
Por Puntillero
Jornada pos carnavalera y declinante de la Temporada taurina mexicana, particular jornada por el cartel femenil que deja al descubierto parte de las necesarias mejoras en el espectáculo taurino. Además, el cierre local nos ubica en el emocionante umbral que brinda la Temporada Española, la apertura de las Fallas de Valencia y, por si fuera poco, con el acceso directo al espectáculo taurino más importante del mundo.
Si tan solo hubiésemos hecho un esfuerzo por vender cualquiera de los carteles de la Temporada Grande tal como se ha vendido la Vigésima de derecho de apartado otro gallo nos cantara. En alguno de nuestros “Radares” no recuerdo específicamente cual, he mencionado los sutiles instrumentos con los que la empresa cuenta para hacer lo que esta semana (y varias ya atrás había insinuado) para vender ejemplarmente un producto llamado “cartel taurino”
En este caso es un cartel femenil y como este “Puntillero” es propenso al sobreseimiento taurino, no caeré ni compraré el tópico de “el género” que es hablar de puerilidades taurinas y es discriminar. No, simplemente diré que tres damas en el ruedo es igual de importante que un cartel, por ejemplo, el de la presentación de Talavante o la tarde “guadalupana” de Castella. Sin embargo, la promoción de éstos últimos fue inversamente proporcional.
Hasta ahí la política taurina. De aquí para delante, mi reconocimiento a La México que demuestra que cuando quiere, lo borda. Por eso, malgre tout es la primer Plaza de este continente, no obstante su problemática y a veces su disposición a friccionar. Qué importa ahora cuando ha logrado promocionar y hacer fiesta.
Vayamos al toro. Cabrera y La Punta. Tres y tres. Parchada. ¿Será posible algún día entre doscientos setenta elementos encontrar seis en tipo de una misma casa? Mientras, “Yo, sigo esperando” Tenemos una alternativa discutida, no por género, sino por ritmo y temple. A Lupita López le tengo vistas todas sus actuaciones en México e incluso, en video, la de Guadalajara con aquel toro de El Vergel con el cual vociferaban sus ayudas en el callejón masacraran en varas. Solo la atinada y brillante voz de un Matador de Toros impidió el desastre y permitió explorar algunos de los conceptos que pueden hacer salir avante a la yucateca el domingo: firmeza y sentimiento. Cuidado que es peor el toro que se para, pues a toreros con menos rodaje se les viene en tobilleros, mirones y examinadores del valor. Marco copia a las ayudas de Lupita.
De ella depende que esto se convierta en chiste, anécdota o acontecimiento y si esto último ocurre, los únicos que ganaremos habremos de ser los asistentes que estamos habidos de eso. A menos que alguien juegue a la contra… Si es así, solo un interés bajo y oculto sostendría su asistencia a la Plaza. Ello, ya no se llama reventar, ello tiene una denominación impronunciable.
No nos olvidemos que estamos en México, que hay que ser duros, pero principalmente hay que tener sentido taurino y predisposición al arte, no al fracaso.
Y como estamos en La México, insisto que “a pesar de todo” tenemos el derecho de ver o al menos aspirar a atestiguar lo mejor en cada tarde. Eso es lo que en papel podremos ver el próximo domingo del toro segundo y hasta la muerte del quinto. No me mal entiendan, defensoras del “genero” la confrontación, el cuasi mano a mano que sostendrán Mari Paz Vega e Hilda Tenorio tiene tintes de maravillosa confrontación.
Lo anticipo, amén de los imponderables, la malagueña caminará por la arena como la Maestra en que se ha convertido. Mari Paz y su capacidad, su sitio, su inteligencia y el enorme valor forjado en medio de caminos de Damasco, ganará por lo menos el respeto del buen aficionado que salgo que no se paga con nada en los toros, tendrá un lunes de reconocimiento pleno de moros y cristianos. Hablo de los taurinos, no de los periódicos. Su categoría e impronta, su alto oficio y dignidad torera, implican que la Vega sea en de las toreras la mejor. Solo espero que la intención no se la cargue la causal de improcedencia de la justificada protesta, esa sí que es la mayor preocupación. Por lo demás, su aparición piedranegrina no es más que la evidencia de que el enramado no es un terreno por el que anda una torera que prefiere los medios de la Plaza. Que así sea.
En la otra mano está el singular caso de Hilda Tenorio, la mujer que encontró el toreo que la cabeza de Rutilo Morales concibió. Y lo ha hecho con algo más que anécdotas porque valor, lo decía Francisco Montes “Paquiro” es lo que impulsa a los toreros a estar delante de los toros con la misma parsimonia o serenidad con que estarían sino tuvieran que estar delante de ellos.
Esa calma fría que la Tenorio tiene cuando se le habla de toros, esa misma habrá de basar su caminar pues el reto consiste en mantener viva la lava del volcán envolviéndola en el empaque frío del glaciar. Así con la cabeza, en el sitio Hilda Tenorio habrá de dar la cara en la tremenda confrontación con Mari Paz y, en “apasionada entrega” habrá de hacer valer su categoría y sobre todo lo que siempre ha distinguido su toreo, la indeclinable pasión por escalar peldaños.
Lógico es que la espada de la michoacana, no obstante lesiones y desaguisados, no baje los escalones que sus telas conquisten que insisto estamos en México.
Por ello entiendo el interés de la empresa en este cartel. Pero distinguir entre unos y otros implica exactamente lo contrario al trato que se ha dado al resto de los carteles. Por ello, cuando la Ley no distingue nosotros no debemos distinguir y aquí la monocromática visión de Tauro no comprende si es ella, el o eso, lo que tiene de frente. La Ley de Tauro no lo hace, los aficionados no debemos, las empresas tampoco pueden distinguir en invertir en uno y otros carteles. A menos que prefiramos no la Ley del Toro sino la Ley del Monte. Ahí sí, ni cómo ayudar en tierra indómita.
Pero donde el fuego nace y donde el oro viste el naranjo y el azúcar es en Valencia. Y por ello nuestro “Radar” apunta a las Fallas y el coso de la calle de Játiva. El comienzo es inmejorable, con la maestría de Ponce, la solemnidad de Barrera y el enciclopedismo de “El Juli” y la aparición de los toros de Victoriano del Río. Hay formas y modos. España moviendo una mano pone al servicio de la Fiesta el aparato mayúsculo de la televisión, que no obstante pagada, permite mover capitales y acercarnos al Toreo.
El fuego fallero rompe el invierno y su ayuno, por ello a partir del sábado vislumbrar el status real del Toreo se vuelve una obligación para todo buen aficionado. Pues presumir de ello, solo depende no de nuestro ego, sino de nuestro más constante interés en la Fiesta. Opinar y discutir, aprender y valorar es nuestra obligación, ya no como espectadores, sino como aficionados taurinos.
Eso es madurez y lo hemos ya subrayado, en el arte, más allá de géneros y fantasmales tópicos, siempre madurar lo es todo. Y aquí cantará su condición quien lo haya o quien no lo haya hecho. Que es lo cierta.
PS. No he dejado Aguascalientes en el olvido. Previo al día diecisiete hablaremos largo y tendido.
Twitter:@CaballoNegroII