Por Juan Carlos Valadez – De SOL y SOMBRA.
La Plaza México vive sus horas más bajas antes de su próximo aniversario, es una realidad que se ha perdido el buen ambiente; la afición apasionada se ha alejado de la plaza, y ese público numeroso que aparecía en los carteles de relumbrón esta desapareciendo domingo a domingo.
Ante esta problemática los taurinos buscan culpables. Utilizan todo tipo de argumentaciones pero poco hacen por mejorar la actual situación.
Los aficionados también manifiestan su indignación y dejan de ir a la plaza argumentando que por qué han de aguantar semejante trato de los actuales empresarios si la Plaza México no es de ellos.
Y esa es la verdad, la Plaza México no es de los taurinos: es de su afición. La México debe de ser propiedad de los capitalinos y la afición no merece ese trato incalificable de ninguna empresa, ni tampoco tiene por qué tolerar las malas mañas de unos taurinos impresentables.
En la Plaza México se deben siempre de dar corridas de toros serias, hay por ahí muchos ganaderos que no participan con regularidad en la Temporada Grande que están dispuestos a mandar corridas con trapío y en puntas, seguramente mejores que los actuales encierros que año con año aparecen acartelados y que nos mandan los cría mansos favoritos del corporativo monopólico. Y también hay otros toreros dispuestos que vienen pidiendo guerra y que permanecen marginados por culpa estos taurinos que están acabando con la fiesta en México y de cuatro figuritas sin valor para torear toros íntegros.
Ante lo expuesto, es por eso que la afición tiene que recuperar su plaza. Ya esta comprobado que los taurinos qué la manejan no dan la talla.
Se les olvida a los actuales operadores que la Plaza México es nuestra plaza. Y la afición de la Plaza México ya no quiere más toros afeitados, jueces de plaza sumisos ni toreros cobardes, ni tampoco empresarios que manipulen los limpios intereses de su afición y de la fiesta.
La afición hoy más que nunca quiere recuperar su plaza, pero para ello tienen que irse los actuales operadores y ahí es donde entra el papel de la afición, ya que esta tiene que manifestar su rechazo protestando ya sea en la plaza o con su ausencia, las políticas fallidas de unos señores muy exitosos en el ámbito de los negocios en México, pero que han dejado en manos de unos mediocres el futuro de la fiesta.
Es increíble, pero en apenas tres años la actual administración se ha ganado a pulso el nada prestigiado título de la PEOR EMPRESA de la historia de Plaza México, inclusive peor que la que ellos mismos encabezaron el siglo pasado.
Que se vayan, pero que se vayan ya, antes de que sea demasiado tarde y terminen acabando con la fiesta brava como lo han hecho en otras plazas.
Twitter @Twitaurino