RECAPITULANDO: A Golpe de Temple – Hipnosis de Juan Pablo en nuevo petardo Moralista.

Derechazo Juan Pablo Campo Real
La profundidad y la rotundidad de Juan Pablo ante el cárdeno de Campo Real. FOTO: Miriam Cardona.

Incluso el intento (malo) de Juez que tenemos, a dos tercios, un callejón, tres pasillos, veintitrés filas y un Palco de distancia, queda hipnotizado por el despliegue de temple, perfecta colocación y toque sutilísimo que Juan Pablo Sánchez brinda ante el tercero. Tan hipnotizada queda la endeble “Autoridad” que ve suficientes pañuelos para regalar la segunda oreja en el sexto, seguramente ha sido por la petición que mal ha valorado pues, si a tal distancia Jesús Morales ha premiado la estocada con claridad, seguramente puede ya también ver el futuro. Esperamos que ese futuro incluya una Fiesta que no lo incluya a él. Falla la casta de Campo Real en tarde espantosa para Macías y de castigo para Talavante gracias a su incapaz y vacilante espada.

Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA. Plaza México. Fotos: Miriam Cardona.

Surge del puño, como una paloma digna del truco de un magazo, el pañuelo del mal.

El de Jesús Morales.

Quien con  gracia particular guarda la tela alba en un puño y, justo cuando saluda y ya no puede aguantar sus ganas, según él, de valorar lo difícil que es ser torero, suelta su gracia con la oreja a Juan Pablo Sánchez ante el tiro de arrastre que pasea los restos del tercero, bien nombrado Don Beto, 550 su número, cárdeno oscuro, estrecho y veleto, de gruesas cepas y caribello testuz.

Este es el único de la corrida que funciona en la muleta.

Si el encierro es pitado ha de ser por su falta de casta, su desesperante debilidad y extrema mansedumbre. Y esto es correcto. Pero si este encierro es protestado por una supuesta falta de edad o trapío, es porque algo muy raro ocurre en La México, no digamos en las redes. La corrida falla en sustancia y esencia pero cumple, tampoco exageramos, con la apariencia.

Y para muestra el primero.

Astifino, completamente asaltillado e irrenunciablemente cárdeno… y manso.

Como también es débil tiene la mala suerte de estrellarse con Arturo Macías, tan repetitivo como su terno, tan pendiente de lo funcional que olvida lo orgánico y tan débil como su oponente. Un torero que a diez años de su primer gran triunfo en México, no evoluciona. Para el, lastimosamente, el toreo es ebullición, hervidero y vapor. Y La México la ha de ver como ollas de presión.

Solo así entendemos las largas cambiadas en los medios al primero, débil y rajado.

Ni un lance le pega.

O las manoletinas de rodillas al final de la faena.

Inicia bien pero le desarman, obliga en tablas y hace pasar pero remata muy mal. Fatal. Se le debió ir vivo el primero pero ya sabemos que Usía hace magia… Doble aviso que replica en el cuarto, otro astifino pero lastimado astado de la pata izquierda y al que la lidia de Macías se carga por completo. Diez años, varios apoderados que no le aportan nada, y de aquel torero ilusionante incluso apasionante, el recuerdo queda.

Entonces se desata la rebatinga en el tendido.

Cómo no han estado quienes protestan al cariavacado, degollado, astiagudo, vareado y flojo cárdeno claro que hace las veces de segundo, hace ocho días cuando el mínimo histórico de trapío apareció bien hubieran caído estas protestas.

Pero no, hoy la protesta es protagónica primero.

Al cárdeno le rescata lo fino de sus cabos, lo agudo de sus astas, lo vuelto de los pitones, las arrugas de la cara y lo colgado de los cojones, para acabar pronto. Y claro, la magia esta sí auténtica de Alejandro Talavante. Que no cae en la trampa y lance, aunque algo apurado, con efectividad, tanto en el recibo con el quinte, donde cierra con tijerilla.

Trujillo, ante un toro que cabecea, pasa algo suelto sin meter la cara, que rebrinca, brinda una lección de calma, de mar sincero, al desplegar la playa de su capote, habrán sido tres lances que cambian todo el destino del astado, uno sobre pitón derecho que bien pudo ser una verónica. Juan José deja en troquel el molde sobre el que vacía Talavante la faena.

La pregunta entonces es, cómo someter sin lastimar.

Cómo mandar sin derrumbar.

La respuesta es abandonarse desde el primer doblón, desde el primer cambio de mano arrodillado –que no de rodillas- donde el toro se va largo, donde el olvida su suelta condición y donde responde al toque firme pero sutil, al mando sedoso pero a la vez de hierro del extremeño que firma el de pecho y echa la muleta a la izquierda.

Rebrincado, con la cabeza al garete, los naturales suceden rompiendo su cintura y todas sus articulaciones, lo mismo que todos los ángulos de la muleta, todos quedan al servicio de la muñeca y, claro, embarca tanto, templa infinitamente que los pases se hilan y se bordan trenzando la cabeza del toro que dobla contrario. Solo le interrumpe el viento.

Malcriado e indeseable.

He aquí cuando Talavante se otorga la licencia de ir a las tablas y donde su insistencia a enroscarse y traer la embestida toreada a la cadera se cargan al de Campo Real por completo, solo quedan, como si fueran poco, tras los derechazos donde su toque y aguante le hacen consumar cada suerte, las locuras de la arrucina prácticamente invertida, el desdén, la flor del invertido y el de pecho. Luego su arrebatada composición sin espada cambiándose de mano, al paso y por detrás hacia los adentros.

De cartel.

Luego hacia las afueras, al extremo de volver del mismo modo hacia dentro y desplantarse innecesariamente y pinchar.

Para variar. Y para su mala suerte.

El peor del encierro, el más cornalón pero el más insulso se lo lleva para quinto lugar. Manos atadas las de Alejandro. Que será hasta el otro año cuando esperemos, aun a pesar de su espada, no se le relegue.

Y si temple es la gran llave del toreo, la que es capaz de brindar las fuerzas al toro débil, de hacer bravo al manso y noble al que bravo, hay veces que este tiempo de la suerte adquiere grados superlativos, Juan Pablo Sánchez nació tocado con esta cualidad y en tal grado.

Una hipnosis total hacia el toro.

La ineludible red que, con solo el toro asomar a la misma, cae hipnotizado.

Por eso el tercero, recogido y asaltillado, dubitativo de inicio, tardo en algún momento, incluso como el resto de la corrida, sin emplearse en el capote o en el caballo, comienza a agarrar aire en banderillas y lo que inicialmente eran dudas acaban en certezas luego de los primeros muletazos alternados, genuflexos y hacia arriba, es convencimiento, quietud y lo que sostiene el edificio del toreo del hidrocálido, su perfecta colocación.

Los derechazos, ya por fuera del tercio, breves en la primera tanda, alivian y hacen al cárdeno convencerse, tomar el engaño aun y pese a su tendencia a quedarse abajo al final. Entonces Juan Pablo, en la siguiente, es capaz de ligar en un palmo, llevar largo y obligar con toda la sutileza de su temple, con todo lo amplio de su muleta, toda la armonía de su toreo al unísono del grito del tendido, se cae el toro al final de la nueva tanda.

Entonces, el natural alumbramiento, sobreviene.

El toreo con la izquierda se eleva.

Y más cerrado a las rayas Sánchez se rompe al natural, primero hacia arriba y luego con el doble toque sobre la marcha del muletazo y la verticalidad asomando toca en tres naturales la vena aorta de la Plaza México, una pulsación corazón a corazón en pleno pericardio de la Monumental que con el temple se alborota y goza el remate deletreado ante la nobleza del toro que saca, pese a la vuelta contraria, su fondo de casta.

Breve al fin.

Pero que alcanza a la nueva tanda que solo se afea por un giro martinista previo al de pecho que no le va a un toreo del imperio de Juan Pablo. Como tampoco descalzarse cada que torea, que si una mujer no aguantara los tacones. Así de grave, se toman la foto de tacones y a las primeras de cambio salen con pantuflas. Pero, forma de menos, malamente, el fondo del torero vuelve a aflorar en la tanda derechista en la que el toro cede y se rinde.

Aun quedan nuevos naturales de perfecto cite y aguante con el toro que ya clama la estocada, Juan Pablo liga ayudado y desdeñoso remate, previo a la dosantina a otros derechazos y a una estocada tendida y caída.

Aun así llega la oreja, no menos merecida, quizá excesiva, por no estar al mismo nivel de su toreo de muleta pero ya sabemos que el infame Jesús Morales liga orejas tarde con tarde, ahora con su truquito de mago de hacer aparecer el pañuelo. Luego en el sexto un astado con sospecha de estar lastimado y con el que Juan Pablo hace nuevo esfuerzo, le mata entero y por arriba en la suerte contraria y al volapié, muy efectivo.

Morales, lo piensa, sabe que hay que darla.

Pero afloja. Su especialidad.

Juan Pablo Sánchez sale a hombros, necesario es. Pero conste aquí que en otros tiempos, menos orejeriles y simplemente de mayor majestad, Juan Pablo no habría necesitado de las gracias de la supuesta “autoridad” para, aun sin salir en hombros, volver a torear, por ejemplo, el Aniversario.

Porque su hipnosis ante el toro de estas tierras es capaz incluso de adormecer a la aletargada Autoridad. Ojalá y que este templado procedimiento alcanzara para remover a Jesús Morales, el juez de la infamia.

Entre tanto, que Juan Pablo y su temple y su hipnosis perduren por muchos, muchísimos, años más.

Texto: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Temporada Grande 2015-2016. Domingo, Enero 10 de 2016. Décima Tercera de Derecho de Apartado. Más de Un Tercio de Plaza en tarde fresca con mucho viento en varios pasajes de la lidia, principalmente durante los dos primeros turnos. Mal la Autoridad al otorgar la oreja durante el sexto turno.

6 Toros, 6 de Campo Real (Divisa Azul Rey, Blanco y Naranja) Desiguales, primero, quinto y sexto bien presentados y con pitones, cariavacado pero injustamente protestado el segundo, con pitones, aunque estrecho y corto, el tercero, a la postre el mejor en la muleta gracias a la lida otorgada. Mansos en general, salvo el mencionado tercero que reacciona favorablemente en la muleta. El resto sin casta, con mucha flojedad pese a su calidad el segundo.

Arturo Macías (Azul Rey y Oro) Pitos tras Dos Avisos en ambos. Alejandro Talavante (Plomo y Plata) Palmas y Silencio. Juan Pablo Sánchez (Nazareno y Oro) Oreja y Oreja Protestada.

El tercer espada salió a hombros.

Destacó a la brega y en banderillas de la cuadrilla del tercer espada, Alejandro Prado, así como el banderillero Juan José Trujillo de la cuadrilla del segundo espada.

Fatal la supuesta Autoridad de Plaza que omite guardar el minuto de silencio homenaje en recuerdo del fallecimiento de Don Alejandro Arena Torreslanda, ganadero de Villa Carmela ocurrido esta misma mañana a consecuencia de una cornada en su Ganadería.

Cambio de Mano de Talavante
La profundidad y la rotundidad de Juan Pablo ante el cárdeno de Campo Real. FOTO: Miriam Cardona.

Una respuesta a “RECAPITULANDO: A Golpe de Temple – Hipnosis de Juan Pablo en nuevo petardo Moralista.”

  1. Al fin Arquitecto señalas con lujo de distancia el área que ocupa el palco de Autoridad, al albero de la plaza, que para desgracia e indebidamente de la plaza México, ocupa un sujeto, que sí tuviera vergüenza, respeto y dignidad por la afición y la propia fiesta, desde hace mucho, hubiera renunciado a tan Honorable cargo qué con el debido respeto, nunca lo ha merecido y lo ha mancillado de manera irrespetuosa e impune y no menciono su nombre, porqué ni ese mérito merece.

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