La tercia ofrece una lección de valor y entrega ante un encierro de Jaral de Peñas que no dio el juego esperado y en donde Andrés Roca Rey dio una muestra de poder tanto en el tendido como en el ruedo.
Joselito Adame resolvió con la experiencia que le han dado los años su actuación y Leo Valadez hizo valer su raza y valor ante un lote infumable.
Por Luis Carvajal – De SOL y SOMBRA.
Tercera Corrida de la Temporada 2023-2024 de la Nuevo Progreso. En tarde calurosa con un lleno en numerado se lidiaron toros de Jaral de Peñas desiguales en presencia además de mansos, sosos y con poco juego. Un novillo de Corlomé para rejones y un toro de regalo de Fernando de la Mora de impecable presentación y con nobleza.
Andrés Roca Rey cumplió con Guadalajara y dio una muestra de poder tanto en el tendido como en el ruedo. Desorejó al primero de su lote en una faena de poderosa haciendo embestir a un manso toro de Jaral de Peñas demostrando el por qué hoy por hoy es el número uno del escalafón de matadores.
Gran expectación había levantado el regreso de Jaral de Peñas a Guadalajara y es que hablar de los toros de Juan Pedro Barroso es hablar de garantía de trapío y juego en el encierro. Pero esta tarde no hubo un “Pontífice” que hiciera honor a esta reputación sino todo lo contrario, esta tarde faltó raza, bravura y trapío. Quizás el nombre del torero peruano habrá tenido que ver o sencillamente el azar no nos acompañó y es parte del rito taurino.

El que no falló en la expectación levantada fue la primera figura Andrés Roca Rey que se inventó una faena que hizo ver “bueno” al primero de su lote. Desde el caballo “Consagrado” de nombre salió escupido y mostró mansedumbre. Un buen quite por chicuelinas interpretó Leo Valadéz y Andrés Roca Rey contestó por tafalleras muy coreadas. Con la muleta arrancó los primeros olés de la tarde dando pases por alto pegado a tablas y llevando poco a poco muy toreado al centro del ruedo al burel. Comenzó con la mano derecha sin acoplarse del todo, toreando al natural comenzó a entender las distancias y tiempos que necesitaba “Consagrado”. Cuando volvió por derecha poco a poco fue metiéndolo en la muleta logrando largos muletazos y torando a placer con mucho mando al igual que al natural. El pase de pecho de la cuarta tanda parece aún no terminar de lo largo y con sabor que lo ejecutó aunque para el público ocasional fue más impresionante el colocarse de manera continua los pitones en el pecho. Terminó su trasteo con sus esperadas dosantinas que ejecutó con mucho temple y cerró por luquesinas muy ajustadas. Dejó una estocada entera aunque desprendida y el palco otorgó las dos orejas. El segundo de su lote fue el toro mejor presentado del encierro pero desafortunadamente no tenía nada por dentro y se fue en silencio.

El hidrocálido Joselito Adame volvía a Guadalajara tras 5 años de ausencia. Al primero de su lote lo recibió por verónicas dejando una bonita media. Al igual que sus hermanos embestía si Adame embestía, por lo que fue poco a poco encontrándole la distancia para citarle y dándole sus tiempos. Con la mano derecha ejecutó largos muletazos abusando un tanto del pico de la muleta, al natural el toro no transmitía. Dejó una tanda por molinetes antes de tirarse a matar y dejar media estocada caída y se fue silenciado. Con el segundo de su lote nuevamente se gustó por verónicas y chicuelinas. Accedió a poner banderillas ante la necedad del público y lo realizó con decoro. Empezó su faena de hinojos pegado a tablas esperando respuesta del toro, sin embargo poco a poco se fue quedando parado y regateando sus embestidas, aún así logró extraer algunos muletazos de mucho aguante. Pegó un estocadón con una gran ejecución y en sitio que le valió para cortar una oreja.
Leo Valadez tuvo un lote infumable y estuvo sumamente pesado con los aceros. Regaló un toro de Fernando de la Mora muy bien presentado y con recorrido, al que le instrumentó un quite por zapopinas muy coreado. Al igual que Adame accedió a poner banderillas con el afán de agradar y lo hizo de buena manera. Lo toreo a placer por ambas manos y ejecutó una faena correcta, sin embargo volvió a fallar con el acero y perdió la posibilidad de llevarse un apéndice.

Buscando un telonero se acarteló al joven rejoneador Tarik Othon que nuevamente quedó a deber a la afición de la Nuevo Progreso pues poco progreso se ve en su desempeño. Lidió un novillo mansito de Corlomé que le puso pesada la papeleta al no lograr darle una lidia correcta y batallar en la colocación de rejones y banderilla. Se fue en silencio.

Para el próximo Domingo se espera otro entradón al ser un cartel de suma expectación con cuatro de los toreros con mayor proyección del escalafón y el futuro de nuestra tauromaquia: Héctor Gutiérrez, Diego San Román, Isaac Fonseca y Arturo Gilio se verán las caras con un encierro de la ganadería de Lagos de Moreno: Villa Carmela.
Estoy seguro de que ninguno querrá dejarse ganar las palmas y que llevarse un triunfo ante sus rivales directos de profesión será motivo de orgullo y esperanza para un futuro prometedor. Ojalá que embista lo de Villa Carmela y que Dios reparta suerte.
