Estamos muy contentos, y no es para menos.
Después de las recientes visitas de los ilustres oidores taurinos de la Europa –franceses en este caso–, quienes pudieron confirmar que los nativos de por acá no sólo tenemos alma, sino que también caminamos verticales, tuvieron además la gentileza de explicarnos con pelos y señales los añejos antecedentes de la tauromaquia y su valiosa vinculación con figuras de la mitología del viejo continente, así como la progresiva asimilación de sus reglas por algunos oriundos de estas tierras, antes devotos y vasallos de unos dioses y señores de por acá, y después de otros dioses y señores de por allá, pues está escrito en el libro de los tiempos que unos cuantos están hechos para mandar y otros muchos para obedecer.
Tan ilustres oidores pronunciaron asimismo sesudas disertaciones, uno en Zacatecas y el otro en Tlaxcala, acerca de la importancia de la tauromaquia mexicana en la evolución del toreo y de cómo éste adquirió valor identitario a partir de una historia, una geografía y una idiosincrasia específicas.
Nos animaron, sin decírnoslo, desde luego, a seguir por la ruta de la dependencia taurina de España, con la salvedad inexacta, el filósofo uno, de que Zacatecas es en México una de las cunas de la tauromaquia y por lo menos la matriz de las ganaderías bravas en este país.
Posteriormente, en Tlaxcala el filósofo dos, elevando el volumen de voz y en perfecto español, sentenció: ¡Si se vence sin peligro se triunfa sin gloria! ¡No hay estética sin ética!. Pero de señalar al voraz entramado internacional y colonizador de la fiesta de los toros con el pétalo de un adjetivo, para nada, que con la fiesta, es decir con la oferta de fiesta de los propietarios de la tauromafia no hay que meterse, es hacerle daño sin necesidad, y luego con legisladores y antitaurinos analfabetas, pior.
Mejor venir a dar coba, reflexionar sobre minucias culteranas y llevar la fiesta en paz, que el enemigo de la tauromaquia está afuera, no dentro. Y laus Deo, que yo no oigo ni veo.
Sin embargo, el añejo problema de las dependencias económicas y culturales acarrea en los países dependientes bastantes efectos nocivos que rebasan el entreguismo de los aliados locales y su alegre sometimiento a las reglas del juego dictadas en el extranjero.
Con una débil memoria histórica, prefieren olvidar etapas de gloriosa competitividad de diestros nacionales con figuras extranjeras ante toros exigentes y seguir importando por tiempo indefinido diestros buenos, regulares y malos, aunque ninguno sea ya garantía de llenos y de espectáculo verdaderamente emocionante.
¿Por qué?
Porque son demasiadas ventajas las que imponen aquí los importados que figuran, empezando por los toros y acabando con los alternantes, prácticamente reducidos a simples comparsas, como diría San Álvaro, más una severa falta de bravura, de nuevos valores y de verdadera competencia en los ruedos.
Para muestra un botón:
Lorenzo Garza Gaona, matador de toros, hijo, nieto y bisnieto de toreros, nacido hace 32 años en la Ciudad de México, siete de alternativa, triunfador como novillero en la Plaza México, autor de la novela “El sueño de un maletilla” y con varios percances serios en su carrera, decidió, como en los viejos tiempos, ponerse en huelga de hambre en la puerta principal de la Plaza México con el propósito de ser incluido en una terna y poder por fin confirmar su doctorado.
Hoy cumple siete días sin tener más que una respuesta débil y torpe por parte de la empresa.
Pero aún más triste es la docena de buenos toreros mexicanos hoy relegados por unos criterios empresariales que, al igual que los diestros que figuran, ni ven ni oyen la crisis por la que atraviesa la fiesta de toros que ellos han creado.
A’i la llevan, colonizados.
Twitter: @fiespaz.
Publicado en La Jornada.
Una respuesta a “¿La Fiesta en Paz? – ¿Cuántos Lorenzos Garza Gaona hay en México? Por Leonardo Páez.”
Muy estimado Leonardo, como lo he comentado en otros grupos, siento que la “empresa” debe, por lo menos, darle oportunidad a Lorenzo, en alguna (s) otra(s) plaza(s) que éstos mismos manejan y de salir triunfador, entonces sí darle la confirmación en La México.