Onésimo Por Bardo de la Taurina.

Onésimo vivía de escuicle frente al acueducto de Av. Chapultepec y desde ahí escuchaba rugir los oles del ‘Toreo de la Condesa’ así le fue agarrando el son a esto del toro.

Fuerte era el trato de un servidor con Cepeda Silva quien prologó mi libro de nombre original ‘A Dios Silverio’, pero cuando leyó el borrador tropezó con una cita del pintor Reynaldo Torres, que decía; -México tiene tres grandes símbolos Silverio Pérez, la Virgen de Guadalupe y los volcanes-, se puso como energúmeno y amenazó con no presentarse a la presentación en un museo a espaldas de la Plaza México, cumplió con ello.

El libro se presentó luego en la Plaza de las Ventas de Madrid y con ese motivo movió sus influencias para figurar y el editor lo tuvo en España presentando el libro junto con Rafael Loret de Mola, mientras que al Bardo lo mandaron al carajo.

Pa’ hacer las paces lo invite a que inaugurará o bendijera el altar dedicado en mi casa a Manolo Martínez y me mando a la chingada con esa palabra, ¿pues no que eres taurino? y vino la mentada de madre.

Una última se dio cuando el mismo editor (no doy el nombre pa’ no hacerle publicidad) me solicito una idea o borrador pa’ escribirle el ‘Cuaderno o Beati’ pa’ buscarle la beatificación, no sé si ahora que ya está palmado me vayan a llamar pa’ que la escriba.

En todo caso le contestaré con sus mismas palabras…

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