Aguascalientes: Juan Querencia pone la clase y el temple.

El queretano Juan Querencia salió del hospital para cortar dos orejas, pero más allá de lo numérico, para torear con suavidad y clase a un gran novillo de El Grullo que mereció arrastre lento. La faena de Querencia son esas que le devuelven a la fiesta las maravillosas sensaciones que provoca el ver torear bien. Y junto a la templanza del triunfador está la actitud novilleril de un joven zacatecano que salió en plan de eso, de un novillero rabioso, de no quedarse atrás, con ansias de triunfo como debiera ser siempre.

Que si estuvo atrabancado o no, es lo de menos, la apasionada entrega para mantener una faena en altísimo nivel es el verdadero mérito aunque al final sus fallas le impidieron salir en hombros, que se lo merecía. Con todo y todo el público, a su salida, le gritó ¡»torero, torero»!

Triunfo compartido con el
ganadero de El Grullo, Juan Carlos González Esnaurrizar y sus hijos.

Mucha fue la presión que sintió César Fernández, hijo de «El Quitos» lo que le hizo verse incierto en su primero, actitud que cambió ya con su segundo que fue el más potable de su lote, dejando ver esbozos de ser un buen torero.

El otro César, de apellido Pacheco, anduvo voluntarioso y con hambre de triunfo en ambos turnos, pero poco atinado con el acero.

Resumen del Festejo

Quinta novillada de la temporada en la Plaza San Marcos. Cerca de los tres cuartos de aforo. Novillos de El Grullo bien presentados serios. Cuatro de ellos muy toreables, destacando además dos de procedencia Paco Camino cuya bravura y buen estilo fueron notables. El cuarto fue arrastrado con lentitud lo que debió ser también en el quinto.

Juan Querencia, palmas y dos orejas.

César Pacheco. un aviso y vuelta tras un aviso.

César Fernandez, palmas tras dos avisos y palmas.

Por Guillermo Leal (Mundotoro). Fotos TauroNota y Serial Taurino Aguascalientes.

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