Leo Valadez, el triunfo de la constancia.

Por J.C. Valadez – De SOL y SOMBRA.

La escena de una vuelta al ruedo triunfal tantas veces repetida en Las Ventas volvió a conquistar a miles de aficionados mexicanos a la tauromaquia gracias a la magia de la televisión. El protagonista de esa vuelta al ruedo era Leo Valadez, que una vez más demostró el gran monumento que vive con naturalidad, reposo e inteligencia ante un complicado encierro de Fuente Ymbro. Las crónicas taurinas de los medios españoles así lo demuestran y han sido unánimes tras la buena actuación de Valadez del pasado domingo.

Pero el camino no ha sido fácil, atrás del torero del torero de Aguascalientes hay una brutal inversión de esfuerzo, sufrimiento, deseo, orgullo y ambición llevadas a cabo. Tras un inicio complicado como matador, Leo ha recibido constantes reválidas que ha aprobado con creces y ayer obtuvo en Las Ventas, su revancha perfecta contra todos esos detractores que lo habían minimizado desde sus inicios. Y es que Valadez tiene la competitividad impresa en su ADN. El suyo es el triunfo de la constancia y la combatividad, del espíritu de superación. Es un torero que vive cada corrida como un reto y cada toro como una batalla determinante para conseguir su principal objetivo, que es llegar a ser figura del toreo, pero sin permitirse ningún desfallecimiento y aplicando toda su energía, sus recursos y su inteligencia sin reservas.

Disciplinado como pocos, se prepara en España a conciencia sin subestimar ningún cartel o alternante, además maneja como pocos el capote. Decía Borges que los laberintos se resuelven siempre por la izquierda y su mano izquierda es oro puro cuando torea al natural. Porque lo de Valadez no solo es actitud y firmeza, también es toreo de hondura y ligazón.

Pero bueno, lo del domingo en Madrid ya es historia y la temporada todavía es muy larga, además creo que este triunfo no va a marear a este hombre que no se fía ni de su sombra, y que actualmente vive instalado en la tensión propia de competir con gran nivel en la Temporada Europea, con el único objetivo de abrirse camino en las grandes ferias. Algo que seguramente conseguirá si mantiene en ebullición ese cóctel de virtudes en el que destacan la contundencia, la firmeza y su gran ambición. Tres elementos que lo convierten en un ciclón imparable en estado de gracia.

Hoy más que nunca estoy convencido de que Valadez que es uno de los poquísimos toreros mexicanos que puede llegar a ser figura -junto con Héctor Gutiérrez y Diego San Román– si le dan más oportunidades en Europa y si en su país lo terminan por apuntalar en los mejores carteles. Enhorabuena Leo. La gloria es para quien se la trabaja.

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