Murió Fernando Botero, el famoso pintor y escultor colombiano cuyas obras son reconocidas en todo el mundo.
Fernando Botero, el más reconocido pintor y escultor colombiano de la historia, falleció este viernes a los 91 años de edad.
Medios colombianos informaron que el artista murió en Mónaco, después de que una neumonía tuvo que ser atendida en un hospital en el norte de Italia, donde residía hace décadas. Su esposa, la artista Sophia Vari, murió hace cinco meses.
Las obras de Botero, que han sido subastadas por hasta US$2 millones, dieron la vuelta al mundo: sus cuadros, destacados por personajes de grandes volúmenes, se exhiben en los museos más importantes y sus esculturas han adornado calles y plazas de grandes capitales, incluidas Madrid, París, Londres y Roma.
Su legado taurino
Fernando Botero, fue un amante de la tauromaquia. En su infancia, pasó sus días asistiendo a las plazas e inmediatamente empezó a dibujar escenas de corridas y a venderlas afuera de estas.
Motivado por su tío Joaquín, un apasionado por el espectáculo taurino, se inscribió en una escuela de tauromaquia, siendo esta una experiencia imborrable para el artista. Al poco tiempo de ingresar decidió que desde la barrera y detrás del lienzo sentía más amor por su afición: «Ahí empezó mi afición por el dibujo y la pintura, porque empecé a pintar muchos cuadros de toros, a lo mejor soy pintor por eso», afirma el artista colombiano.

Así fue como Fernando Botero entabló una conexión la tauromaquia, y que décadas después continuó siendo una de las grandes características en sus obras. Además, nunca se desligó su afición y constantemente asistía a los toros cuando sus actividades se lo permitían.
Las escenas de la serie de la tauromaquia de Botero, describía con gran precisión los gestos, actitudes, posturas y ambientes que fortalecen una visión única y auténtica del mundo taurino, capturando la esencia y hasta el más mínimo detalle de todo aquello que está siempre presente en una corrida de toros. Así, logró que este espectáculo tan único y especial pudiera percibirse de forma llamativa y de grandes proporciones más allá de lo retratado, pues contiene todos los elementos que definen lo particular de su obra: figuras voluminosas, representaciones voluptuosas, juegos de escalas, espacios y volúmenes particulares e inconfundibles en su obra al servicio del torero, el picador, su caballo y el propio toro.
También fue gran amigo de numerosos toreros, entre ellos, Enrique Ponce o César Rincón. A este último, colombiano también, le diseñó un capote de paseo muy original. Cedió algunas de sus obras para ilustrar algunos carteles taurinos, como el que anunció la feria de Albacete de 2016.
Ayudó siempre a los toreros colombianos, como en el caso de Juan de Castilla. Además, pintó al torero francés Sebastián Castella para ilustrar el cartel de la encerrona del diestro francés en Nimes a beneficio de ls damnificados por el terremoto de Haití.
En De SOL y SOMBRA queremos hacer llegar nuestras más sentidas condolencias a los familiares del artista fallecido. D.E.P.