Ibelles, Ejemplo de Pasión.

Corriendo tras la gloria, perseguido por la hoguera.

Por “El Bardo de la Taurina”

Sin duda en el toreo cuando se deja huella se vuelve perene y que mejor que rememorar de cara a las temporadas de novilladas a aquel novillero todo corazón, enjundia, entrega, valor que lo fue Raúl Ibelles a quién se le debe de reconocer como un ejemplo de lo que debe de ser un torero con hambre de triunfo.

Labró dos hazañas que no se han vuelto a repetir y para cómo está la fiesta dudo mucho que las volvamos a vivir. Tal como aquella tarde cuando Raúl Ibelles al sentirse machucado en su ánimo cuando las puertas de la Plaza México no se le abrían, pues decidió tirarse de ‘espontaneo’ lo que sucedió allá por el año del 1977, fecha en que este personaje por el tendido de Sol apareció y tras forcejear con personal de vigilancia quienes lo sujetaron de las piernas logró saltar a la arena a como pudo y sin más, se fue en busca del burel que le correspondía a Mario Sevilla, el toro se llamaba ‘Rey’ y ante él, Ibelles se planto con un par de cojones que ya los quisieran muchos de los figurines de hoy, y a correrle la mano por naturales pasándose al toro de San Mateo por la barriga.

Raúl lo toreó en verdad para consagrarse pero sobre todo para demostrarse a sí mismo, al publico, a la empresa que cuando se tiene afición se tiene mucho y ante ello no hay más que reconocer al torero como sucedió aquella tarde cuando de las alturas la Banda de Música le premio más bien le reconoció al ‘espontáneo’ su valor, arte y entrega y en su honor le mando una ‘diana’. Aquello fue la locura los aficionados con los ojos rasgados por las lagrimas de la emoción, algarabía y admiración hacia el chaval ‘Que un domingo en la tarde se tiro al ruedo, para calmar sus ansias de novillero’ mientras los ‘azules’ se llevaban al novillero por el túnel rumbo a la ‘Julia’ y de ahí derechito al ‘botellón’ la gente en el tendido coreaba a grito partido “Espontáneo, espontáneo, espontáneo”

El público enardecido no paraba implorando por el novillero a tal grado que el juez Dr. Pérez y Fuentes dándose cuenta que estaba inmerso en una bronca que podía desencadenar en un zafarrancho ordeno que fueran rápidamente por ‘El Espontáneo’ a quién ya lo llevaban por la rampa y lo regresaron al tendido y solo así se logró calmar a una plaza enardecida a favor de un novillero que se había entregado hasta el alma, al día siguiente el maestro de los pinceles Pancho Flores ilustraría en “Esto” la crónica de la corrida con una pintura de Raúl Ibelles en la que se veía al novillero ejecutando uno de los magistrales ‘Naturales’ de ese tamaño fue la entrega.

Las puertas seguían cerradas para el novillero cuando se anuncio en la Plaza Santa María de Querétaro, aquel cartelazo a finales del año 1978, donde actuarían Paco Camino, Manolo Martínez y ‘Curro’ Rivera ante un encierro de Garfias, cartel que desde luego Raúl Ibelles decidió aprovechar para intentar mostrarse nuevamente y así llegó hasta la virreinal ciudad y después del sorteo se fue al centro donde le solicitó a una bondadosa señora que si le hacía favor de envolverle su muleta con papel navideño rematado con frondoso moño.

Raúl, que es y además tiene tipo de gente decente, con el ‘regalo’ bajo el brazo y ayudado por el ambiente navideño no tuvo problema para entrar a la plaza con la muleta ‘camuflajeada’, al salir uno de los toros de ‘El Niño Sabio de Camas’ de la suerte de varas Raúl desenvolvió el ‘regalo’ salto a la arena y empezó a torear de forma tan magistral, que el primer sorprendido era Camino.

El sevillano no hizo nada por intervenir sino que se dedico a admirar la faena que estaba bordando ‘El Espontáneo’ aquello era una verdadera sinfonía al grado que el maestro ‘Calesero’ que se hallaba en el callejón le grito: “¡Dile a Paco que te lo deje matar!”

Ibelles se acerco al burladero de matadores solicito la venia del sevillano quién se desprendió de la tronera del burladero, le dio unas cariñosas palmadas en el cachete al tiempo que le decía ‘Ya has estao enorme, venga a toma er tendido’ La plaza se cayó en aplausos y Raúl se retacó la camisa como Santa Claus de la cantidad de billetes con los que el público le recompenso su ‘determinación, enjundia y pasión’ de ser torero lo que le valió que por fin se le abrieran las puertas de La Plaza México. Chavales ¿Que parte de la lección no entendieron?

2 respuestas a “Ibelles, Ejemplo de Pasión.”

  1. OIGA SEÑOR BARDO:
    O NO SABE DE TOROS O ES USTED MUY BARBERO CON ESA CHUFLA CAPITALINA.
    EN LAS DOS OCASIONES QUE SE TIRO DE ESPONTANEO ESE CHAPARRITO,SOLO LE ESPANTABA LAS MOSCAS A LOS DOS TOROS QUE MENCIONA USTED CON APOTEOCICA FAENA.
    TENGA RESPETO POR LA FIESTA VIVIDOR.

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