Primer Festejo del Pilar: Oreja, cornada y sonrisa, cortesia de Javier Jiménez

Javier Jimenez. Foto Ana Garcia.
De SOL y SOMBRA

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La novillada que ayer abrió feria había comenzado mucho antes, cuando llegó el camión con los novillos –diez en total– de la ganadería anunciada, de entre los cuales la autoridad solo pudo rescatar cuatro y… gracias. Así que hubo que echar mano de dos más de Javier Molina (5° y 6°).

Lógica la evidencia postrera de la escalera de tamaños en la que abundaron los animales más chicos. Se salvó el cuarto por su movilidad colaboradora pero faltó raza en los titulares de Los Azores. Y fuerzas. Y casta.

Sangrar y sonreír son dos verbos nada fáciles de conjugar a la vez. No es fácil encontrar la imagen de un ser humano sangrando por el corte en un dedo y sonreír al mismo tiempo. Pero hoy se rompió una lógica mas y Javier Jiménez pagó el precio de la sangre con una sonrisa para conseguir la conquista del único trofeo del festejo. El novillero de Espartinas se las vio con un novillo de embestidas desiguales, moviéndose sin clase y lanzando derrotes al llegar a las telas. En uno de ellos alcanzó la pierna derecha de Jiménez, que sin mirarse y sangrando visiblemente, continuó una labor meritoria que remató de una estocada. Oreja ganada a sangre y fuego, nunca mejor dicho.

Damián Castaño no se atolondró ante al áspero novillo que abrió plaza, toreó con lentitud al natural a su segundo y exprimió la poca fuerza del que mató en sustitución de Jiménez. Y David Galván, quizá el de mejores maneras, estuvo firme al natural en su primero y toreó muy despegado al inválido quinto. En ambos se pasó de faena, jugándose los avisos.

Ficha del festejo

Primer festejo de la Feria de El Pilar. Cuatro novillos de Los Azores y dos Javier Molina (5º y 6º), desiguales de presentación, de cuajo y de puntas. Novillada deslucida en su conjunto, con un primer novillo complicado e incierto.

Damián Castaño: silencio, silencio y silencio en el que mató por Javier Jiménez. Javier Jiménez: oreja en el único que mató. David Galván: ovación con saludos tras aviso y ovación tras aviso.

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