Por Martha González.
La Semana Santa es una época que invita a la reflexión y a la oración. Son días de sentimientos encontrados para los creyentes en los que conmemoramos el dolor y la muerte de Cristo pero también la alegría de su resurrección.
Las procesiones, que son parte de nuestra tradición, reflejan el sacrificio y la fe que todavía en muchas regiones de España se prodiga.
Mis hermanos y yo, desde pequeños, hemos formado parte de la cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena de Albacete. La Virgen a la que tanta fe profesan los toreros…
Cada Virgen tiene su historia. Yo quiero contarles alguna anécdota de la patrona de los toreros.
En Sevilla, la imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena Coronada, es la de mayor devoción y esta noche, precisamente, tiene lugar la “Madrugá” del Viernes Santo en la que hará estación de penitencia.
Para los que se encuentren en la capital andaluza, si os fijáis, la Virgen luce cinco “mariquillas” (las podéis ver en la foto), simbolizando las lágrimas convertidas en flores. Son regalo del torero Joselito “El Gallo”. Cuentan que, allá por el año 1915, las vio en una joyería de París y, asombrado por su belleza, dijo: “Estas esmeraldas de color verde Esperanza son para que las luzca mi Esperanza Macarena”.
Las “mariquillas” o lágrimas sustituyeron a los siete puñales que llevaba la Virgen en el pecho y que representaban a su vez a los Siete Dolores que padeció antes de la muerte de Jesús.
Años más tarde, en 1920, el torero sevillano perdía la vida en la plaza de toros de Talavera de la Reina (Toledo) y es la única vez que la Macarena ha vestido de negro luto en su historia.
A modo de anécdota, os cuento que durante la Guerra Civil, debido a las amenazas contra los templos religiosos, el sacristán la escondió en la tumba de Joselito hasta que pasaron los años de enfrentamiento.
Quizás el destino quiso que esta vez fuera el torero quien la protegiera, ya que se libró de la quema que sufrieron muchas otras imágenes.
Por otra parte, Ntra. Sra. Reina de la Esperanza Macarena de Albacete tiene algo especial para mí. Los machos (borlas que llevan los trajes de torear) que lucen en su trono (foto de abajo, hay tres machos a la derecha y tres a la izquierda) fueron entregados por mi padre en un momento muy importante de su carrera.
Los aficionados saben que la Plaza de las Ventas es un compromiso decisivo para los toreros. Por eso, mi padre en el año 1982, por estas fechas, ya se preparaba para su cita en San Isidro. Ese día, cortó dos orejas y salió por la Puerta Grande. Al terminar la corrida y regresar a Albacete, lo primero que hizo fue dirigirse a la capilla para hacer entrega de sus machos de torear en agradecimiento a la Virgen de los toreros y que hoy podemos ver cuando sale en su trono en Semana Santa por las calles de Albacete.
Antes de terminar me gustaría mandar un mensaje a los creyentes:
Debemos aprovechar estos días para la reflexión y recordar que la imagen de Jesús cargando la Cruz al hombro, simboliza su bondad sin límites haciéndose responsable de los pecados cometidos por el hombre.
Y recordad el mensaje que nos manda el Papa Francisco: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación que se encuentre, a renovar su encuentro personal con Jesucristo, o al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por él…”
Con estas bonitas palabras me despido hasta el próximo post.
Disfrutad de estos días con familiares y amigos, que es lo más importante.
Me despido con estas bonitas imágenes de la Catedral de Albacete, donde tantas veces he rezado, no sólo a la Macarena sino también a la patrona de mi tierra, la Virgen de los Llanos.
Fotografía Macarena (Albacete): David Rodríguez .
Vía: http://blog.hola.com/marta-gonzalez/2014/04/17/los-toreros-y-la-virgen-de-la-esperanza-macarena/