Federico y Amorós comentan lo sucedido en la corrida de Garcigrande con Morante de La Puebla, Emilio de Justo y Tomás Rufo.
La segunda corrida de la Feria de San Isidro 2023 tuvo una “expectación extraordinaria” en una “tarde de mucho viento y gran división de opiniones”, ha explicado Andrés Amorós en Al Alimón, la sección taurina diaria que hace con Federico en Es la Mañana. Fue un encierro de Garcigrande para Morante de La Puebla, Emilio de Justo y Tomás Rufo.
Sobre los toros, el cronista ha dicho que fueron “muy desiguales, chicos en general y varios que se tapan”. También habló de “los pitones” de estos animales. “Le dieron una vuelta al ruedo muy generosa al 5º”, ha añadido. También ha contado que había un gran “ambiente” por Morante después de haber cortado un rabo en Sevilla, pero “la realidad” de festejo para el cigarrero fue que “los dos toros no le dieron ninguna opción, una birria total el primero y un marrajo el segundo”. Morante “lo que hizo fue inhibirse y matar fatal. Lo menos que podía haber hecho es matar dignamente”, ha señalado Amorós. Federico por su parte ha apuntado que le “pareció una falta de profesionalidad, porque a él le han pagado para matar a ese toro. No tenía un pase, entiendo que no se lo dé, pero hay que entrar a matar”.
Sobre Tomás Rufo Amoros ha dicho que “estuvo bien, pero no muy bien con el tercero que era muy poquita cosa”. “Es inteligente”, ha añadido el cronista que ha contado que Rufo “calentó al público toreando de rodillas, lo hizo bien, con algún natural muy bueno, y luego dio una gran estocada”. Le premiaron con “una oreja protestada”. Federico ha dicho que es una “oreja impropia de Madrid”.
“Generosa” Puerta Grande para De Justo
Andrés Amorós contó que Emilio de Justo recibió “una gran ovación” al comienzo del festejo “en recuerdo de la muy grave lesión que tuvo” en su encerrona del año pasado del Domingo de Ramos en Las Ventas que le tuvo varios meses en dique seco. Era su regreso a la Monumental de la Calle de Alcalá. “En el segundo toro estuvo bien, firme, pero mató mal. Por un vicio actual que es matar entrando desde lejos. Los clásicos decían: en corto y por derecho”, ha apuntado el cronista.
“En el quinto toro que estaba haciendo cositas regulares pero en la muleta rompe a embestir como si fuera una maquinilla, que no para”, ha asegurado Amorós. Hubo “un torero firme y un toro que no para” con “una ligazón, una emoción y una faena aceptable”. El cronista dijo que De Justo “mató con decisión” y “es más importante cómo se entra de cómo cae la espada”. “Y lo que hubo una hermosa muerte del toro, conclusión: dos orejas”, ha apuntado Amorós que ha explicado que “los trofeos no es lo fundamental, sino como estuvo”.
“Generosa la segunda oreja y generosa la vuelta al ruedo al toro. Yo no las hubiera dado”, ha indicado el cronista que vio como “la mitad del público salió rasgándose las vestiduras y la otra mitad encantada con ganas de volver. Así ha sido siempre San Isidro”. Andrés Amorós ha lanzado también una reflexión: “Como España, la plaza de toros de Madrid está dividida; como en España, un presidente regalando cosas cree que resuelve la situación y no y, como en España, depende del presidente que te toque, igual que depende cuando tienes un juicio del juez que te toque”.
Sobre los presidentes de plazas de toros el veterano crítico taurino ha explicado que “hay un problema de fondo, en Madrid cambia el presidente cada día. En Bilbao hay uno solo y se mantiene el criterio. El de ayer uno fácil, generoso”. “Cuando vi que sacó el pañuelo azul pensé que se había vuelto loco. ¿Cómo puedes hacer eso?”, ha añadido Federico.
Publicado en Libertad Digital