Hablamos con Emilio Oliva
POR JAIME – Patrimonio Taurino.
Hoy viajamos hasta la costa gaditana para hablar con Emilio Oliva. Un torero que dejó imborrables capítulos en el mundo del toro desde su genial personalidad. Capaz de poner a Madrid boca abajo en más de una vez y de realizar una faena que ha quedado en la historia al reunir las emociones de un triunfo gordo que acabó en más de 30 descabellos. Su trayectoria no quedó ahí y quedaron para el recuerdo faenas como la de su vuelta a Madrid, Bilbao… Un torero artista, genial.
¿Cómo lleva el confinamiento?
He aprovechado este tiempo para leer, para ver películas, para hacer cosas que normalmente no hacía. También he empezado a ordenar el ropero… No te puedo negar que no hemos notado el confinamiento por el lugar privilegiado en el que vivimos (delante de la playa, con piscina y al lado de un parque natural). La parte negativa han sido las muchas muertes y la consecuencia de no haber podido trabajar porque dependemos del turismo. Cerramos en octubre y todavía no hemos abierto, no hemos podido ingresar nada. Lo más importante es que Dios nos ha dado salud y con ella vamos a echar todo para adelante.
¿Qué futuro ve para el turismo?
Lo veo complicado, espero que mejore algo ahora. Dicho esto, la temporada va a ser mala porque hemos perdido fechas claves como Semana Santa o el Puente de mayo, eso ya no vuelve. Cómo te decía antes, con salud lo vamos a echar para adelante.
Es usted optimista siempre.
Soy positivo. Miras la televisión y ves el sufrimiento de las familias. Piensas que hay gente que lo está pasando mal y tú debes mirar hacia adelante y luchar. Creemos que la gente vendrá, que está deseando salir.
¿Cómo ve el futuro del toro?
Este año le veo perdido. Lo que es triste no es que haya gente que no le guste los toros, eso lo respeto, lo que es triste es ver a los antitaurinos aprovechándose de esta pandemia para ir contra la fiesta.
Entre las medidas para no pasar el año en blanco se valoró el dar espectáculos a puerta cerrada, ¿cómo lo ve?
No sé, yo me sentiría hasta ridículo, raro. El toreo es emoción y requiere al público. A puerta cerrada no existen ni el !Uy! ni el !Ay! ni el !Olé! Sin el estímulo del público no lo veo, así sólo vería torear en el campo.
¿Y qué le parece la medida de la Junta de Andalucía de reducir el número de integrantes en la cuadrilla para ahorrar costes?
Sobre eso pienso que hay que estar unidos. Estamos en una situación en la que tenemos un gobierno con gente que ataca a los toros, otros que sí lo defienden y otros que son taurinos y no sé por qué no se arrancan a defender esto. No sé por qué no nos defiende nadie. El Ministro no defiende al toreo y yo entiendo que defienda el teatro y el cine, es lógico, pero no hay actor más de verdad que el torero, un “actor” que muere de verdad. El Ministro no debe olvidar que está ahí con los votos de taurinos y antitaurinos.
¿Qué cree que debe hacer el mundo del toro para hacer frente a esto?
Unirse es lo más necesario y urgente. Estamos delante de gente que no ha dudado en aprovecharse de una cosa tan triste como esta pandemia para atacar al toreo. Los banderilleros ya han dado el primer paso rebajándose el sueldo, algo es. Las figuras también deben dar un paso y torear en sitios, por ejemplo, en los que haya mayoría antitaurina.
¿No hemos hecho nada mal?
Sí, el no estar tan unidos cómo está el fútbol. El lobo ya está aquí.
¿No cree que un año en blanco sería muy dañino?
No sé si dar toros con poca gente o nadie no haría daño, quizás sí. El campo lo veo de otra manera, el emitir eso haría que la gente siguiera pendiente del toro.
¿No ha hecho que falte gente en las plazas la falta de competencia?
A mí no me gusta hablar mal de mis compañeros pero creo, sinceramente, que sí hay competencia. Hay un fenómeno como Roca Rey pero hemos tenido la mala suerte de la pandemia. También tenemos el caso de mi paisano, Montero, que se ha ganado el sitio y a la gente en los festejos más duros. Ahora, con todo lo que había conseguido, le toca volver a buscar su lugar por culpa de lo que estamos pasando.
¿Cómo lograremos que la gente vuelva tras el Covid?
Creo que lo están pensando entre empresarios y toreros. Hay que empezar de cero y echar un órdago que deje claro que sólo hemos parado por consecuencia de la pandemia pero que estamos vivos y con más ganas que nunca.
Maestro, hablemos de su carrera. Le voy a repetir la misma pregunta que hace 4 años, ¿se sigue acordando del toro de Benavides de Madrid? Un toro al que cambió las dos orejas por más de treinta descabellos.
Todas las noches, no me olvido de Carloto, número 13. Jaime, yo miro la parte positiva. Si le mato bien hubiera toreado más, sin duda, no sé si hubiera llegado a figura. Miro la parte positiva y a lo mejor si le mato en otro sitio me coge un toro o hubiera sido más desgraciado. Soy un privilegiado, he logrado grandes cosas y tengo salud y una gran familia. Sé que a mi padre le hubiera dado la satisfacción de ser figura pero lo que he logrado nadie me lo puede quitar y estoy muy orgulloso.
¿Qué se siente, olvídemonos de la espada, al cuajar un toro y que la obra se recuerde 30 años después?
Camará me dijo, al subir al coche tras la corrida, que quizás esa noche no, y quizás mañana tampoco pero que tarde o temprano llegaría el día en el que no podría olvidar jamás a ese toro. Ahora le recuerdo pero para bien porque gente como tú me llama, hoy me han llamado desde Coria. Ser recordado es algo precioso.
¿Fue tocar el cielo el torear así?
Fue precioso ver cómo Madrid sentía conmigo, como lo que yo sentía y yo disfrutaba, les estaba llegando tan adentro. No se puede describir cómo era que los olés llegaran, que la gente esperara el remate del muletazo puesta en pie y que esperara con tal expectación el arranque del toro a 30 metros míos conmigo citando con la muleta en la izquierda. Es algo que jamás podré olvidar ni describir cómo te sientes.
Pero cuando uno deja esa faena y corrobora después que no fue flor de un día, queda claro su nivel. Ahí está su faena en Bilbao.
El problema mío es que he pinchado esos toros claves. La tarde después de Madrid maté a mis dos toros de dos espadazos y corté cuatro orejas en Córdoba. Uno de los toros que mejor he toreado fue Fanfarrón de Escolar en el 91 y también le pinché. Lo que pudo ser nadie lo sabe pero sí se sabe lo que he logrado.
Insisto, su paso en el toreo nadie se lo borra.
Me siento orgulloso de que la gente y los profesionales me aprecien, eso es lo más bonito del mundo. El sentirme valorado me ayuda, me hace venirme arriba. Reaparecí en 1995 en Madrid ante una de Alonso de la Cova tras años sin torear ni una becerra, no soy torero de pedir favores, y corté una oreja con petición de la segunda.
Soy como soy, anímicamente soy así. No sé a quién habré salido, para lo bueno y para lo malo. A Madrid iba a gusto, nunca me costó ir.
¿Le faltó la afición que tenía su padre?
No, afición teníamos los dos igual. Los tiempos han cambiado, fíjate que ahora ves a un torero y parece más un rapero con el chándal. Mi padre lo vivía mucho, era un torero que se ponía con una afición tremenda y no le importaba que le pegaran veinte volteretas. Afición tenemos los dos, la personalidad era distinta.
Ahora le dejo la segunda parte de mi pregunta. Su padre decía que usted toreaba mucho mejor que él.
(Se hace un modesto silencio). Mi padre era muy firme en sus ideas, se ponía aún sabiendo que el toro le iba a echar a los lomos. Dios me dio la virtud de saber administrar mi valor. He sido de los pocos toreros que no ha matado un toro en el campo. Siempre he tenido claro que el valor había que saber administrarle y yo no quería pasar un mal rato en el campo.
Habré matado dos toros en Córdoba porque eran dos sobreros de la empresa que me apoderaba.
¿No falta la sensibilidad con el torero artista cómo es usted?
En el toreo hay que arrear y si te tienen que esperar te olvidan.
Lo entiendo pero si su faena no se ha olvidado en 30 años…
Sí, es así. Ahora se vive el momento, sólo vale el ya y el resultado.
Pero lo bueno no se olvida.
Mira, te voy a contar hasta que punto no se olvida. Fui a Madrid poco antes de que nos confinaran y paré a un taxista. Me contestó :
“Eres un hijo de tal”. Me quedé helado.
“La que formaste con el toro de Benavides y le pinchaste”.
Aquello me dio mucha satisfacción al saber que uno es recordado 30 años después. Lo que queda es eso, Jaime.
Al final me da la razón, maestro, le debieron esperar.
Sí, pero esto es así. Lo que hubiera podido pasar nadie lo sabe pero lo que sí se sabe es lo que he logrado y eso no está al alcance de todos los humanos. Si tú preguntas a la gente que si se quiere poner delante del toro muchos te dicen que ni por todo el oro del mundo. Date cuenta que de los que te digan que sí, muchos no habrán podido decir que han toreado 34 tardes en Madrid o que han triunfado en Barcelona, Bilbao… ¿Cómo no voy a ser feliz y cómo no me voy a sentir un privilegiado?
El ser recordado es un premio muy grande.
Sin duda, Jaime. Eso y ser querido. Paseo por el pueblo y me siguen recordando, me tratan como buena gente y eso es lo más importante.