Es lo que digo yo: Gutiérrez y Barba, dos toreros con verdad. Apuntes de la novena corrida.

Por Luis Cuesta – De SOL y SOMBRA.

El festejo celebrado ayer en La Plaza México fue el reflejo del estado de coma en que esta la fiesta, con todo y las recientes apoteosis de la ilusión que se han vivido en ese escenario.

Ante una entrada lamentable (menos de cinco mil almas) se lidió un encierro terciado de La Punta, excesivamente manso e inválido.

Algo pasa con el toro bravo, porque no es lógico que un animal que debe ser supuestamente poderoso, que esta bien alimentado y suele ser atlético ofrezca un semblante mortecino apenas sale del caballo.

Como ya es normal, los picadores casi ni se esforzaron, con excepción del picador Cesar  Morales  que hizo una soberbia labor de pica.

Ante tanta debilidad el tercio final fue toda una lección de cuidados intensivos para que los toros no pasarán a mejor vida antes de tiempo.

El fracaso de la corrida de una de las ganaderías más emblemáticas del país, ha supuesto una amarga decepción para toda la afición, que nuevamente ha comprobado cómo ha venido a menos la bravura en otra casa ganadera, que antiguamente era sinónimo de casta.

Ante esta situación, los toreros no encontraron material para el triunfo y solo los mexicanos Alfredo Gutiérrez y Fabián Barba consiguieron momentos destacados con mucha verdad. Mientras que el español Leandro tuvo una actuación para el olvido.

Alfredo Gutiérrez con la montera calada tuvo una solvente actuación con el cuarto de la tarde, un toro noble que se apago pronto pero con que el estuvo a la altura de las expectativas.

Gutiérrez demostró que además de ser un torero aguerrido y dominador, también puede torear despacio y con expresión.

Valiente e ilusionado no pudo redondear su labor con la espada, pero saludo en el tercio con mucha fuerza.

A su primero un toro soso y de corto recorrido, le robó un par de naturales con hondura pero el astado no ofreció ninguna posibilidad de triunfo.

Leandro ha tenido una tarde muy gris en donde nos dejo una imagen de frialdad y conformismo, como si definitivamente hubiera tirado la toalla en México.

Reservón y con peligro fue el quinto y noble pero soso el segundo. A ninguno de los dos les cogió el ritmo, ni el torero dijo nada de interés.

Fabián Barba es un torero de la cabeza a los pies y aunque no obtuvo un triunfo clamoroso, supo trasladar por algunos momentos la emoción del valor a los tendidos y ganarse el respeto de la afición.

Cuando salió el sexto, el más serio de toda la infumable corrida de La Punta, Barba parecía tener claro que aquello era todo o nada; y decidió jugársela. Como hacen los grandes. Lo veroniqueó con decisión; lo citó, después, por apretadas gaoneras.

Con la muleta tuvo un inicio esperanzador pero el de La Punta canto la gallina y aquello quedo para el torero solamente en una sentida ovación.

¡Pero así se viene a La México …! Como ayer lo hicieron Gutiérrez y Barba. Con ilusión desbordante, espíritu de lucha, apostando todo en la búsqueda de un triunfo y a jugarse la vida de verdad.

No hubo orejas ni triunfos de oropel como en las pasadas tardes, pero ahí dejaron su impronta dos toreros mexicanos que a pesar de su veteranía (o madurez) merecen mejores oportunidades.

Y con esta columna cerramos el año 2014, aprovecho para desearles de corazón a todos mis estimados lectores, una feliz navidad y un próspero año nuevo 2015 en compañía de todos sus seres queridos.

Es lo que digo yo.

Twitter @LuisCuesta_

– Esta columna se publicará nuevamente de manera semanal a partir del 5 de enero.