
Que el primer toro de Morante el pasado domingo en Gijón se llamase Feminista, hijo de la vaca Feminista, porque como es sabido los toros heredan los nombres de sus madres, haya degenerado en polémica sólo podía pasar en este país de idiotas. Todo esto en paralelo al desgarrador panorama que se cierne sobre las mujeres en Afganistán adquiere unas proporciones extremadamente ridículas.
A mí me hizo hasta cierta gracia por la concatenación de hechos que reflejé en la crónica El invento de un triunfo: “En los albores de la tarde fue todo seguido: Morante de la Puebla le colocó el capote de paseo a Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros en la barrera y saltó al ruedo el toro Feminista. No es coña, sino azar”.
Claro que jamás pensé mínimamente en serio que el cóctel de los nombres de Morante, el torero de Vox, Monasterio y Espinosa de los Monteros y el toro Feminista iba a ser usado de verdad pòr la giliprogresía mediática para atacar, una vez más, a la tauromaquia.
Denuncian en el Diario.es “los polémicos nombres de los de los toros de una ganadería albaceteña que mató Morante de la Puebla en Gijón” , así en plural porque había otro toro que se llamaba Nigeriano que también le tocó en suerte -el orden de los toros se sortea, no los escogen ni los bautizan los matadores (explicación para neófitos e ignorantes osados)- al torero de La Puebla. Y, aunque en el sexteto de Daniel Ruiz había un Nigeriano más, no cuenta porque el sorteo se lo adjudicó a El Juli. Que nunca se ha significado políticamente.
Tampoco sucedió nada el día anterior cuando saltó al ruedo un sobrero de José Vázquez con el nombre de Africano, hijo de Africana, para Manzanares y dos jornadas antes, en la corrida de La Quinta, se quedó en los corrales un Chino, vástago de la vaca China.
La cuestión es por qué en esas retorcidas cabezas que firman la información esos nombres son polémicos. ¿Porque personifican a los toros como si los toreros recetaran estocadas a un feminista, un nigeriano, un chino y un africano? ¿De verdad? Por cierto, también se lidió un Turronero sin que ningún representante del sindicato del gremio de los turroneros haya puesto en grito en el cielo, por el momento.
En 2006, en plena efervescencia del zapaterismo, Enrique Ponce lidió en Bilbao un toro llamado Zapatero y algunos hicimos risas y una crónica muy tonta, pero a nadie se le ocurrió la boutade de rasgarse la camisa ni pensar que Ponce le había puesto al toro el nombre del presidente del Gobierno para matarlo a estoque, sugiriendo un magnicidio. Hoy, con tanto tolili desbocado, sería posible la soplapollez suprema.
Yo he visto lidiar un toro por nombre Andaluz, de Victoriano del Río, en Sevilla, y un Madrileño de Adolfo en Las Ventas, un Gitanito, un Señorito y un Duque. Pero estos dos últimos no les parecerán mal a los genios del pensamiento único de la ignota izquierda radical.
Los más cretinos sugieren ahora en la redes que Morante le “puso” adrede los nombres a sus toros. En fin. Debo un articulo sobre la polémica de la prohibición del espectáculo de los enanos. De momento va éste sobre los enanos mentales.
Publicado en El Mundo