Mérida: Protestas para El Juli y saldo ganadero negativo.

Lo mejor de la tarde fue la brevedad del festejo, lo peor la desigual presencia del encierro, con algunos toros anovillados, otros pobres de defensas y otros sin cuajo a los que no les acompañó el juego.

De SOL y SOMBRA.

Saldo ganadero negativo. No estaban equivocados los que presagiaban que con la figura española llegarían los problemas a la península yucateca. El encierro, atacado de kilos, dio muy poco espectáculo por la falta de casta y fuerza, elementos que terminaron por convertir al festejo en un simulacro.

Resulta muy difícil no triunfar cuando todo aquello que te envuelve, desde el primer momento, está hecho para que abras la puerta grande o cuando el público, va dispuesto a salir de la plaza – tras haber desembolsado una buena cantidad de dinero – con la ilusión de haber vivido una gran gesta. Pero la realidad es que sin toro, no hay fiesta y que sin bravura y poder hasta el más consentido de los héroes, acaba por enfurruñar a sus incondicionales.

Así le sucedió al Juli con el quinto de la tarde, un astado con el que sintió la furia de la afición de Mérida desde el momento en que apareció en el ruedo. Un toro (es un decir) a la medida del madrileño o lo que es lo mismo, demasiado cómodo, terciado y escogido especialmente para hacer las delicias de un torero demasiado apático que nos da la impresión de que ya solo viene a México para llevarse el oro, pero sin la menor intención de sudar el terno de luces.

El público protestó fuerte el anovillado astado de Fernando de la Mora, pero el juez Ulises Zapata se hizo de la vista gorda y aguantó estoico las protestas. Sin embargo la indiferencia del juez molesto aún más al público y no tomo en cuenta nada de lo realizado por el torero madrileño, que tras una actuación indecorosa, se retiró entre protestas. Con su primero únicamente cumplió y fue silenciado.

Aquí lo preocupante para los organizadores fue que El Juli no consiguió llenar la plaza y es que la afición yucateca se muestra cada vez más escéptica cuando le ve anunciado en algún cartel y no es para menos, si tomamos en cuenta el trapío de los toros que suele exigir para presentarse en nuestro país.

El Conde por su parte se ha convertido en el telonero perfecto para Julián; abre cartel pero no le incomoda, ni tampoco lo aprieta. Hoy tuvo una actuación decorosa, pero la realidad es que en ninguno de sus dos turnos pudo conectar con el tendido. Caso contrario al de Arturo Macías, un torero que nunca se deja ganar las palmas y que hoy en Mérida dejó todo y algo más en el ruedo, ante un lote que no era fácil, debido a las pocas opciones que le brindó para el triunfo. Aún así pudo cortarle una oreja al tercero y ser ovacionado en el sexto.

Plaza “Monumental. Sexta corrida de la temporada. Buena entrada. Toros de Fernando de la Mora, desiguales de presentación, flojos y descastados en líneas generales.

Alfredo Ríos “El Conde: Silencio en su lote.

Julián López “El Juli”: Silencio y pitos.

Arturo Macías “El Cejas”: Oreja y ovación.

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