
“-¿Trae Usted mandamiento judicial? –Traigo cojones… – Esto es anticonstitucional – De la Constitución, hablaremos luego” Lo decía “Juncal” Y lo decimos nosotros. Claro, tenemos que hablar del Aniversario de la Plaza México. Lo prometimos en nuestra última crónica. Llegado el culmen de la Temporada Grande, sin más, queda aquí nuestro “Radar Taurino” de Cinco de Febrero.
Por: Puntillero – De SOL Y SOMBRA.
Se caen las líneas de teléfono que buscan desesperadamente un boleto. El cartel o la ganadería no importan, ni tampoco, da la impresión, los diestros que actúan. Todo por estar ahí. Se cambia el trono por una sola barrera de sol, simplemente por escuchar que el día es cinco de febrero y que se puede ir a los toros. Antes decíamos “se llena” con toda holgura. Hoy decimos “se puede llenar”
Éste y otros varios ejemplos demuestran que para el inminente cinco de febrero se tiene una mayor expectativa en todo sentido. Hace cinco años “que se cumplen en ese día” fue la última vez que la Plaza México registró un lleno. Cinco años sin que se haya podido convocar a la totalidad de su aforo, principalmente por la pérdida del cinco de febrero como día no laborable y al panorama difícil que la tauromaquia encuentra en nuestro país.
Ahora bien, el Aniversario tiene un sinfín de aspectos a analizar. No solamente el mero aspecto empresarial o la conformación de un cartel importante sino un sinfín de posibilidades que nos hacen plantear la necesidad de reflexionar acerca de tan valiosa fecha. Primero, es de esas pocas corridas que hoy se convierten en evento, con todos los riesgos y recompensas que ello conlleva, así como los efectos colaterales aparejados. Segundo, porque es quizá la única corrida que, celebrándose en México, trasciende fronteras previo a su celebración, reviste interés y, finalmente, provoca el tumulto de la llegada del aficionado provincial a la capital. Por montones.
Entonces, la connotada cita anual tendría que revestir de la mayor categoría al coso monumental, pues la Plaza México y su corrida de Aniversario es al taurinismo lo que la Constitución a una Nación, el eje rector y trascendental donde se consagran los principios más importantes de nuestra afición taurina. La “Constitución” taurina mexicana vigente, si acaso existe, también se “juró” un cinco de febrero. Irónica o paradójicamente, para lo bueno o para lo malo, el centro del corazón de la afición taurina mexicana revive o late cada quinto día del segundo mes del año.
Es claro que tal situación tendría que representar un motivo de regocijo o al menos de renovación de votos anuales, no olvidemos que desde hace quince años justamente, la Temporada de Oro catapultó al Aniversario de la Plaza México al nivel de locura que nunca otra fecha en el calendario taurino nacional habían conseguido, niveles que rayan en la psicosis de llegar a pagar por una sola entrada diez veces más su valor. No duden, lo cuenta quien lo vio.
Pero ese trastorno colectivo ha significado un nebuloso ardid. Los ríos de gente que arriban a la capital desde diferentes partes de México expresamente para febrero, han condicionado su presencia durante el resto de la Temporada, salvo excepciones como el caso de los aficionados de Aguascalientes y en menor medida la afición tlaxcalteca. Este año se perdió una oportunidad preciosa de convocar el mayor número de aficionados de provincia en mucho tiempo.
Este año el bondadoso calendario nos regala un acomodo taurino favorable. La situación se encontraba servida para vivir un fin de semana taurinísimo a partir del viernes y rematando el domingo con toda la holgura que en el mundo brinda tener la tranquilidad de que en lunes, uno al menos en la vida, no hay que levantarse temprano. Aquí es donde la Comisión Taurina del Distrito Federal no parece conseguir fomentar la cultura taurina, porque ese viernes cuatro de febrero una jornada de cultura taurina, algún concierto o coloquio literario con motivo taurino hubiera sido sensacional. Pero el Gobierno no piensa, menos podría hacerlo taurinamente. Echo de menos una “Semana Taurina” con motivo del Cinco de Febrero. Se los dejo de tarea. Vaya de tres días.
Y los organismos taurinos, muy preocupados por la política y las relaciones sociales no han hecho nada por fomentar y aprovechar el trajín del Aniversario para hacer más afición. Urge que tanto matadores, subalternos, ganaderos (sobre todo) y empresarios aprovechen la circunstancia para fomentar la afición. No hay uno solo, con tristeza lo digo, que levante la mano, que convoque como lo hicieron en el fallido “Centro Cultural de la Tauromaquia” hace cuatro años con la conferencia “El Ser y el Estar del Torero” dictada por el crítico español José Antonio del Moral. Es que había un gran ambiente para la corrida mil de La México en dos mil siete.
La empresa de La México dejó pasar la oportunidad, quizá no por culpa propia en su totalidad, de rematar dos grandes carteles, me atrevo a decir, a llenar la Plaza dos días seguidos, incluso su tendido general. La decisión de no dar festejo el día seis de febrero y trasladarlo al día siete desatendió a la clientela de provincia pues truncó la posibilidad a los visitantes de darse el fin de semana anual en La Monumental. Dicen que fue temor al futbol americano, si es así creo que La México reniega de su propia historia.
También creo es que los toreros españoles y sus administradores son más ignorantes que un analfabeta, pues el miedo a otro espectáculo nada o poco tiene que ver con la torería, pues “la honra del matador consiste en nunca huir delante de fiera, siempre que se tenga muleta y espada en mano” La fiera deportiva, a la que se ha dado una importancia que no merece, implica la renuncia a desafiar modernidades y demostrar que en México hay afición taurina. De ser cierto, el temor de los toreros españoles de que nadie los iba a ver el domingo seis debo decir que el lunes siete no será mejor. Espero también equivocarme pero es decepción taurina no tener festejo el domingo.
Por lo demás, nuestra siguiente preocupación es el ganado. Jugar contras con el trapío es condenar a la monotonía la ilusión taurina. No se puede confiar en Teófilo Gómez después de tantos escándalos. Sin embargo, encuentra una nueva oportunidad de resarcir algo de lo que ha abandonado. Ha cambiado la bravura de un toro de cinco de febrero como “Mayoral” (2003) por la cortedad, de bravura y trapío, de un toro como “Guadalupano” Debo mencionar que hay dos toros, uno el 723, que me agradan. Espero que embistan, pero que embistan bien.
Y Julio Delgado, nació en medio de un escándalo (1992) y ha crecido en medio de otros (2004) Sin embargo, es una ganadería poco estimada por el “aficionado serio” pero muy poco estudiada por esa misma especie del taurinismo.
Esto, lo digo porque puedo mencionar varios casos irreprochables de trapío y juego de la ganadería coahuilense, empezando por el encierro de 2001, pasando por famoso “Ejecutivo” hace seis años. Sin embargo, estamos en La México, en la corrida más importante de nuestro calendario taurino, con el temor de no que el festejo está centrado más en los de luces que en los de astas, cosa que nunca es recomendable. Menos para un público que, el cinco de febrero, parece no encontrar su rumbo. Los dos castaños me hacen ilusión, los cárdenos ni en foto. Espero (otra vez) que las fotos me engañen.
Las combinaciones de toreros tienen dos líneas muy claras. El cinco de febrero incluye dos veteranos y dos toreros, relativamente, nuevos para el gran público de Aniversario. El último lleno en Aniversario se dio la última vez que “Zotoluco” y Enrique Ponce torearon juntos tal fecha. El torero mexicano ha padecido el presente año en sus tres actuaciones, incluso en la salida a hombros. Esta cuarta me parece es demasiado, más por el hecho de que da la impresión que solo dentro de los pitones se siente cómodo, solo tapando encuentra, a veces, al toro. El público le pasó factura en la salida a hombros el domingo pasado y este cronista hoy se pregunta si aún queda algo de aquel torero que bordó (sin hipérboles) al ya citado “Ejecutivo” de Julio Delgado.
De 2006 para acá, existe un torero que ha generado el mayor número de iras, fobias, amagues, protestas y por supuesto, la entrega total de la Monumental. Como en la corrida de la década, la histórica tarde de “Notario” de San José. Lo anterior, no es más que el indicativo de la presencia de un torero de época. La época de Enrique Ponce encuentra de nueva cuenta un punto de inflexión este cinco de febrero. La afición siempre recuerda y respeta a los grandes toreros de la historia. Ponce lo es, lo ha sido desde 1994. Con llenos y triunfos históricos aún sin orejas, a veces con novillos otras con toros, pero indudablemente siempre con aura histórica.
Esta será la quinta aparición de Enrique Ponce en la Plaza México durante los últimos cinco años. No olvidemos que de 2006 a 2009 no apareció en la capital y que regresó al nivel que ningún otro torero en la historia de La México lo ha realizado, cortando un rabo. Ni siquiera Manolo Martínez, en su reaparición consiguió ese trofeo, lo hizo hasta la quinta tarde a “El Tigre” de Los Martínez. De ahí que existe relevancia la aparición del torero que ha hecho grande, en buena parte al cinco de febrero (Revisen ustedes la faena de “Llanero” de Bernaldo, por ejemplo) Con lo bueno y lo malo de Ponce, lo grande de su toreo y los golpes de riñón de su administración.
Desde que Juan Ruiz Palomares delegó el timón de la nave poncista, Victoriano Valencia ha tomado una serie de graves decisiones de cara a México. Incumplimientos, escándalos, danza de corrales, asaltos, tauro mantas y un sinfín de desfiguros taurinos que han dejado a Ponce al día de hoy, de manera inverosímil, con el prestigio en discusión por parte de un sector en buena parte desorientado que ha visto muy poco al torero y que lo tiene, sin saber porque exactamente, en la lista negra
A Ponce se le podrá discutir todo excepto su categoría de figura, pues otra vez, la historia no parece historia cuando pasa delante de nuestros ojos. La Corrida de Aniversario no es una “liguilla” a la que clasifica el que más puntos corta. No señores, es categoría. Y nadie en esta fecha la tiene tan en lo alto. No es que seamos simplistas pero “Cinco de febrero sin Ponce…” por lo menos la Plaza no se llena desde 2006. Primera asignatura pendiente, llenar La México. ¿Será?
Si acaso no ocurre, pesaría más dejar una señal, de despedida quizá, que mantenga la impronta y afirme el respeto en medio del encontronazo del que seremos testigos. Dos trenes a máxima velocidad se encuentran, en encrucijada que se antoja de alto riesgo con Sebastián Castella que llega con una creciente legión de seguidores y, más importante aún, con ganas de ocupar el sitio de Ponce. Ese sí que será un indicativo sumamente importante, tras una campaña importante del francés de la mano de Espectáculos Taurinos, a base de repetición y de gran calidad taurina está en el gusto del público. Lo único malo, a señalar a los coletas de allende el mar, es la ya apuntada reserva de la elección del ganado.
Pero Castella es el autor de una de las faenas más importantes de esta Temporada. El indulto de “Guadalupano” lo deja bien colocado de cara al cinco de febrero, un año después del escándalo nocturno que incluyó la “vista gorda” de la autoridad. Sin embargo, tras la actuación de “El Juli” el Aniversario y claro, Castella tienen la difícil tarea de superar, en eso confiamos, el nivel de emoción vivido el domingo pasado, sin martingalas, sobre todo en la suerte suprema. Por lo demás Castella cuenta con el favor del público en la primera vez que el francés observe al menos el numerado lleno.
Oportunidad, de oro, es también para “El Zapata” el “Caballo Negro” del cartel. No bastarán los arabescos e imposibles giros, sabemos que el torero entiende ya mucho de toros y el salto técnico, casi tan largo como su colmillo ha de ser esta vez un salto cualitativo de cara al toreo fundamental. Es la tarde de su vida e indudablemente debe anteponer a los recursos, la torería que pocos sospechan que tiene, pero que el de Tlaxcala utilizará para sacar partido de cualquier situación. Contrario a “Zotoluco” llega en el mejor momento de su carrera. Mucha atención al sorteo. Desde ahí empieza su corrida.
Y finalmente, nuestro deseo es que el cinco de febrero constituya realmente el eje rector de la Fiesta en nuestro país. El festejo que constituya la medida, no el muestrario de caprichos de toreros que impiden, principalmente, ver lidiar un toro no más grande, no más pesado, simplemente mejor, en su trapío y en su juego. Qué infunda miedo. El festejo que consagre el derecho fundamental de todo aficionado taurino de acceder a un espectáculo digno, pues la reventa está deshaciendo las ilusiones al igual que el incremento de precios que habría sido justificado con un aviso previo, no a las calladas. Un festejo que revistiera la mayor categoría para el ganadero, donde se luciera el trapío del toro, no las botas, el puro y el abrigo de la vanidad.
Soñar cuesta poco. Perder clientes, respeto y categoría cuesta nada e implica tirar a la borda todo lo logrado.
Sesenta y cinco años son una oportunidad más que de oro y casi de diamante, que incluye también a los que cuentan la historia, que habrá de ser con honradez. Espero que nuestra idea de “Constitución Taurina” no se quede como esa parte de toda Constitución moderna que consagra derechos a los ciudadanos pero con los que los gobiernos juegan a su antojo. Los políticos nos pueden fallar, pero entre taurinos no va leernos las cartas.
Twitter: @CaballoNegroII
PS. Sobre el cartel del siete, hablaremos por separado.
4 respuestas a “Radar Taurino – La Constitución Taurina.”
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Oleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!! que buen articulo carajo!!! espero y asi le embistan al menos un astado al de beziers y uno al de valencia!!!!! saludos estimadisimo!!!
Excelente articulo haz ensendido mi pasion por esta fiesta y me haz dejado deseoso de ver el decenlase de este Aniversario
Olé y que haya suerte.
Este artículo tiene perfectas hechuras. digno de un aniversario de la majestuosa Plaza México. excelente análisis y mejor analogía con las fechas de la promulgación de la constitución y del evento que este sábado celebraremos los aficionados taurinos.
Un abrazo y felicidades por el blog. Olé
Aureliano García