El Juli: “Los aficionados españoles son más fríos, les cuesta más entregarse y son más académicos.”

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Por: Regina Bautista / Fotos: Sergio Bejarano, Rodrigo Terreros y Ana Lilia Rodríguez.

Forma parte de la lista de las máximas figuras de la historia del toreo. El madrileño está casado con Rosario Domecq, con quien tiene cuates y están a la espera de una niña. Carismático y amable, encuentra en la ganadería Montecristo el espacio ideal para la tienta y entrenamiento previo a sus próximos compromisos en nuestro país.

“Le agradezco a la afición mexicana el trato que me han dado todos estos años. Me siento muy querido y como en casa. Ojalá con las tardes de triunfo y las grandes faenas pueda devolverles todo el cariño que me han dado, que será imposible”.

¿Qué significa ser parte de la historia de la Plaza de Toros México?

Es una de las plazas más especiales que los toreros podemos sentir, y durante mi trayectoria como matador de toros he estado prácticamente ahí todos estos años. Son recuerdos absolutamente inolvidables.

¿Cuál fue tu impresión cuando pisaste el ruedo de la México por primera vez?

Es algo muy difícil de explicar. Cuando sales a la México toda esa afición y con el olé en el paseillo, se ponen los pelos de punta. Te impacta mucho, es una plaza que causa mucha sensación.

¿Qué crees que haga único el olé mexicano?

La pasión. Las cosas cuando salen no miden ni calculan su estado de ánimo, (los aficionados) se entregan impresionante. Eso hace que los toreros nos entreguemos mucho más.

¿Cómo es el proceso de elegir tus vestidos, el color y el tipo de bordado?

Los escojo yo y se hace con la ilusión de lo que te apetece y lo que sientes en ese momento. Luego, no sabes qué traje te vas a poner exactamente.

Ese día a mí me gusta tener dos o tres opciones y luego ves el traje y sientes un diálogo especial. Algo te dice que tiene que ser ése.

¿Alrededor de cuántos tienes?

Más de 120, 130. En este momento estoy utilizando entre 13 y 15, los guarda el mozo de espadas en su casa. Es el encargado de cuidarlos, limpiarlos y que estén en perfecto estado.

¿Cuánto cuesta cada traje?

Estarán aproximadamente en 6 mil euros

¿A quién te encomiendas?

A Dios. Rezo, hablo y tengo un diálogo personal. Sobre todo pido tener clarividencia, que la mente no se me nuble para poder resolver las dificultades que haya.

¿Qué diferencia notas entre el público de casa (español) y el extranjero?

Lo que caracteriza al público de México es la pasión a la hora de ver la faena. Los españoles son más fríos, les cuesta más entregarse y son más académicos. Aquí en México la entrega es sin reserva, ésas son parte de las cosas que más disfruto porque la gente refleja su emoción.

¿Tienes rituales o mañas?

Manías (risas). Me gusta vestirme del lado derecho, sigo los mismos pasos, mismas reglas, nada en concreto. Respeto mucho la hora de vestirme es un momento muy emotivo, íntimo. Es muy fuerte.

¿Comes algo antes de una corrida?

Sí. Suelo comer poco y temprano para tener el estómago vacío y sentirme ligero. La verdad es que en los días de corridas, lo que menos tienes es hambre.

¿Qué es lo que más valoras a tu regreso a casa?

El ambiente familiar, a mis padres, la vida cotidiana, el día a día. Es por eso que he intentado hacer una estructura de vida muy parecida a la que tengo en España.

¿Qué disfrutas hacer cuando no estás dentro del ruedo?

Me encanta el mundo de los caballos, el campo, viajar, el cine y el tenis. Trato de llevar una vida bastante normal dentro de la peculiaridad que es ser torero, pero debo de reconocer que lo que más me gusta es torear.

¿Cuál es tu antojo favorito de México?

Los taquitos.

Vía: http://www.rsvponline.mx/entrevista-julian-lopez-‘el-juli’

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