De Los Toros con Verdad: Nada como el toro bravo…

 

Gerardo Adame.
 
Por Francisco Baruqui.

Guadalajara, Jal.- La tarde se miraba espléndida, ni una sola nube y el cielo tan azul que iluminaba el ambiente y sin brizna de viento, lo que se prestaba para disfrutar un festejo taurino con el mejor clima y ambiente.

La entrada apenas dos mil almas, para el cierre de la primera parte de la temporada 2015 de la Nuevo Progreeso habiendo quedado una corrida suspendida para la segunda parte del ciclo, arrancando el venidero año. Así…

Así, con un cartel esperanzador alternando tres espadas jóvenes con posibilidades en una oportunidad de oro para poder proyectarse, vino un encierro de Real de Saltillo. Toros con romana, presencia, pero, confirmando que el peso no da el trapío, adolecieron los más de esto último, dada la pobreza de cabezas que tuvieron. Astados, pues, con volumen, pero con unos pitones reducidos que daban desproporción a la lámina y la estampa. Ejemplares con crianza que si bien fueron castigados racionadamente en el caballo, tuvieron la cualidad de la movilidad, ya que se desplazaban por cuanto espacios, pero los más con falta de clase, ya que la aspereza, el cabeceo, el mirar mucho al torero y medirlo fueron condiciones que dieron mérito a todo lo que delante de ellos los jóvenes matadores realizaron.

Me gustaron el primero, que abrió plaza que sacó nobleza y buen son, metiendo el morro con claridad y ritmo en el embestir, resultando propicio para un triunfo que, desafortunadamente, no alcanzó el torero de la tierra Oliver Godoy, y… el sexto que cerró la tarde, el más importante de la corrida dada la bravura que lució de auténtico toro de lidia, desplazándose, moviéndose, atacando no con ese caminar borreguno del manso que tanto predomina en el hoy, sino con la fiereza de la buena casta e, importantísimo, la emoción de transmitir el riesgo, con mucho qué toreársele, y al que había que someterlo para poder con él. Mi enhorabuena al ganadero por este Real de Saltillo que, mirando sus libros, será interesante para ir buscando más definición en esa línea, que no es otra que la de la bravura del toro de lidia.

Oliver Godoy ha estado voluntarioso, exhibiendo buenas maneras, pero con su primero que traía las orejas colgadas con alfileres, se desempeñó en una labor con buenos momentos tanto con la derecha como con la izquierda, pero en una faena entre altibajos, son lograr el ritmo que el toro merecía, principalmente por el lado diestro, en donde se empleaba con mayor profundidad, tras pinchazo cobró entera descabellando y escuchando un aviso del palco.

Con el cuarto luego de lucir de capa por chicuelinas que se le aplaudieron, se dio en una faena un tanto cuanto deslavazada con momentos aislados, pero sin cobrar relieve alguno, despenando de entera de efectos para salir a saludar al tercio.

Quienes tenemos esperanza en Gerardo Adame, vemos con beneplácito que el aguascalentense va tirando pa alante con fuerza, ya que ha tenido una actuación de las que llamo yo de punto definitivo, dada la determinación con la que estuvo a lo largo de toda su actuación.

Ante dos toros que obligaban a poder con ellos, Gerardo ha estado hecho un jabato, desbordando un aguante de zapatillas clavadas en la arena y embraguetarse a los bureles tanto de capote con saltilleras rematadas con rebolera que impactaron, como con la muleta, domeñando a dos reales ásperos, sin clase y que pedían que les mostrara el título de matador de toros. Valiente a carta cabal, terminó con su primero de estocada entera tendenciosa que provocó derrame, y al quinto cuajando una obra decisiva toreando al natural con la zurda y derechazos muy templados, luego de iniciar con pases cambiados por la espalda llevándose una voltereta sin consecuencias por fortuna, sabiendo y pudiendo hacerse del toro, el más manso del sexteto, con el que cobró senda estocada para ganarse merecidamente un apéndice.

Vaya torero en potencia de Gerardo, que sigue en la dinastía hidrocálida de los Adame dando lustre a su cartel y apellido. Enhorabuena chaval.

Y otro que nos despertó ilusiones desde su presentación como novillero, Ricardo Fraustro, también de la bendita tierra de Aguascalientes, se fue con el tercero a portagallola para salir librado del arrollón, pero toreando de capote de pie llevándose un palizón que lo conmocionó, despojándose de su chaquetilla para con la muleta sentar muestra de lo que es la entrega, la voluntad y el valor de quien a toda costa y con decisión, quieren llegar a ser figura del toreo.

Faena poniéndose en el sitio, enmendando lo justo para, habiéndose hecho del toro y centrándolo en la muleta, cuajarle series de derechazos, largos, templados, con profundidad y sentimiento, como naturales con la izquierda en el mismo tenor rematando con pases de pecho cosechando el batir de las palmas. Faena larga, voluntariosa y determinante, que tuvo como colofón estocada entera fulminante partiéndole la yema al burel para ganarse una oreja a toda ley.

Con el sexto, sí, ese toro bravo que pedía poder, que exigía dominio, que obligaba entrega y valor, Ricardo estuvo en la misma tesitura centrando al toro y centrándose él en el toreo por abajo con mucha exposición, aguantando de verdad sin amilanarse ante el bravo ejemplar que, insisto y repito, le exigía todo. La gente entregada, sólo había que sepultar el acero en lo alto y a la primera para que hubiese cortado los dos apéndices auriculares que le habrían consolidado un triunfo de gran valía, pero… la espada le pintó a bastos cobrando tres cuartos tendida, un pinchazo y hasta ocho golpes de descabello recibiendo dos toques de aviso, toda vez que la autoridad se portó tolerante para no tocarle el tercero que le hubiera significado toro al corral.

Con todo, hay en Ricardo Fraustro un torero con grandes esperanzas al que hay que darle toros, como a Adame, para que su desarrollo pueda realizarse en un tiempo de inminente urgencia dada la carencia de toreros con posibilidades para dar la pelea que se está padeciendo en el escalafón taurino nacional, en el que por el momento sólo uno, Joselito Adame, está sabiendo y pudiendo estar a la altura.

Mucha atención pues con Gerardo y Ricardo. Hay que contar con ellos…

Fuente: http://opinion.informador.com.mx/Columnas/2015/11/23/nada-como-el-toro-bravo/

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