Por Mercedes Valverde.
Nunca me produce buena impresión quien para excusarse de su falta de diligencia, control y responsabilidad alega el descuido o negligencia de otro, como si eso le eximiera de su compromiso, cumplimiento o competencia. Es necesario cuando concurren distintas responsabilidades y culpas dar las explicaciones oportunas, veraces y completas, al respetable. Y digo al respetable, porque es incomprensible que se juegue, como se ha hecho, con los aficionados en Priego de Córdoba, como consecuencia de la suspensión irregular de la corrida de toros enmarcada en la Feria Real del pasado 2 de septiembre. Corrida promocionada por el Ayuntamiento de Priego, colaborando tambiĆ©n en su organización con la empresa De la Pleita a la Seda SL, con toros de la ganaderĆa de D. Francisco Galache para los espadas Antonio Ferrera, JosĆ© Garrido y GinĆ©s MarĆn.
Resulta que se le dice al aficionado que se suspende por la aportación de sendos certificados mĆ©dicos de dos de los espadas, que impiden se celebre la corrida, a pesar de que uno de los matadores manifestó enfrentarse en solitario a los 6 toros. No se indica cuĆ”l es el motivo de salud de aquellos, ni se exhibe para completa información del personal los certificados mĆ©dicos, que parecen eran de fecha anterior al mimo dĆa del festejo y de otra localidad (Badajoz).
Llama la atención, cuando sabemos que los matadores estĆ”n hechos de otra pasta y reaparecen casi al dĆa siguiente de una sobrecogedora cogida, pero en este caso nada tenĆa que ver con cogidas anteriores ignorĆ”ndose quĆ© problemas de salud padecĆan esos jóvenes espadas.
Pero la gente no es tonta, y, como sospechaba, poco a poco se va enterando de que lo que realmente ocurrió es que no estaban vendidas las entradas que especulativamente consideraban los organizadores del evento, en el que colaboraba el Consistorio local. Es obligación de Ć©ste acreditar que la autoridad del festejo taurino, con nombre y apellidos, consideró que los certificados mĆ©dicos aportados por los diestros eran veraces, autĆ©nticos y coincidentes con la realidad de su enfermedad o indisposición al tiempo de celebrarse la corrida, para tomar la decisión de suspensión del festejo, pues si no se ajustaran a la realidad estarĆa incurriendo en prevaricación.
TambiƩn deben dar explicaciones los propios diestros y sus representantes, el ganadero, la empresa organizadora, pero sobre todo el Ayuntamiento de Priego en cuanto colaborador y patrocinador del festejo cancelado.
Publicado en Diario de Córdoba