Novillada de Triunfadores: Guadalajara tiene en Ruben Nuñez y Jairo López, dos nuevas ilusiones.

Por Luis CarvajalDe SOL y SOMBRA.

Novillada de Triunfadores del Serial Novilleril 2022 en la Nuevo Progreso de Guadalajara en una tarde soleada con una muy buena entrada, llena en tendidos de sombra y regular en sol. Se lidiaron novillos de “Villar del Águila” desiguales en presencia y de mal juego siendo débiles, descastados y muy amarrados al piso. Destacando los lidiados en 6to y 7mo lugar. Al tercio salieron Fernando García y Diego Martínez por sus buenos pares de banderillas además del buen puyazo de David Vázquez que mereció los aplausos del respetable.

Abrió el festejo el rejoneador José Funtanet que mostró buenas cualidades al montar. Su faena fue larga y por momentos tediosa con un novillo con fijeza pero que se paró pronto. Se gustó toreando de costado y con diversos quiebros aunque sus caballos toreros fueron tocados en algunas ocasiones. Anduvo errático con el rejón de muerte y tuvo que concluir su labor descabellando de pie.

Los Forcados Amadores dieron un pega con mucha emoción que hizo vibrar al público tapatío, aunque su actuación se vio manchada por la actitud lamentable de su cabo Carlos Tirado que intentó regalarle al joven Funtanet una vuelta al ruedo acompañándole y que en esta ocasión fue recriminado por la afición de este coso.

El colombiano Juan Dinastía sorteó con un novillo mansurrón que le pidió la papeleta. En una faena corta el animal terminó por rajarse no sin antes poner en apuros al joven colombiano cuando arreaba por arriba al final de cada muletazo. Media estocada y para retirarse en silencio.

Eduardo Neyra parece tener bien aprendido el oficio pero suele perderse buscando el aplauso fácil. Inició su faena de hinojos en los medios corriendo la mano y el novillo respondiéndole, sin embargo pronto se paró y poco pudo hacer Neyra al respecto, a pesar de ello mal aconsejado desde el callejón alargó su faena sin motivo. Nuevamente anduvo errático con la espada a pesar de que su altura debería de ayudarle a ejecutar con mayor facilidad la suerte suprema.

El menor de los Adame, Alejandro inició su actuación toreando a la verónica con mucho sabor levantando los primeros olés con fuerza de la tarde. Su novillo tenía nobleza y ritmo que Alejandro aprovechó en las contadas tandas que le regaló el de “Villar del Águila”. Caló fuerte en el tendido con derechazos con poco ajuste y un tanto perfileros. Intentó al natural pero tuvo que rectificar volviendo a torear por el pitón derecho. Intentó instrumentar la suerte suprema recibiendo, pero falló dos ocasiones siendo en la última que se lesionó el hombro izquierdo al caer. Regreso a la cara del toro dramáticamente y dejó una entera de buenos efectos aunque se retiro en silencio.

Cesar Pacheco nuevamente pasó sin pena ni gloria por la Nuevo Progreso. Y es que el joven Pacheco parece tener gran afición pero muy pocos recursos para destacar en esta dura profesión. Su faena se basó en el tremendismo sin entender en absoluto las cualidades o defectos que tenía su novillo y por momentos hizo sudar al tendido por el temor de que fuese prendido. Se fue en silencio.

Lo mejor de la tarde vino de la mano del triunfador Rubén Nuñez. El tapatio ilusiona a propios y extraños por su serenidad y buen que hacer al torear. David Vázquez picó su novillo de buena manera y ahormó su embestida después de un buen puyazo. Instrumentó un quite por fregolinas que emocionó a todo el tendido por su vistosidad. Inició su faena de rodillas en los medios prosiguiendo por derechazos muy templados a media altura y de buena factura. Se apagó pronto el novillo no sin antes deleitarnos con un precioso trincherazo que ejecutó de manera soberbia. Falló con el acero y después de una media estocada el tendido tapatio lo invitó a dar una cariñosa vuelta al ruedo y la fortuna de ser designado por el jurado como el merecedor del trofeo Manuel Capetillo además de un puesto en la novillada del serial de Calaveras en Aguascalientes.

Jairo López el más joven del cartel tuvo la suerte de lidiar al único novillo de “Villar del Águila” que funcionó de todo el encierro. Su faena fue vibrante aunque con altibajos, ya que el bravo novillo pedía una muleta más mandona que pudiera atemperar su embestida, cosa que Jairo logró hacer por momentos. Corrió la mano con gusto en diversas tandas por el lado derecho e intentó lucirlo al natural aunque en diversas ocasiones parecía verse por debajo del codicioso novillo. Falló con el acero y terminó por llevarse a casa la “Montera de Plata” que otorga la Peña Mal de Montera. Mucho por mejorar en cuanto a colocación y terrenos le queda al joven tapatío, pero seguro estoy de que los triunfos llegarán conforme su evolución continue siendo atinada y encuentre su voz interior.

Después de años de espera parece que Guadalajara tiene en Ruben Nuñez y Jairo López dos toreros con distintas cualidades, pero con muchas posibilidades de convertirse en alguien en la baraja taurina de nuestro país. Que así sea.

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