad del rompecabezas. Aunque muchas piezas permanecen en la caja, ya hemos sacado algunas que, puestas en su lugar, permitirían tomar medidas más selectivas y adaptadas a cada contexto, descartando las que ya no encajan o estaban mal colocadas. Por ejemplo, un nuevo confinamiento equivaldría a matar moscas a cañonazos. Ya que como todos sabemos en este punto, para contagiarnos hace falta contactar con una persona infectada de forma estrecha —a menos de dos metros— y prolongada —durante al menos 15 minutos—, por lo que es muy improbable infectarnos dando un paseo al aire libre, asistiendo a un partido de fútbol o en una corrida de toros mientras se respete la sana distancia.
No es razonable limitar el número de personas que se pueden reunir en exteriores con la misma medida que se aplica en interiores, porque el factor de riesgo fundamental para contagiarse es el tiempo que pasamos en espacios cerrados, donde la probabilidad de contagio es casi 20 veces superior.
Tampoco lo es recomendar en todo contexto mantener dos metros de distancia con los demás, porque en espacios cerrados sin ventilar se quedan muy cortos, mientras resultan excesivos en una terraza de un restaurante o en el tendido de una plaza de toros por ejemplo.
Aún desconocemos la cantidad de coronavirus necesaria para infectarnos y es difícil definir una distancia segura en interiores, pero algunos expertos usan el siguiente ejemplo: “La distancia a la que se huele el humo del cigarrillo de un fumador indica la distancia en ese entorno a la que se pueden inhalar aerosoles infecciosos.” Así, cuanto más próximos estemos de alguien infectado y más tiempo permanezcamos a su lado, mayor dosis del SARS-CoV-2 llegará a nuestros pulmones y más riesgo tendremos de contagiarnos.
Pero, teniendo en cuenta los brotes que podemos detectar y aunque el riesgo cero no exista, ya sabemos que nuestro gran problema no son las playas, ni las manifestaciones, ni los conciertos o los partidos de fútbol en un estadio, ni las corridas de toros. Los datos demuestran que la inmensa mayoría de los brotes en México están relacionados con lugares cerrados: domicilios, hospitales, locales de ocio nocturno, centros laborales e interiores de restaurantes.
Resulta paradójico que sea precisamente en los interiores de los cines, restaurantes, bares o los gimnasios donde se nos está permitiendo no usar mascarilla; o donde prescindimos de ella al encontrarnos en un contexto que nos otorga una engañosa sensación de confianza.
Ante este escenario la Liga MX está lista para que los aficionados regresen en las próximas semanas a los estadios, algo que estará sujeto a cada club y al aval de las autoridades municipales y estatales, además de la parte federal. La vuelta del público a cada uno de los inmuebles deportivos tendrá que hacerse bajo un estricto protocolo de sanidad que impedirá el acceso a personas menores de 12 años, así como otra serie de limitaciones.
El anuncio que está muy cerca de hacerse oficial por parte de la Liga MX se determinará conforme a las autoridades y el semáforo de cada entidad y la idea de la Liga MX es que el aforo en cada estadio sea del 50 por ciento como máximo.
Con el inevitable regreso de publico a los estadios de futbol, también tendrían que abrir sus puertas las plazas de toros con aforos similares al de los estadios, es decir al 50 por ciento o quizás en un 60 por ciento, algo que sería sin duda una tabla de salvación momentánea para la fiesta de los toros que sufre -como todas las industrias del país- una situación complicada y, en tales circunstancias, bienvenidas sean todas las aperturas de las plazas de toros.
Los empresarios taurinos tienen que entender que ante la coyuntura actual que vivimos, no tiene ningún caso que los recintos taurinos permanezcan cerrados por más tiempo, ya que todos los mexicanos debemos de realizar todas las actividades que se nos permitan al aire libre en estos momentos y aunque aún no dispongamos de una vacuna efectiva, tenemos que continuar encontrando nuevas piezas que tracen un camino más llevadero y que nos permitan coexistir con el virus.
Twitter @Twittaurino
Una respuesta a “La Liga MX regresará al público en sus estadios… ¿y las Plazas de Toros cuando?”
Sin duda deberían evaluarse responsablemente la apertura y las condiciones en que se puensa autorizar la realización de cada espectáculo. En el caso del fútbol, de verdad van a respetar la sana distancia? Considerando además que la gente en su mayoría llega a un estadio en transporte público, y que también implica la venta de alimentos y bebidas, souvenirs alrededor y dentro del estadio, como bien se menciona no se sabe exactamente cuánta carga viral se necesita para contagiarse ni cuánto tiempo de exposición, pero las partículas de saliva expulsadas en un estornudo llegan a 15 metros, y es una realidad que la gente no va a respetar la sana distancia ni la utilización de cubrebocas a menos de que se le obligue. No sólo es establecer las medidas sanitarias como en otros países, desgraciadamente también la cultura y actitud del público cuenta mucho, y en nuestro país la gente en su mayoría no las ha tomado con la seriedad que se requiere. Me parece aventurado en estos momentos abrir estadios y plazas de toros cuando la realidad es que no hay una vacuna ni un tratamiento efectivo y somos de los países donde menos pruebas diagnósticas se realizan en el mundo(en cifras oficiales el cuarto con más contagios en el mundo, pero expertos dicen que en realidad somos el segundo después de Estados Unidos). Realmente vale la pena exponer a las familias a un riesgo así?. Al tiempo.