Andrés Roca Rey, un torero con personalidad propia.

Últimamente sale casi a cogida por corrida y a veces en sus dos toros. Andrés Roca Rey hace honor a su primer apellido con su impávido comportamiento buscando conseguir ser en el toreo lo reflejado en su segundo apellido.

Es el ídolo del momento, imán de espectadores que acuden a las plazas sabedores de que el torero peruano saldrá a darlo todo. Un matador que nunca defrauda y que responde a la expectación y el dinero cobrado.

Afanado en no defraudar al respetable, su empeño es torear a todos sus toros, realizando faenas que resultan imposibles, arriesgando terrenos de los que sabe tiene muchas papeletas para salir corneado.

Pero a este torero de carácter pétreo, parece no importarle demasiado. Ayer en El Puerto de Santa María salió a matar a su segundo tras ser operado en la enfermería. Algo inaudito, un poco tremendista, pero gratificante para un público que asiste a sus corridas buscando sobre todo la emoción que trasmite su indiscutible arte y mayor valor. Un torero con personalidad propia.

Quienes andarán más preocupados serán los empresarios que todos los días cruzarán los dedos para que este torero, máximo reclamo en los carteles, puede llegar a las corridas anunciadas, sano y salvo. Esta tarde en Pontevedra, de momento, se han quedado con las ganas de verlo aunque va a ser sustituido por otro gran diestro, Daniel Luque, un torero en plena sazón, al que también parecen valerle todos los toros.

Publicado en Lanza Digital

Deja un comentario