Gran triunfo de Leo Valadez en su regreso a Las Ventas tras una actuación en donde combinó entrega, clasicismo y temple. Esto es lo que dice la prensa de su actuación.
Por Luis Cuesta – De SOL y SOMBRA.
“A su primero lo recibió por verónicas bajando mucho la mano y gustándose dejando una media de pintura. Con la muleta entendió a la perfección al buen toro de Fuente Ymbro. Hubo tandas muy largas templadas y lentas por ambos pitones, destacando las tandas por el pitón derecho las cuales fueron rematadas por algunos pases de pecho y un trincherazo de cartel, todo muy a la mexicana. Remató por manoletinas tanto de pie como de rodillas, para después perfilarse a matar siendo prendido sin consecuencias. Se llevo una oreja de mucho peso.
Con su segundo toro puso de pie al tendido con un temerario quite por zapopinas, pero lamentablemente el toro se estrelló fuertemente contra las tablas en el tercio de banderillas y llegó muy mermado a la muleta, defendiéndose más que embistiendo. Aún así y con todos los elementos en contra, el público de Las Ventas pudo ver durante toda la faena la claridad de ideas, el gran sitio y el temple que atesora Valadez. Volvió a señalar una gran estocada y la afición de Madrid lo ovacionó con mucha fuerza. De seguir por esta línea, el futuro de Valadez luce brillante en la presente temporada europea.
– Rosario Pérez (ABC).
“Sabía Leo Valadez que sólo tenía esta oportunidad. Todo o nada para romper el maleficio de la Puerta Grande: el último mexicano que la conquistó fue el maestro Eloy Cavazos en 1971. Quería acabar el hidrocálido con esta maldición que persigue a Mexico como aquella otra de los octavos de final en los Mundiales. No pudo ser, como si el umbral de los imposibles se resistiera a cambiar el sino. Pero ahí quedó la solidez de Valadez. Cómo ha ganado su concepto, tanto por el trazo como por la hondura. Una gratísima y seria sorpresa que atrapó en el tercero. Delataba sus cinco años y medio pasados la cara de este Trasmallo, que curiosamente fue el mejor con diferencia del sexteto de Ricardo Gallardo, tan serio como triste de casta, aunque alguno empujase en el peto. Variadísimo en su repertorio capotero, Leo armó ya el taco en el quite por orticinas con caracolinas en homenaje a su tierra. Inteligente y con la mente despejada, principió con dobladas para enseñar los caminos al rival. Metía la cara el toro criado en Los Romerales, que todo lo pedía por abajo. Y así construyó su notable faena Valadez, con la muleta bien presentada y a rastras, en una búsqueda constante del temple y la largura para explotar el buen pitón derecho. Explosivo fue el broche, con manoletinas de rodillas, alguna lentificada y llevando muy toreado a Trasmallo. A la pesca le faltaba el anzuelo final: a tumba abierta se tiró para arrancar una oreja de ley. Sabedor de que tenía medio arco de la gloria en su poder, salió con la madurez crecida y la entrega agitada en el último cartucho. Locura en el vistosísimo quite por zapopinas y apretado el abaniqueo hasta poner la plaza en pie. La gente, tan harta del sota, caballo y rey, alababa lo distinto. El triunfo se presentía y los tendidos empujaban. Pero el que empujó con todo contras las tablas fue Ibicenco, que se estrelló y dobló las patas. Lo positivo que apuntaba se desmoronó entre la nada, completamente afligido. Lástima, porque ese punto de madurez que ha cogido el toreo de Valadez –que por cierto no banderilleó ayer– merecía una bala con el disparo suficiente para terminar con la maldición mexicana de las salidas a hombros. Otra vez será… Que Leo merece venir más”.
– Luis Pla Ventura (Toros de Lidia).
“El triunfador ha sido Leo Valadez que ha tenido en sus mano el único toro potable del encierro que, pese a su bondad no era ninguna hermanita de la caridad. Valadez que ha estado toda la tarde extraordinario con el capote en sus dos toros, ha dado un recital de quites de altísimo nivel, algo que los mexicanos son auténticos artífices. Ha entendido muy bien a su enemigo y le ha sacado tandas extraordinarias por ambas manos. Había mucho que torear y Valadez lo ha logrado. Nada que objetarle y, lo que es mejor, hemos visto ciertos progresos en este torero, un valor siempre a tener en cuenta. Ha matado en todo lo alto y se ha llevado una oreja justisima. Su segundo parecía noblote pero no tenía ninguna opción de triunfo. El mexicano lo ha intentado con denuedo pero su tarea era imposible.”
– Antonio Lorca (El País).
“Leo Valadez paseó la oreja del segundo de la tarde, al que recibió por delantales, brindó al público e inició su labor de muleta con elegantes y largos muletazos por bajo. Bien plantado, fue capaz de superar el corto viaje de su oponente y esa cara por las nubes, y mantuvo la atención de los tendidos con una actitud muy comprometida, con derechazos estimables y adornos muy vistosos antes de unas manoletinas finales, algunas de ellas de rodillas, que fueron la guinda a una actitud valerosa y medida. Tampoco se libró de una voltereta sin consecuencias a la hora de matar. Como buen torero mexicano, Valadez es variado y atractivo con el capote. En su primero ya se lució en un quite por zapopinas, y lo repitió ante el sexto, en un quite espléndido, que le salió redondo y puso la plaza en pie. Ahí es donde Valadez pudo soñar con salir a hombros, pero el toro se desfondó, se apagó como una vela, y los intentos del matador fueron baldíos.”
– Paco March (La Vanguardia).
“Valadez se lució con el capote (en todas sus intervenciones), mostrando la variedad tan propia de los toreros mexicanos y estructuró una faena en la que aprovechó a modo las embestidas de un toro que por el pitón derecho tuvo profundidad. Hubo ajuste, ligazón y largura en las series, se fue tras las espada con rectitud y llegó la justa recompensa. Armó la mundial Valadez en el quite por “zapopinas” de infarto. Brindó al torero catalán Pepín Monje, que estuvo en su cuadrilla hasta que una lesión hace seis años le obligó a retirarse, pero el toro, reservón, frustró las ilusiones de torero y público. Pese a ello, deja su cartel en alza.”

– Zabala de la Serna (El Mundo).
“Otro toro con la ajada expresión de los años fue el tercero, que escarbó como toda la corrida pero que a diferencia de toda ella humilló como ninguno. Leo Valadez, además de templado desde los doblones de inicio, estuvo encajado y muy inteligente en la administración del contado fondo del mejor toro. De las cuatro series necesariamente breves de muletazos largos, la tercera y la cuarta adquirieron profundidad. El final por manoletinas de rodillas elevó todo, junto a una estocada a carta cabal -voltereta incluida-, hasta la apoteosis del ansiado trofeo. Valadez puso todo a favor de obra con un apretadísimo quite por zapopinas con el sexto, que apuntaba notas de esperanza. Pero un estrellón contra las tablas en banderillas lo afligió por completo. El mexicano se mostró templado, otra vez.”
– Patricia Navarro (La Razón).
“De donde veníamos el tercero nos pareció una bendición, se empleaba por abajo. Imprimió variedad con la capa Leo Valadez y estuvo muy centrado con la muleta, firme y contundente. Las manoletinas de rodillas del epílogo no solo fueron valientes sino que le salieron perfectas. Se tiró detrás de la espada y de hecho fue cogido en el encuentro. La oreja era rotunda. El quite que hizo al sexto por zapopinas fue impresionante. No era toro para eso, poco claro y que iba como un tren. No se lo pensó y la recompensa fue que Madrid se incendió con él. El toro se había estrellado con las tablas en banderillas y se vino abajo. Valadez le ordenó las embestidas, pero lo cierto es que el fuenteymbro había renunciado a la pelea. Habíamos quemado los cartuchos de milagros.”
– Paco Aguado (EFE).
“El hidrocálido -de Aguascalientes- Valadez se llevó además el bien ganado premio de una oreja de peso después de aprovechar cabalmente a uno de los dos únicos astados con ciertas opciones, como fue el tercero, un auténtico “pavo” que escarbó tanto como todos los demás pero al que, sin dudarle, le cuajó ya un vistoso quite por crinolinas que metió al público en su labor. Humilló luego, este sí, el toro en la muleta del mexicano, aunque sin terminar de desplazarse por completo, lo que no impidió que éste le cuajara varias tandas de derechazos muy asentado, apenas de tres pases y los remates, antes de poner el broche por manoletinas de rodillas y con una estocada desprendida, cobrada tan por derecho que resultó prendido y golpeado, aunque sin mayores consecuencias. Valadez, le hizo un vistoso quite por zapopinas, de puro mexicanismo capotero. Pero el toro se le paró muy pronto y aún así hizo un esfuerzo con reconocimiento por parte del público.”

– Javier Espada (Cultoro).
“Se dejó el tercero de Fuente Ymbro en el saludo de Leo Valadez, que destacó por su variedad. Tras pasar por el caballo, dejó el mexicano un quite muy vistoso por gallosinas. Se dobló el de Aguascalientes en los primeros compases de faena para después dejarle la muleta por el pitón derecho a un toro que respondía con movilidad y humillación. Quería llevarle Leo Valadez embebido de tela y respondía el de Fuente Ymbro, buscando los trastos por abajo en las primeras series por el derecho. De condición áspera fue por el izquierdo, por donde reponía dificultando la ligazón. Inteligente, regresó al pitón derecho dejando muletazos muy templados para cerrar la faena antes de las manoletinas finales de rodillas. Enterró el acero con mucho acierto. Incierto se mostró el sexto en el saludo, sin permitir el lucimiento de Leo Valadez con el capote. Se arrancó de largo y peleó en los dos buenos puyazos de Alberto Sandoval, previos al vistoso quite por lopecinas del espada mexicano. En banderillas, dejó un meritorio par Curro Vivas, derrotando el toro contra las tablas en un golpe del que se dolió. Diposición no le faltó a Leo Valadez en una faena en la que no encontró oponente con un Fuente Ymbro totalmente desfondado, que dejó sin opción al hidrocálido.”
– Carlos Ilían (Marca).
“El mexicano Valadez, un torero muy “hecho” en España, lo entendió perfectamente y por el pitón derecho fue midiendo con mucha cabeza cada embestida logrando muletazos impecables y un conjunto armónico. Faena muy seria en la que al final el torero evitó el populismo de unas manoletinas de rodillas. Mató de una gran estocada, confirmando su especial facilidad en la suerte suprema, y cortó una oreja incontestable. No pudo redondear su tarde con el sexto que se paró, literal, en la muleta. Esta vez no mató arriba, bajonazo que te crió.”

– Barquerito (Crónicas Taurinas).
“Cuando Leo Valadez, brillante con el capote a pies juntos en el recibo del tercero y en un quite logrado por crinolinas, se puso a torear en templadas madejas al tercero, a llevarlo suavemente toreado en tandas ligadas, la corrida cambió radicalmente de signo. Asentado, muy tranquilo, Valadez estuvo, además de refinado, inteligente. Por la manera de plantear la faena, de gobernar en un solo terreno, de apurar el toro cuando empezó a desmayar, de rematar con temerarias manoletinas de rodillas y de irse con fe tras la espada. Una oreja indiscutible. Y Valadez, tan seguro en cada paso, solo pudo abreviar con el afligido sexto y tumbarlo de buena estocada.”
– Inés Montano (El Imparcial).
“Leo Valadez nos hizo repasar varios volúmenes del Cossío para nombrar sus quites: de tradicionales chicuelinas y revoleras, pasó a las caleserinas, cordobinas, crinolinas, zapopinas… ¡Qué gran conocimiento y ejecución! Desde los primeros pases con Trasmallo (3º 10/17), Valadez no perdió tiempo ni pasos. Firmó la primera serie de derechazos, seguida por otra más ceñida todavía. Al natural, el toro iba calamocheando más. Las series por el pitón derecho, incluido un molinete y un pase de pecho doble. Las manoletinas y de rodillas demostraron una vez más que el toro iba dominado. La estocada entera de magnífica ejecución: entró muy derecho y salió enganchado. El presidente se hace rogar. Una oreja. El picador Sandoval fue ovacionado al poner las varas a Ibicenco (6º 10/17). El toro se estropeó al perseguir al banderillero con tan ahínco que se topó con las tablas y se destrozó las manos. El diestro insistió, pero el toro mermado iba a la defensiva, a gañafones. La estocada: entera, algo caída. Fulminante. Ovación.”
– Emma Gorjón (Ok Diario).
“Leo Valadez con el tercero comenzó saludándolo por medias verónicas, rematando con una tijerilla y una revolera que levantó los tendidos. Comenzó la faena por muletazos por ambos pitones de rodillas muy templado, siempre intentando llevar largo la embestida del toro. Continuó por la primera tanda por la diestra, con la mano muy baja intentando tirar mucho de la embestida. Muy torero Valadez, buscando durante toda la faena siempre la buena colocación. Cambió a la izquierda, pero por ese lado la embestida era muy corta. Volvió sobre la diestra con una buena embestida, bajando mucho la mano el mexicano labrando una faena muy seria y con mucha intensidad. Remató la faena por manoletinas de rodillas de enorme limpieza y temple y se llevó una oreja. Cerró la tarde Leo Valadez con un quite por zapopinas que arrancó las palmas de los tendidos. Muy por encima del animal estuvo el mexicano durante toda la faena pero apenas tuvo opciones ya que el animal no tenía fuerza.”



