
Por Luis Cuesta
La tercera corrida de la feria de San Fermín prometía mucho en el papel, la empresa de la Misericordia anuncio un cartel juvenil y una ganadería de primera categoría que componían un cartel sumamente atractivo formado por Rubén Pinar y Arturo Saldivar, que en Madrid apuntaron cosas interesantes y por Esaú Fernández , recién alternativado y triunfador en Sevilla. Sin embargo conforme cayo la tarde las ilusiones se fueron desvaneciendo entre toro y toro.
Es sabido por muchos que en la plaza de Pamplona es muy difícil triunfar, hay que hacer algo fuera de serie para lograr atraer la atención de toda una mitad del aforo que están bailando, tomando y merendando en algún punto de la corrida y que lo que sucede en el ruedo poco les importa. Ante ese ambiente hostil los toros así como los toreros se distraen y el diestro que no esté muy concentrado o mentalizado pasa sin pena ni gloria por el ruedo de Pamplona.
Hoy Rubén Pinar fue el único que lo tuvo claro con sus dos toros, ya que hizo lo justo para triunfar en Pamplona y que es torear como sea, pero con la mayor solvencia y ligazón que se pueda, para atraer la atención no del buen aficionado, si no del resto de la fauna que se congrega en el tendido por estos días. Ante su primero pego muchos muletazos por el lado derecho, algunos con más calado que otros, pero fueron suficientes para que después de una gran estocada el público le pidiera la oreja, misma que inexplicablemente el alcalde del bombín negó.
Lo mejor de Pinar llegaría con su segundo, un toro de cornamenta exagerada pero que desarrollo las mejores condiciones para la lidia de todo el encierro. La meritoria faena que hizo al cuarto, cuando toda la plaza esta “merendando” fue templadita, aprovechando las embestidas del astado para ligarle las tandas y atraer la atención de los aficionados. Dejo otro espadazo certero para que el juez le otorgara una oreja que mínimo le servirá para regresar el próximo año.
El mexicano Arturo Saldivar tuvo una tarde que fue de más a menos, ya que con su primero un soberbio e imponente toro estuvo muy torero. El astado de Torrestrella fue muy complicado pero Saldivar se jugó la vida, con el capote el astado se lo llevo por delante en una verónica por el derecho mientras que la plaza no se inmutaba y coreaban el “hit” del verano “El Rey”. Comenzó la faena de muleta de una manera vibrante con cambiados por la espalda en los medios, pero el toro que no tenía un pase se paro muy pronto. Aun así Saldivar logro extraerle meritorios y espeluznantes naturales a un toro que desarrollo un peligro sordo. Mato bien pero la gente en Pamplona ni se entero de la importancia que tuvo la faena del mexicano y solo fue ovacionado.
Con su segundo Arturo vivió la otra cara de la moneda ya que el astado de terrorífica cornamenta y trapío tuvo su recorrido, aunque no estaba sobrado de clase. Pero Saldivar tiene al parecer solo una faena en la cabeza y es muy difícil hacérsela a todos los toros. Nunca pudo encontrarle la distancia al toro para ligarle las tandas, así que tan solo se dedico a pegar pases sin ton ni son. Mato bien para su fortuna y solo fue silenciado. Pero lo cierto es que se perdió una gran oportunidad de triunfo y proyección con cámaras de televisión en una feria importante.
¿Esaú Fernández? ¿El que tomo la alternativa en Sevilla? Pues ese Esaú no llego, aquí se presento uno que se parecía mucho, que lo más destacado que pudo lograr en toda la tarde fue ponerse en la puerta de chiqueros para recibir al sexto.
Resumen del Festejo
Plaza de Pamplona. Primera corrida de toros de los Sanfermines 2011. Lleno total. Se lidiaron toros de Torrestrella, bien presentados, el 1º, de buena condición, pero a menos; 2º complicados; el 3º de media arrancada; el 4º, bueno, con clase y que humilla; 6º y 5º manejables.
Rubén Pinar: Vuelta tras petición y una oreja.
Arturo Saldívar: Ovación y silencio.
Esaú Fernández: Silencio en ambos.
