España: Mal año para los antitaurinos.

Por Pablo Molina.

La izquierda no gana para disgustos y no solo a consecuencia de las encuestas electorales, que vaticinan unos batacazos de dimensiones cada vez más preocupantes. Tampoco los grandes temas incluidos en su agenda intervencionista parecen prosperar en el sentido esperado por sus promotores, como ocurre con las leyes de género, convertidas en salvoconducto para violadores, las continuas coacciones a cuenta del cambio climático, que ya no se cree nadie, o la nueva norma sobre vivienda, que parece redactada en el círculo de okupas de Podemos-Fuenlabrada en vez de una sede ministerial.

La prohibición de los toros es otro objetivo social de la izquierda española, creadora constante de nuevos derechos para todes salvo para los que opinan distinto o pertenecen a otra tradición ideológica, filosófica, cultural o moral, en cuyo caso el único derecho que se les reconoce es el de obedecer lo que digan los comandos podemitas amorrados al poder. Pues bien, tampoco parece que esté de Dios, perdón, de Marx, avanzar en el descrédito de la Fiesta Nacional, que últimamente no deja de producir espectáculos grandiosos y ganar nuevos adeptos.

Hoy comienza la Feria de San Isidro, una fecha señalada en el calendario taurino y, aún más especialmente, en el antitaurino, puesto que es el día más apropiado para las performancias en contra de la fiesta de los toros de los comandos animalistas. Son ridículos pero muy irritables, de manera que si pasas por delante de ellos con tu entrada y tu puro encendido y les haces el gesto de clavar la puya en apoyo del tercio de varas, cada vez más devaluado, se lo toman como algo personal y comienzan a gritar como auténticos hijos de perra. Lo sé bien; a mí me ha pasado.

Este año la cosa pinta peor que los anteriores porque el arranque de la temporada taurina ha sido el más brillante del último siglo. En La Maestranza de Sevilla se han vivido momentos de grandísima expresión artística, culminados con el rabo cortado por Morante de la Puebla en una faena para la historia. La gente salió toreando por las calles, cortadas para que los aficionados pudieran pasear a hombros al torero hasta dejarlo en su hotel. Pero esto no ha hecho más que empezar. Ahora llega San Isidro, el escaparate mundial del toreo, donde seguramente vamos a asistir a otros momentos grandiosos porque Luque, de Justo y Ortega están capacitados para darle la réplica a Morante, que también comparecerá en Las Ventas a seguir defendiendo su imperio, porque lo suyo ya no es un reinado.

Los antitaurinos se sumarán a este homenaje poniendo lo mejor de su parte, porque su permanente frustración y la amargura que destilan sus chorradas contribuyen también a engrandecer una fiesta que les sobrepasa y ante la que, ellos lo saben bien, lo único que les queda es pintarse de rojo y revolcarse en el suelo como lo que son, un puñado de niños insoportables pidiendo a gritos unos buenos azotes.

Deja un comentario

Descubre más desde DE SOL Y SOMBRA

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Descubre más desde DE SOL Y SOMBRA

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo