El Número del Torito Por Ines Montano.
Los seis toros de Núñez del Cuvillo procedían prácticamente de la misma camada, excepto el primero, el único cinqueño. Bajos, de buena estampa, que disimulaba el poco trapío y justas fuerzas, pero de inmejorable condición. Algunos, con caras de novillos. Dirán: ¡no hay toros! Media verdad es ésta. No, no hay toros para determinados toreros. Sigamos disimulando, pero las figuras se aquerencian, más que los morlacos, a determinadas ganaderías. Así las cosas, la tarde resultó con un punto de sosería a pesar de la generosa Puerta Grande.
Morante puso por su parte el arte y la gracia. Los ayudados por alto adquirieron categoría para acordarnos de su otro nombre “celeste imperio”. Morito (1º 10/17) iba obedeciendo las bambas de la muleta, pero sin entregarse, andando con cierta desgana. Morante siluetea pases que disimulan la condición del bicho. Las tandas, aunque sueltas, fueron prodigas en pases superiores. Ayudados por bajo, unos pases de costado… Es el único torero cuyas faenas no se puede predecir. Un hondo pinchazo resultó suficiente. Encumbrado (4º 11/18) fue recibido por verónicas, puesto en suerte con una media de cartel. Un trincherazo inolvidable abrió la faena. Se quedaron en los terrenos del tercio: el jabonero flojea de remos, desarma a Morante. Hoy no fue la tarde para ceder el terreno: el Maestro, sin perder un solo paso, deja pasar al toro cerca. Una tanda a pies juntos salió redonda, elegante, sin afectación. Ahormó la cabeza con pases de telón y puso una media tendida suficiente para el bicorne. Una ovación. Hay que reconocer la gran capacidad de Morante para transformar cualquier “aliño” en el arte taurómaco.
Fue la primera tarde de Alejandro Talavante,después de su regreso, que el diestro no dio la impresión de ausente y altiva dejadez. Se empleó con su lote. Asturiano (2º 10/18) salió del segundo picotazo cabizbajo, dejando claro que prometía más de lo que podía cumplir. La faena de tandas largas, con ligazón y pases destacados por ambos pitones. La estocada entera a la segunda, muy suelta. Descabello atronador. Ganador (5º 10/18), con estampa del toro de Osborne, cumplió en varas.La faena comenzó de rodillas, con pases en redondo y mirando al tendido. Lo demás, como la faena anterior: buenos muletazos hasta que se cansó el astado, las bernardinas de cierre y, una novedad: una estocada entera. El toro rueda sin puntilla. Petición no atendida. Una vuelta al ruedo y una estruendosa bronca al palco.
Roca Rey tuvo el lote más anovillado. Al brindar su primero ya tenía dos orejas concedidas según el estruendo que levantó. Es un fenómeno de masas, por lo cual se puede permitir ir deslumbrando de plaza en plaza con la misma faena. A esto se dedicó, pero mucho menos retorcido que en Las Ventas. Recibió a Fargonillo (3º 10/18) con telonazos de desconfianza no justificada: el torete se presto a todo lo que le planteaba. La faena de rodillas, las series perdiendo pases y recortando la embestida. Para finalizar, sube la afectación, el aplomo y… ¡los estatuarios! Lo pasa por delante, por la espalda provocando una histeria en los tendidos. La estocada habilidosa y fulminante. Dos orejas. Pesadillo (6º 10/18) recibió una lidia desconcertante. Lo sorprendente es que no se mareara por ver tanto capote persiguiéndole. Toma la vara al relance en la puerta y llega a la pañosa como una malva, suave y dulce. Suerte que no hubo viento y se mantuvo en pie. Al no haber enemigo en el ruedo, Roca Rey se dedicó a buscar los efectos en los terrenos del sol. Toreaba a gusto de los tendidos. El pobre toro no sabía dónde meterse, sin querer hizo una zancadilla al diestro que no le dejaba pasar. Lo demás se sabe. Una estocada caída, tirando a baja y una oreja.
Publicado en El Imparcial
Una respuesta a “¿No hay toros? Pero para determinados toreros, sigamos disimulando.”
Dice: se permite ir deslumbrando de plaza con la misma faena. ( ? )
Todos los toros son diferentes y poderles con la misma faena es FALSO. Cada toro tiene su Lidia , este es un conocimiento básico elemental a tomarse en cuenta a la hora de comentar o escribir de toros.