Por J.C. Valadez – De SOL y SOMBRA.
San Luis Potosí, S.L.P.- Termino el mini serial potosino con un festejo divididó por el SOL y la SOMBRA, ya que por un lado hubo una parte de luz gracias a un bien presentado encierro de Xajay (que este año se esmero en mandar algo acorde con su categoría) y la sombra que fue la espeluznante cogida a Sergio Flores.
Sergio Flores ante su primero de nombre Cabuche realizó lo más torero del festejo y demostró el gran momento que vive en una faena completa y pundonorosa, ante un toro noble y encastado que recibió los honores de la vuelta al ruedo. Se llevó una oreja con fuerte petición de la segunda que el juez inexplicablemente no concedió.
Espoleado por el triunfo de Silveti, Flores se dirigió con paso lento pero firme al sonido de los clarines y timbales hacia la puerta de chiqueros. Se detuvo a unos cuantos metros, hincó las rodillas en la arena y esperó al toro.
Como un misil salio deslumbrado el cierra plaza de nombre Huasteco, marcado con el número 28 y con 500 kilos, con la mirada incierta, observó al torero y hacia él se dirigió mientras Flores iniciaba su larga cambiada. Pero Huasteco no cayó en el engaño, sino que el animal atropelló al torero tlaxcalteca de forma violenta, lo prendió y lo volteó de forma terrorífica; lo zarandeó, lo aventó al aire, cayó boca arriba, primero, y boca abajo, después, y llegó a hacer presa del toro hasta en dos ocasiones, hasta que el cuerpo del torero quedó derrumbado sobre el ruedo y a la espera milagrosa de la llegada de las asistencias.
La voltereta fue horrorosa, impresionante y ahí se acabó la corrida, porque la lidia de Saldívar a ese toro paso desapercibida, a pesar de la buena intención del torero hidrocalido, ante un toro de escaso recorrido y mucha sosería.
Cuando escribo estas líneas el parte médico oficial de Sergio Flores todavía no se conoce.
El resto de la corrrida fue de altibajos.
Los puntos altos los protagonizo Arturo Saldívar que apuntó signos de recuperación, ya que se le vio más centrado y firme que en otras ocasiones.
Hay que señalar que aunque no tuvo oponentes para el lucimiento, Saldívar estuvo por encima de su lote y de no ser por sus fallos con la espada, seguramente se hubiera llevado alguna oreja en la espuerta.
Los puntos bajos del festejo fueron protagonizados por Diego Silveti, quien nuevamente se llevó el mejor astado del encierro, pero con el que estuvo en pegapases y artificial.
El segundo del lote de Silveti se llamó Media Luna y era una máquina de embestir, pero una cosa es torear como mandan los cánones y otra cortar orejas o triunfar como hizo Silveti.
Tiene mérito la entrega novilleril de Silveti, pero esperaba más de su oficio, de su experiencia y que poseyera la serenidad y los recursos suficientes para ordenar, encauzar, dominar aquel torrente de embestidas. Y ahí es donde falló Silveti pues, pese a su valentía y pundonor, se le vio superado por el toro en todas las series, en todos los pases y en todos los frentes. Sencillamente, no pudo con él en la parte fundamental del toreo. Sólo la suprema entrega en la estocada le redimió de sus anteriores limitaciones y fatigas.
El premio de las dos orejas fue una exageración, pero fue concedido a petición mayoritaria de un público y de un juez deslumbrados por la eterna sonrisa de Silveti.
Al final del festejo en un buen gesto de compañerismo, Silveti se nego a salir en hombros.
Ficha del festejo
San Luis Potosí, S.L.P Plaza “El Paseo-Fermín Rivera”. Última corrida de feria. Día de San Luis Rey. Tres cuartos de entrada. Toros de Xajay, bien presentados en líneas generales, entre los que destacó el tercero que fue de vuelta al ruedo y el lidiando en quinto lugar.
Arturo Saldívar: Ovación en su lote y silencio en el que mató por Flores.
Diego Silveti: silencio y dos orejas. Se nego a salir en hombros por respeto a su compañero herido.
Sergio Flores: Oreja en el único que estoqueó. Fue cogido por el sexto al recibirlo a portayaola y sufrió al parecer dos cornadas de pronóstico reservado.
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